Y la navidad no es lo mismo sin tí

Por que las navidades inician a su lado.

24 de diciembre del 2021.

 

Eres mi amor.
Eres la felicidad en mi canción navideña;
Y cuando sonríes no puedo respirar.
No puedo creer que me pertenezcas.

Sentada al lado del fuego ardiente.
Amarte es un regalo esta noche.
Te amo por la eternidad.
Amarte es un regalo esta noche.

Todos los días es Navidad, si estás aquí conmigo.
Estoy a salvo en tus brazos, eres mi ángel, cariño.

 


Alix tararea con la música navideña sonando por los altavoces mientras termina de colocar los bastones de caramelo envueltos en plástico, mismo que desaparecían misteriosamente día tras día. Estaba tan absorta en tener el acabado perfecto para celebrar la navidad, que no noto al apuesto caballero de melena oscura que se acercaba a ella con una sonrisa kilométrica.

—¿Puedo ayudarte? —manifestó cerca de su oído.

Alix se separó de él de un manotazo, no dispuesta a caer en sus provocaciones.

—Se supone que nos teníamos que ver hasta la noche. —ella sacudió su cabeza—. Estás siendo un alborotador al venir aquí.

—Me vi tentando al verte en la calle tan eufórica. Además, tengo suficiente con solo tenerte pocos días conmigo, y luego te marches. —Ren acarició la mejilla de ella—. Necesito cambiar eso pronto o creo que desfalleceré.

—¡Eres un dramático! —como decía Knox, el hombre merecía una pequeña dosis de su propia medicina. 

Y se lo había devuelto.

Durante un año.

—Hablo en serio, Alix. El Karma es una mierda cuando se trata de mantenerme separado. Para este punto, estoy a un paso de ponerme de rodillas y clamar que vivas conmigo de una vez por todas.

Solo que Ren no planeaba ponerse sobre una rodilla solo por esa causa, sino otra que tenía muy bien guardada.

Alix se mordió el labio. —¿Qué tal si hablamos de eso por la noche? —comentó en su lugar.

Ren suspiró, inclinándose para depositar un beso sobre la frente de Alix. Ella no contenta con eso, lo tomo por las mejillas y se puso de puntillas para darle un beso. 

Escucho como Knox silbaba a lo lejos. —Acabas de dejar traumatizados a los niños con esa escena.

—Correcto. —Alix se río, con un sonrojo elevándose por toda la cara. Dirigiéndose a Ren, lo empujó hasta la acera—. Entre más pronto termines, más pronto nos volveremos a ver. Asegúrate de ser un buen anfitrión. 

—A sus órdenes, señora. —Ren le guiño el ojo—. Hago mi mayor esfuerzo.

Alix suspiro, viéndolo marcharse por la calle de regreso a la casa de sus padres. Ren estaba siendo muy persuasivo últimamente, y así como él, ella estaba tentada a aceptar su propuesta de mudarse definitivamente a su casa ubicada a media hora del condominio.

El último año había sido como siempre se lo imaginaba. Su compatibilidad con Ren era cada día más fuerte. Pasaban mucho tiempo juntos, pero, así como convivían, Alix se tomaba un tiempo como pausa para pensar, cosa que Ren entendía y respetaba. Él sabía que ciertamente era un milagro que Alix estuviera dispuesta a estar con él después del mal momento por el que pasó, el cuál a la larga, también termino por consumirlo. Ren declaraba en ocasiones que no la merecía. Pero ella estaba tan hundida en el barco como él. Así que se proponía hacerlo mejor cada día. Aunque nadie podía evitar que las malas decisiones no sucedieran, mismas que pueden afectarnos de inmediato o a futuro.

Resulta que fue mejor que su palabra. Ren no solo la ha tratado bien desde que Alix decidió ceder y abrirse por completo en cuanto a su atracción y amor. Ha sido absolutamente mejor: su hombro en el que llorar cuando las cosas se ponen estresantes, su compañero desafiante, superando los límites y exigiendo lo mejor cuando ella se olvida de ser valiente. 

Ren es su mejor amigo y amante. 

 

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—¡Brindemos! —todos levantan sus copas al son de la voz, chocando entre si antes de empezar a beber.

—Todos se están poniendo muy locos...

A su espalda, Ren se ríe. —¿Cómo no lo van a estar, Ali? Solo Knox está acabándose la botella.

Alix se recostó sobre el pecho de Ren, sonriendo ante el caos que se estaba formando. Solo el padre de su novio y ellos, estaban sobrios y bastante quietos. Mientras que los demás, se movían sin control al compás de la música.

Knox iba por su amiga, pero Ren sacudió su cabeza, enviándole un mensaje. Aunque con los tragos en su sistema, solo fue cuestión de segundos antes de que se distrajera.

—Ven conmigo, Ali.

—¿A dónde me llevarás?

—Salgamos a tomar aire. Tengo algo importante que decirte.

Alix se enfrentó a él, y dándole una mirada de condescendencia a Ryan, dejo que él la guiará hacia el jardín. Dejando que el sonido de la música quedará atrás.

—¿Qué sucede, Ren? 

Entre tantos guiones que preparo, con la finalidad de usar las palabras correctas. Las palabras quedaron detenidas en su garganta. No existía nada que podía describir lo que ella significaba en su vida.

—¿¡Qué hacen ustedes ahí!? ¡Vengan! —Al escuchar una voz desde la casa hablándoles, Alix se giró. La madre de Ren les hacía señas para que volvieran a entrar, pero algo detrás de ella hizo que su boca se abriera y emitiera un grito de felicidad.

—A tu madre ya se le subieron... —al girarse de nuevo, ella también se quedó sin palabras. 

Ren estaba sobre su rodilla, sosteniendo un pequeño joyero rojo, al que abrió para mostrar un anillo de compromiso. Alix se quedó congelada, la sorpresa evidente en su rostro mientras se limitaba a mirarlo.

—Alix Rodríguez ¿Te casarías con este grinch que te ama? 

Ella movió la cabeza de arriba hacia abajo. —Sabes que sí. ¡Mil veces sí! —exclamó.




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