Xavier
Canción: Solo por ti / Soraya
No sé con qué me voy a enfrentar en la estación, los oficiales me citaron para rendir declaración ampliada de los hechos, por el estado de Micaela a ella la eximieron de rendir declaración; al llegar me encuentro con un montón de periodistas apostados a la entrada de la estación de policía.
Logró entrar con ayuda de algunos oficiales, me llevan hacia una oficina con el fiscal del caso y el abogado acusador, relate otra vez lo mismo, ellos tenían material fotográfico de la pastelería, como había quedado después del ataque, además tenían fotos de la casa de Micaela en las mismas condiciones, quizás peor; tenían los cargos que iban a formular contra mi madre, tentativa de homicidio, daño en bien ajeno.
Hicimos una pequeña pausa en la reunión y en un rincón mirando hacia los ventanales veo a mi padre, visualmente afectado y demacrado, mi instinto me dice que vaya en sentido contrario y lo ignore, pero a mi mente llega las palabras de Micaela, darle el beneficio de la duda, así que camino hacia él
- ¿Me acompañas por un café? – se sobresalta y me observa, se notan enormes ojeras –
- ¡Hijo! ... claro
Caminamos en silencio hacia la cafetería, al llegar nos ubicamos en las mesas más alejadas, no dice nada, su mirada está perdida
- ¿No pensé que la entregarias? – se remueve en su silla, llegan a tomarnos el pedido –
- Yo ... tampoco, me basto ver a Xiomara con el niño ... me sentí asqueado por todo el daño que le hicimos, porque yo también tengo parte de culpa, siempre fui complaciente con Fernanda, pero te juro que jamás me entere de lo que hizo hace diez años – nos traen el café-
- Que te digo ... no confió en ti, entiéndeme, me dañaron la vida, no te alcanzas a imaginar cuanto – no me da la mirada –
- No tenemos perdón, ni contigo ni con Xiomara y ni qué decir de Micaela ... lo único que te pido es que me des otra oportunidad
- No sé ... hay que conversarlo, pero no será fácil – noto que sus ojos están algo aguados y toma el café y le da un sorbo –
- Entiendo ...
Nuestra conversación murió en ese momento, no me salían palabras; me despido y vuelvo a la reunión con el fiscal, me dicen que mi padre ha dado una declaración extraoficial y que involucra a mi madre con hechos ocurridos hace 10 años atrás, la lista de delitos es larga, soborno, extorsión y muchos más. Ellos me comentan que mi padre les indico que las pruebas las tengo en mi poder.
No les mentí en ningún momento, solamente les aclaré que nosotros pensamos que eso no era relevante en este episodio. Me llevan hacia una oficina con un vidrio bastante grande, mi padre está ahí al lado mío, uno de los abogados va a tomar la declaración a mi madre
- ¿Fernanda Aragón? – ella levanta la mirada y asiente –
- Soy yo, mire abogado esto es un terrible error – entra otra persona a la sala, según nos cuenta el fiscal es un psicólogo –
- No es un error, aquí en la estación reposa una denuncia en su contra y hay pruebas bastante concluyentes – ella no nos ve ni a mi padre ni a mi –
- ¿Pruebas? Por favor ... todo eso es – chasquea la lengua - montaje, soy una mujer de la alta sociedad – el abogado le extiende las imágenes –
- Dígame... usted es la autora intelectual de este ataque, la chica la señala de forma directa a usted – aparecen otras imágenes, estas son de Micaela totalmente golpeada –
- Le va a creer a esa ... - al ver las imágenes se sonríe, volteo a ver a mi padre y el simplemente baja la cabeza y niega –
- ¿Sabe quién es? – se carcajea y el psicólogo mira a el abogado -
- Claro, ella es la mosquita muerta que se casó con mi hijo – toma la imagen – se lo merecía, por ella nos quitaron todo, yo pensé que la había borrado de la existencia de mi familia, ¡pero ella se digno a aparecer y poner a mi hijo en mi contra!
- ¿Señora entonces usted mandó hacerle el atentado? – se mueve de forma extraña, mi padre trata de no mirarla-
- ¡SÍ! LO HARÍA MIL VECES – entra como en pánico, el psicólogo interviene, al girarme mi padre ya no está –
Salgo de la habitación mirando para todos los lados y lo observó sentado en el piso, tiene su cabeza entre sus piernas, al llegar al lado de él lo escuchó sollozar
- Padre ... levántate – lo hace, pero su rostro esta atribulado –
- Lo siento tanto ... me siento tan culpable, nunca le preste atención a sus tendencias posesivas, la veía tomar algunos medicamentos por las noches – se recuesta en la pared y rompe a llorar –
- Bueno ... - me interrumpe –
- Casi mata a tu esposa Xavier ... la amo con locura, pero ella debe pagar – cae sentado otra vez en el piso –
No digo nada, eso que dijo mi padre es una gran verdad, él se desvivía por ella, por cumplir todos sus deseos y caprichos, yo de joven veía ese amor como idílico y hoy me doy cuenta de lo tóxico que era. Lo levantó del piso y la llevó otra vez a la cafetería, miró la hora y ya rayan las 5 de la tarde, nos ubicamos en la misma mesa de hace unas horas atrás, me levanto y traigo dos cafés
- Tómalo te hará bien – intercala la mirada entre el café y en mi –
- ¿Por qué haces esto? ¿No merezco tu consideración? – le sonrió –
- ¿No te suena algo como que eres mi padre? – niega –
- Ni siquiera lo merezco ...
- Deja de pensar así y prueba el café que se te enfriará
- ¿Porque cambiaste de opinión? – suspiro y miro a los ojos –
- Converse con Micaela y me hizo entender que independiente de lo que seas, eres mi padre y por ese simple hecho te debo respeto y también en lo malo que es tomar por justicia por mano propia – asiente -
- Gracias ... ella es una buena chica
- Claro que lo es
Lo deje que se tomara su café con tranquilidad, note que no había comido nada, por la forma en que miraba las personas que llegaban con algún tipo de alimentos, me lo lleve a un restaurante cerca, aunque al principio se opuso, no duró mucho; me comentó que siempre visitaría a mi madre, aunque ella le dejó claro que no lo quería volver a ver.