El día transcurrió rápido, demasiado rápido para mi gusto, ya me encontraba viendo la ultima clase del día. La verdad ya ansiaba que terminara, no porque quería asistir a la puñetera fiesta, sino, porque esta clase en especifico me da absoluta pereza. Cultura y Religión es muy tediosa y el que la profesora Morrison la dicte con toda la calma que pueda poseer en el mundo la torna muchísimo más pesada. Faltan solo quince eternos minutos para que se hagan las 4:00 pm y culmine mi día en la Fawkless University. En este momento me encuentro recostada en mis brazos sobre la mesa, mi vista esta fija en el paisaje del patio delantero de la universidad que me proporciona la ventana situada a mi izquierda. Veo a los alumnos pasar, algunos ha toda prisa por llegar tarde a alguna clase y otros solo recostados en el césped comiendo o esperando a alguien para al fin irse. Escucho a Morrison explicar algo de la clase y decir que para la próxima habrá examen de esta, la verdad no le presto mucha atención porque ya se todo lo que debo saber sobre esta materia y ese examen será pan comido para mí. Le he estado dando demasiadas vueltas al asunto de la fiesta, tanto que hasta he pensado que sera una buena idea asistir. Levanto mi mano derecha lo suficiente para fijarme en la hora, ya faltan solo cinco minutos, la vuelvo a bajar para seguir apreciando el paisaje detrás del cristal. Siempre me encanto apreciar las áreas verdes de la FU, realmente son hermosas. El área que observo es la entrada a la universidad, se puede apreciar muchos arboles donde los alumnos suelen recostarse para leer, almorzar o simplemente hablar. Hay bancos esparcidos por el césped, pero realmente todos amamos sentarnos sobre él. Hay un camino que divide el patio que es donde se ubica la entrada conformada por cercas de hierro con una unión en forma de arco que da la bienvenida a todos los que pasen por debajo de esta con un “Welcome to Fawkless University. Where we give an unexpected turn to dreams.” A los laterales de este camino se encuentran pequeños arbustos de flores de todos los colores y tipos. Las margaritas son mi favorita, no tengo un color en especifico de estas, toda su gama de colores me encanta y no tengo ni idea del por qué me gustan. Simplemente estoy enamorada de ellas. Y si se preguntan por el lema que esta en el arco de la FU, es totalmente cierto y su significado aún más.
Dejando a un lado mi amor por la estructura de la universidad, mis pensamientos viajan a la fiesta. Colton me dijo que esta fiesta será épica, asistirán varias personas de diferentes universidades y habrá concurso de baile y muchas otras atracciones, la verdad nada de eso llama mi atención, pero he estado meditando y llegado a la conclusión de que esto de verdad me servirá para sobre llevar mi situación, sé de sobra que Scott no romperá su promesa de no abandonarme en la fiesta, pero tampoco quiero ser un estorbo para él. Le diré que puede pasearse libremente siempre y cuando este al pendiente de su teléfono. Por una parte, estoy nerviosa, pero a su vez ansiosa. Seguramente veré a Donovan. Como les dije anteriormente no lo odio, pero tampoco lo quiero. La verdad lo que realmente siento lo preservare solo para mí. Todo a su debido momento.
– Bueno chicos, esto ha sido todo por hoy. – La voz de la Sra. Morrison me saco de mis pensamientos para dar por finalizada mi estadía en las instalaciones de la universidad. – Espero no reprobar a nadie en la próxima clase, no me decepcionen muchachos. – Dijo con cierto toque de esperanza en su voz. Reí internamente soltando un bufido, ni Jesucristo cree que estos chicos que yacen a mi alrededor dedicaran si quiera dos míseros minutos a estudiar para dicho examen. Qué pena por Morrison.
Me levanto de mi posición para recostarme del espaldar de mi asiento y así poder estirar mi cuerpo, recojo mi bolso del suelo y me coloco una de las correas en mi hombro derecho y luego la otra en el izquierdo. Me levanto y direcciono mi andar hacia la puerta como todos mis compañeros, pero mi caminata se ve interrumpida por la Sra. Morrison.
– Señorita Morgan. Me llama, haciendo que me detenga y gire un poco mi cuerpo hacia la izquierda para así poder verla y me diga qué pasa. – Necesito hablar con usted, ¿me regala unos minutos de su tiempo? Es importante, lo prometo. – Dice lo ultimo como si quisiera tranquilizarme un poco, todos mis profesores están al tanto de mi mal genio y Morrison pertenece a los que tratan de sobrellevarme, no es mala persona, pero tampoco es que sea de mi agrado. Hago un asentimiento, pero antes de dirigirme hacia la profesora hecho un vistazo a la puerta y veo a Colton recargado del marco derecho esperándome, le hago una seña para que me espere en el pasillo, él obedece y no me giro hasta que mis ojos ya no alcancen a verlo.
Me acerco hasta la Sra. Morrison y esta me hace un ademan con la cabeza para que me siente en uno de los pupitres delanteros del salón, y escojo el que más cerca está de su escritorio, uno que queda justamente al lado del que minutos atrás me encontraba viendo por la ventana. No me quito mi bolso, lo único que hago es apoyar mis codos sobre la mesa, entrelazar mis manos y recargar mi mentón sobre estas, me inclino un poco ya que la posición lo amerita y con una expresión neutra tan propia de mí, que no demuestra ninguna emoción en lo absoluto, me dirijo a Morrison.