"Ten a tus aliados cerca y a tus enemigos aún más cerca"
Sus recuerdos se esfumaron ante el sonido de los cañones que indicaban que el velorio del rey había finalizado, con paso firme y mirada dura el nuevo monarca acompaño la marcha real que llevaba el cadáver del viejo Rey. Muchos eran quienes se acercaban con gesto de pena y saludaban dando sus condolencias por la pérdida, fingía agradecimiento ante las palabras de pena por la pérdida del Rey, mientras que el lo veía como un verdadero logró para él; la muerte de su padre era una gran ganancia.
La marcha al panteón real se llevó acabo liderada por los caballos del Rey Milo I y Marcus Lanzer el nuevo consejero real.
-No puedo creer lo buen mentiroso que eres. -Dijo Marcus mirando al frente sin cambiar el semblante de pena. -Todos realmente piensan que el Rey te importaba. -Por un momento casi se le escapa una sonrisa.
-Calla, cualquiera puede oír tus sandeces. -Murmuro a su acompañante por lo bajo, tratando de controlar lo máximo posible la sonrisa que quería escaparse. -¿Novedades?
-Pues bastantes, tenemos una reunión con la monarquía francesa en los próximos días, he ordenado que lleven las armas al buque y los soldados. -Comunicó el consejero. -Me he tomado el atrevimiento.
-¿Si recuerdas que ya no eres más un soldado? -Pregunto Milo alzando una ceja en su dirección, obteniéndo un pequeño asentimiento por parte de su consejero. -Esta bien, Marcus la próxima vez al menos avisame. -Le miro de reojo reconociendo a su amigo.
Al llegar, el panteón se encontraba a estallar de gente que lloraban amargas lágrimas de tristeza por la pérdida de un hombre tan importante para el Imperio, a Milo le daba asco las personas que sufrían por tal suceso. Puesto que Carl II estaba lejos de ser un buen tipo y menos un buen Rey, Marcus mediaba con la gente para que salieran del pasó y Milo pudiese entrar sin problemas al panteón. Aquel hombre iba a pasar su tiempo como muerto en un lugar destinado para héroes, algo bastante irónico pensaba Milo, teniendo en cuenta la cantidad de vidas que arrancó sin remordimiento alguno, sabiendo que el era quien había causado el sufrimiento de más de un Inglés, si era bastante irónico que pasará la eternidad en un panteón, lugar predestinado para héroes de la nación.
El depósito del féretro no tardo mucho más que una media hora, un sacerdote se encargó de oficiar la misa y unos minutos más tarde estuvieron de vuelta en el castillo.
-Eres increíble. -Se burló Marcus sacándose el sombrero y el corbatin. -La nación entera creyó que realmente estabas lamentando la muerte de ese infeliz. -Una carcajada lleno la sala mientras Milo probaba por primera vez lo que era sentarse en el trono siendo el nuevo monarca de la nación.
-Todo salió como debía ser. -Se mofó tomando la espada en su cintura y jugando con ella en el suelo. -Por cierto, no terminaste de contarme las novedades y el porque de la reunión en Francia. -Lo apuntó con la espada.
Marcus detuvo su copa de vino a la mitad tras la pregunta de Milo. Miro con un semblante distinto a su amigo y colocó la copa junto a la jarra con vino.
-El rey ha desterrado al príncipe Franco, alegando traición a la corona. -Milo se enderezó en el trono y colocó toda su atención en Marcus. -El Rey nos ha dado aviso que Franco se opuso a tu coronación y la continuidad de la Alianza entre nuestras tierras, incluso se le acusa de haber armado una revuelta con los españoles para atacar al Imperio Británico. -Milo no sintió temor, porque estaba seguro de que si alguien se opondría a su reciente coronación sería Franco, aunque le parecía lo más divertido del mundo enfrentarse aquel incautó príncipe. -Justo ahora esta en tierras españolas, aunque no sabemos a ciencia cierta si esta de este lado del mar o al otro lado. -Comunicó su consejero y amigo. -He contactado al capitán Brown y es quien se encargará de sondear el otro lado del océano conjunto a los Duques de Albion y Nuwest.
Milo se levantó del trono y fue hasta el mesón donde se encontraba la comida y vino, tomó una manzana y dándole un gran mordisco. Marcus se trastocó un poco al verlo tan calmado le acaba de contar que justo a días de su coronación tenía su primer enemigo. Lo que Marcus no recordaba era que en el pasado Franco y Milo ya habían tenido su primera batalla.
-Franco es un enemigo peligroso, recuerda que el conoce nuestras estrategias y conoce los caminos ciegos a Londres. -Suspiro antes de continuar. -España es un enemigo que no podríamos enfrentar solo nosotros. -Milo se río un poco ante las suposiciones de su amigo.
-Franco es solo un niño mimado, es poco astuto para no decir predecible. -Se encogió de hombros. -¿Crees que un príncipe con aspiraciones a mi Corona se enfrentará a nosotros por flancos ciegos? Vamos Marcus el quiere ser recordado como un personaje glorioso, como un guerrero. -Miro a su amigo sirviendo una copa para él y tendiendo la misma. -Franco es un enemigo débil, es mal estratega, pésimo guerrero y si eso no te parece poco es solo un niño mimado. -le comunicó a su interlocutor con una sonrisa. -Atraparle sera de lo más fácil, incluso puedo asegurarte que se encuentra en tierras Francesas aún. -Se encogió de hombros.