Y todo inició con una mentira

El primer encuentro

Capítulo V
—¿Mamá que hace ella aquí?–preguntó Hanna, mientras miraba a las señora esbelta y de cabello oscuro.
–¿No es obvio? Es su nueva mamá, les dije que era confiable–dijo la señora Allen con un tono de burla.
–¿Que no me piensan saludar, mis niños?–Interrumpió Teresa.
–Ah cierto, Disculpa Tía, Que gusto verte de nuevo– dijo Hanna dándole un abrazo.
–Ay mi pequeña Hanna, te he extrañado tanto–respondió Teresa
–Yo también –  Decía Hanna sonriendo, mientras trataba de separarse de su tía, quién la tenía abrazada fuertemente, parecía que nunca la soltaría, pero después de un momento ella la dejo libre.
—¿Tú no vas a saludarme?– dijo Teresa mirando a Ian
–Bienvenida, me alegra verte de nuevo– respondió el joven extendiendo su mano derecha hacía la Mujer, Teresa miró la mano  de Ian y dijo:
—¿En serio vas a saludarme así? Recuerdo que cuando eras pequeño y tu madre no estaba, corrías a mis brazos porque te aterraba estar solo de noche en tu habitación, ni siquiera Hanna era tan cobarde como tú–dijo la ella burlándose de Ian. 
–Ah, Discúlpame Tía–respondió él  mientras se acercaba a Teresa para abrazarla.
–¡Cómo has crecido! ¡Quién iba a imaginar que aquél niño miedoso se convertiría en un hombre exitoso y guapo!, Supongo que ya no le temes a la oscuridad ¿Cierto?– preguntó Ella separadose  de su sobrino
–No, ya no, eso fué hace muchos años– respondió Ian sonriendo.
–Que bien– dijo Teresa.
— Eres demasiado cariñosa, eso será un problema para nosotros– Interrumpió la señora Allen.
— No te preocupes por eso, sabes que solo soy así con mis sobrinos. ¿Y tú cómo estás Hermanita?.
–Estoy Muy bien, GRACIAS.
–me alegra escuchar eso– respondió  Teresa–Bueno, creo que ya fueron suficientes saludos, así que dime qué debo hacer hermana, estoy a tus órdenes.
– Perfecto, ¿estás dispuesta a ayudarnos si importar lo que te pida?
— claro que sí hermana. Tus enemigos también son los míos.
– bien, entonces te diré todo lo que harás, no será muy difícil. A partir de mañana, te convertirás en Teresa Allen, la madre de Ian y Hanna, sólo deberás acompañar a mis hijos, cuando vayan a visitar a la familia Collins, tienes que comportarte y tratarlos amablemente, ya que ellos pronto se harán parte de nuestra familia.
–¿Cómo dices hermana? La última parte no la comprendí bien
–Mamá, hablas como si ya tuviera la autorización de la señora Emma para casarme con su hija.–dijo Ian.
–¡¿Que?! ¡Vas a casarte con la hija de Emma!–gritó molesta Teresa al escuchar las palabras de Ian.
–Así es hermana, a eso me refería cuando dije que serán pare de la familia.–respondió La señora Allen sonriendo– Y, sé cómo eres hijo, vas a lograr convencer a Emma para que apruebe su matrimonio
–¡Qué gran plan el que se te ocurrió! ¡¿ cómo te atreves a obligar a mi bebé a casarse con la hija de esa loca?!– dijo Teresa alterada mientras abrazaba a Ian.
– Tía no te molestes, en primer lugar, ya no soy un bebé, y en segundo, ella no me obligó. No te preocupes se cómo hacer las cosas–respondió Ian
– Ay pero... ¿Estás seguro que quieres vivir a lado de esa mujerzuela toda tu vida? Si no quieres hacerlo yo te defenderé
–Mamá explícale a mí tía todo, porfavor, ya me tengo que ir–dijo Ian ignorando la Pregunta de Teresa–Nos vemos más tarde.
–Esta bien hijo–respondió la señora Allen
– Adiós Hermano–dijo Hanna 
– ¿Ya te vas? Hace mucho tiempo que no nos vemos ¿No vas a quedarte a platicar con tu tía?–preguntó Teresa.
– Lo siento, será otro día, ahora tengo algo que hacer. –respondió Ian. Él salió de la casa, entró a su automóvil, y le envío un mensaje a Andrea citándola a un restaurante donde ellos solían reunirse en  ocasiones especiales.
Después de una hora Ian se encontraba frente a un elegante edificio, tenía una  decoración hermosa, y el ambiente ahí era tranquilo y agradable, no había mucha gente, era el lugar perfecto para reuniones, Ian entró al restaurante y tomó asiento en el rincón  más solitarío del edificio, le pidió a un mesero que le sirviera un café y esperó a Andrea. Pasaron unos minutos y ella llegó, tenía puesta una falda rosa y una camisa blanca,se veía Muy bien, y además se le notaba la inmensa alegría que sentía al ver a Ian.
– Hola Ian, ya estoy aquí. Perdón por la tardanza.– dijo ella con una voz dulce y alegre.
– no te preocupes, siéntate porfavor, necesito hablar contigo– le respondió él mientras bebía un poco de café.– ¿Quieres ordenar algo.
– No gracias estoy bien, pero,¿Que sucede? No te ves muy feliz– respondió Andrea, en ese momento, el rostro alegre que tenía había desaparecido, ahora se veía preocupada 
– te diré lo que pasa, no quería esconderte esto, y espero que lo tomes con calma.
–me estás asustando, dime qué sucede– dijo Andrea.
–bien, ¿Recuerdas que hace unos años te conté algo sobre la familia Collins?
–si, lo recuerdo muy bien, dijiste que habían matado a tu padre, y que todo lo que ellos poseen les pertenece a ustedes ¿No?
–si,  así es– Ian guardó silencio por un momento, y después continuó diciendo– nosotros queremos vengar la muerte de mi padre y recuperar la agencia que él  creó.
–¿Eso es todo?– preguntó Andrea.
– sí– respondió Ian 
– ¿Y cuál es el problema?
– Pues... el problema es que la manera en la que planeamos lograr nuestro objetivo no va a agradarte mucho
– no entiendo ¿A qué te refieres?–preguntó ella mientras lo miraba asustada.
Ian estaba nervioso, no  encontraba las palabras adecuadas para contarle a Andrea  lo que iba a hacer, antes de entrar al restaurante se sentía muy seguro, pero todo cambió cuando la tuvo en frente, Ian  sentía mucho cariño hacia Andrea era como una hermana para él,  y Por un momento pensó que sería mejor ocultarle la situación, pero sabía muy bien que no estaría tranquilo diciéndole mentiras, así que juntó valor y comenzó a hablar
– Andrea, como ya te había dicho, no quiero ocultarte nada, así que quise contarte esto yo Mismo. Mi madre dijo debemos ganarnos la confianza de la señora Emma y su hija, para que sea más fácil lograr nuestra meta.
–¿ Y cómo planeas acercarte a ellas?
– comprometiéndome con Ruby, la hija de Emma y Henry.
–¿Qué?– dijo Andrea mirando a Ian, ella trataba de mantener la calma y no hacer un espectáculo en el restaurante –¿ Estás diciéndome que vas a casarte con la hija de tu enemiga? Recuerdas que soy tu prometida ¿Verdad?
–Si Andrea, sé lo que eres para mí, pero sólo estaré casado con esa mujer unos meses, después me desharé de ellas, te prometo que me casaré contigo, solo te pido tu apoyo y comprensión– respondió Ian 
– ¿ Las vas a matar?– preguntó Andrea seriamente
–¿Que?–dijo Ian 
– ¿ Matarás a la señora Emma y a su hija?– volvió a preguntar Andrea miertras lo miraba a los ojos.
– No lo sé, eso aún no te lo puedo decir. Pero si quieres puedes ayudarnos con algo, mi madre te dirá que hacer.– dijo Ian 
– Entiendo, y, no te preocupes, hablaré con mi padre y pospondremos la boda, pero no pienso ayudarte a lograr tus propósitos, no quiero tener problemas, y tampoco le contaré a nadie lo que hablamos– dijo Andrea, mientras se levantaba de la silla– Nos vemos luego Ian, y ten cuidado por favor.
–¿Eso es todo lo que dirás?– preguntó Ian sorprendido.
–¿Y que querías que dijera?  O ¿Esperabas que te hiciera una escena de celos o enojo?–dijo Andrea mientras volvía a sentarse.
–No, no esperaba eso, pero te ves muy tranquila después de lo que te dije, creí que reaccionarías de una forma diferente.
– Sólo trato de controlarme porque no quiero hacer el ridículo aquí, pero eso no significa que no esté molesta, me enoja mucho pensar que tengo que posponer mi boda, porque mi prometido se piensa casar con otra. Pero después de todo sé que tienes tus razones, y trato de entenderlas y aceptarlas porque te amo.– Andrea guardó silencio, pues nunca le había dicho a Ian que lo amaba. Bastaba con mirar el rostro el rostro del joven para saber que esas palabras lo habían incomodado, ella no quiso empeorar las cosas así que sólo se despidió y se marchó.




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