CAPÍTUO XXX.
El verano apenas ha comenzado, los días soleados son maravilloso para dar a lugar un buen paseo por el mar, Helena y Dante seguían en su viaje de verano eterno disfrutando de sus vacaciones de verano, a pesar de lo poco tiempo que han abandonado Londres recorrieron muchos lugares de gran cultura de Inglaterra, el verano ha sido muy placentero para los dos y descubrieron cosas que los ha unido mucho más como pareja, para Helena ha sido los mejores momentos en su vida Dante se ha convertido en su luz, y ella por primera vez siente que es necesaria para alguien en la vida, no es como su antigua vida donde sus primeros años fueron bonitos, pero de un momento para otro cambio, sus padres cambiaron ya no importaba la familia solo el dinero y las cosas que pueden tener por el dinero, los valores de una familia se fueron al caño por la avaricia y también la calidez de un hogar, de solo pensar lo mucho que tuvo que atravesar para encontrar la felicidad, pero ella misma se dice que ha valido la pena.
Despertó abrumada esa mañana era especialmente calurosa, Dante estaba a su lado como siempre Perezoso, es todo un dormilón siempre le falta horas de sueños, hoy era el día que regresarían a casa, las vacaciones estaban a punto de terminar, preferían llegar y descansar los días que les faltaban para volver a clases, se fue a duchar e intentar la lucha de despertar a este hombre tan perezoso, no corrección un hombre trabajador que disfrutaba sus merecidas vacaciones, al regresar de vacaciones e ingresar a clases nuevamente Dante volvería a su puesto de trabajo, estaba pensando que no sería mala idea también que ella se pusiera a trabajar, sus padres le seguían enviando dinero, pero ella igual deseaba sentirse bien consigo misma y hacer logros en la vida, no una muñequita de porcelana, además así puede ahorrar dinero, quizás en algunos años adelante se convierta en la esposa de Dante, al pensar tonterías niega con la cabeza eran muy jóvenes para eso, pero extrañamente es lo que desea para su vida.
- Oye Dante ya es hora despierta.
- Un poco más. Dice muy flojo.
- No ya te permití lo suficiente, acuérdate que hoy regresamos. Dice con brazos cruzados.
- Ya voy, ya voy. Replica infantil.
- No es que quiera irme, pero tenemos cosas que hacer.
- Si lo sé, pero es temprano. Sin ver la hora.
- No rezongues ya va a ser medio día.
- ¿Medio día? Hace un gesto de duda.
- Si oso perezoso. Dice divertida.
Dejando atrás las vacaciones más hermosa de su vida, se encontraban en la carretera viajando en la moto de Dante, el paisaje es tan bonito y pronto llego a noche maravillándose al ver la distancia las luces de la cuidad de Londres, por fin habían vuelto aunque extrañaría las hermosas playas, este año disfruto como nunca lo hizo, después de seguir el camino por fin llegaron a la casa de Dante, prácticamente se mundo a vivir ahí sin ser invitada, pero era como ya parte de la familia, el pequeño Jake la estimaba mucho y también Melany, no descuido su departamento pero apenas pasaba por allí, llegaron y los recibió su suegra emocionada de que volvieran, Dante llego tan cansado por manejar tantos kilómetros, así que dejaron que se fuera a dormir el pobre, mientras ella se quedaba a responder todas las dudas de su suegra.
- ¿Bueno a donde fueron?
- La verdad recorrimos muchos lugares, olvide algunos nombres.
- Eso es lo de menos. ¿Disfrutaron sus días? Le mira inquisidora.
- Si al menos yo lo pase genial.
- Que bueno, sabes hace mucho tiempo no veía así a mi hijo.
- ¿Así como? Sin entender la cuestión.
- Que es feliz y ve el lado positivo de las cosas. Pero temo que no es gracias a mí.
- No diga eso Dante la quiere mucho. Dice como consuelo.
- Si sé que me quiere, pero él era muy apegado a su padre, yo no pude. Llorando.
- Las cosas fueron así, pero nada es su culpa. Tomando sus manos. Si Dante es feliz tampoco es que es por tan solo por mí.
Siguieron hablando de otros temas, para alejar la pena en la madre de Dante, pensaba que la mujer pudo haber olvidado ese tema tan frágil, pero al parecer ella sigue amando a ese hombre que tanta pena causo en su corazón, la media noche estaba por llegar ya era tarde, se fueron a dormir, ella entro con mucho sigilo a la habitación de su novio, Dante dormía plácidamente le estaba dando la espalda, cuando él siente que a su lado se hunde el colchón se da la vuelta para abrazarla y darle un beso de buenas noches, como amaba las noches junto a Dante, mañana será otro día y comenzará a buscar trabajo.