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Hana
¡Corre! Grité en mi interior, las luces rojas y verdes me hacían perder la orientación. Al detenerme dos masas se estrellaron contra mi espalda. Escuché sus risas atascadas, sonaban cansados y llenos de emoción. Una turba de zombis mutantes nos venía persiguiendo.
— ¡Hani! – gritó Jungkook adelantándose. Este corrió como si su vida dependiera de eso y nos arrastró a mí y a Young de la casa de los gritos. Por fin estábamos afuera, el castaño se apoyó en sus rodillas y respiró con fuerza. Por otro lado, Young y yo solo lo mirábamos con una sonrisa, el pobre había corrido por los tres. - ¿Por qué te detuviste? – logró hablar. Aun su voz sonaba entre cortada.
— Me confundí. – admití. – no sabía por donde debía ir.
— No te culpo – Young se veía asustada. – estaba muy obscuro allá adentro. – si no fuera por ustedes seguiría allí. – ambos reímos a su comentario. Jungkook se incorporó y se aproximó a la pelinegra con una sonrisa y le dio un beso rápido, aparté la mirada.
— ¿Quieren comer algo? – pregunté mirando un cartel que contenía información del lugar. Salir con Kook y Young era divertido, pero sinceramente a veces olvidaba que sus hormonas se volvían locas. Incómodo.
— ¡Está bien! – escuché la melodiosa voz de Young. – vamos antes que se haga tarde.
— ¡Esperen! – la pequeña figura vestida de negro corría en nuestra dirección. Su rostro no se distinguía, pero no tenía que hacerlo para saber que era él. Me empecé a sentir un poco mal. - ¡Por favor, esperen! – volvió a gritar. Los ojos marrones de Young se iluminaron al ver al pelinegro.
— Jimin – chilló esta. – no te esperábamos – como si de un déjà vu se tratase este se apoyó en sus rodillas y tomó un poco de aire. Alzo su mano en señal que aguardáramos unos segundos.
— Listo – sonrió. – lo siento por no avisar, todo fue muy repentino. Espero que aún sea bienvenido.
— Iremos a comer algo, vamos – dijo por último Kook antes que todos nos pusiéramos en marcha.
Los cuatro nos mantuvimos caminando en silencio durante la gran mayoría del recorrido. No sabía que decir, o si era prudente decir algo en lo absoluto. Como siempre con ambas manos en los bolsillos de sus pantalones de mezclilla negros.
Llegamos a un puesto de hamburguesas. Todos nos sentamos en las mesas que estaban en el exterior. El lugar no estaba tan lleno así que podíamos comer y disfrutar el momento en paz. Kook y Young pidieron hamburguesas con papas fritas y sodas. Yo por otro lado no tenía mucha hambre.
— Hace mucho tiempo que no venía a un parque de diversiones – Young se veía tan feliz y llena de emoción. – me alegra mucho que hayas venido Jimin. – dijo por último la pelinegra.
— Disculpen iré al baño – me levanté sin esperar una respuesta de mis amigos y corrí hacia donde sea que estuviera lejos de ese lugar. ¿remordimiento? ¿Fui injusta con Jimin? El hecho que se hubiera presentado hoy lo hacía mejor persona que yo.
Había salido corriendo con tanta prisa que no me percaté por cual camino había tomado. Y tampoco me importaba, el simple hecho de poder caminar, pensar y tener una pequeña guerra mental conmigo misma me hacía sentir mucho mejor.
Enormes aparatos nublaban el cielo que descansaba sobre mi cabeza, el lugar se estaba iluminando con vibrantes luces que le daban vida al parque. La noche caería en cualquier momento y el clima se volvería más templado.
El aroma dulce empalagoso inundó mis fosas nasales. Un carrito de algodones de azúcar pasaba a mi lado. Sin dudarlo compré uno y me dispuse a tomar asiento en una de las banquitas de la fuente principal, mientras que comía mi algodón.
No tardó mucho antes que mis ojos se posaran en la figura masculina frente a mí.
— ¿Quieres ir a la rueda de la fortuna?
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Tae
— No puedes hacer eso – dije seriamente. La chica frente a mis ojos se veía un poco incómoda. Molesta diría yo. – no puedes ir acusando personas de ladrones. – sus enormes ojos castaños cortaron el contacto visual. – Tendré que despedirte. – su expresión cambió al instante. Su mal humor se convirtió en sorpresa.
— Pero…- su voz se entrecorto. – Lo lamento. – dijo, por último.
— ¿Por qué lo hiciste Sun-mi? Creí que luego de esa experiencia tal vez no te volverías a comportar de esa manera.