Capítulo 24 - green

Green

“Es un color que se utiliza como sedante. Simboliza la esperanza, la estabilidad, la fecundidad, lo que ha de venir. Representa al equilibrio, ayuda a sentirse más tranquilo y sereno. Se suele utilizar en casos de insomnio, fatiga, jaquecas, excitabilidad nerviosa, Pero también tiene un lado más negativo y es que puede significar locura”.

Green - 초록색

Tae

Eran casi las 10:45 p.m. no faltaba mucho para cerra la tienda y yo ya quería que irme a casa, me había pasado toda la mañana atendiendo clientes, viendo que todo estuviera en orden mientras que mi madre se encargaba de la parte administrativa. Eso era muy beneficioso para nosotros ya que papá se había estado sintiendo bastante cansado últimamente y prefería quedarse en casa y ayudar a mi madre con todo eso mientras que yo debía quedarme aquí, no veía el día que mi padre mejorara para que las cosas regresaran a su normalidad.

La campana de la puerta me hizo levantar la vista de mi celular, alcancé a ver una silueta de lo que parecía una chica, una gorra, sudadera gris, pantalones negros, mochila al hombro y deportivas. No parecía tener mucha edad, pero lo que más llamó mi atención fue lo mucho que se demoró en cada estantería. No quería llamar su atención así que me dedique a observar las cámaras de seguridad que teníamos. Esta parecía estar confundida, llevaba una pequeña canasta plástica aparte de su mochila. Miraba una hoja de papel, luego los productos, se detenía y los tiraba en la canasta, hizo eso una y otra vez. Algo en mi interior me dijo que su actitud era realmente sospechosa.

Salí del área del mostrador y me asomé por las enormes ventanas en búsqueda de algún auto o cualquier otra persona que probablemente pudiera estar a cargo de cualquier movimiento delictivo. Unos chicos, como de unos quince o catorce años, ambos fumaban en los estacionamientos del local mientras que mantenían una conversación. Muy probablemente la estaban esperando. Maldije en mis adentros y decidí pararme justo al comienzo del pasillo, ella no me podía ver, pero yo a ella sí. Esta seguía viendo la pequeña hoja de papel. Supuse que se había dado cuenta de mi presencia, pues miró a ambos lados en búsqueda de mí. Sus ojos se volvieron como platos, enorme y redondos. La chica de la gorra, se notaba que los nervios se habían adueñado de su cuerpo, pues fingió estar usando su celular. <<Está robando>> pensé. En un abrir y cerrar de ojos la había perdido, la chica de la gorra se había esfumado, la empecé a buscar como un loco hasta que la encontré tratando de salir de la tienda.

— ¡Hey! – grité en su dirección mientras que corría. Esta fingió no escucharme y siguió caminando en dirección a la salida. - ¡Espera! – mi mano llegó a tomar el borde de su capucha y la hice retroceder bruscamente. Era tan pequeña y delgada que la fuerza de mi agarre lo obligó a tambalearse y caer sentada.

— ¿Cuál es tú problema? – se quejó desde el piso. Esta se trató de poner de pie, pero yo lo impedí. – Déjame ir… - Levanté la mirada y vi como los chicos que estaban con ella huyeron en sus patinetas. Esta cerró los ojos como si se hubiera dado por vencida.

— Abre la bolsa – le ordené. La chica vaciló un poco, pero al final terminó haciendo lo que le había pedido, la abrió lentamente, vi como sus manos temblaban y su respiración se entrecortaba. – Yo te ayudo con eso – dije quitándole la bola con un poco de amargura. Estaba molesto. Leche, pan, sopas instantáneas, sal, azúcar, jugos, arroz y un par de paquetes de golosinas. Cuando vi a los tipos de afuera creí que la habían mandado a robar licor o algo así, pero la verdad era que no. - ¡Espera! ¿A dónde crees que vas? – la volví a tomar cuando intentó huir por segunda vez, esta vez sin la mochila.

— ¡Ya déjame ir! Ya me atrapaste, tienes tus malditas cosas bien, ahora déjame largarme… - La miré un poco asombrado por su descaro al hablar. – Llamaré a la policía - le advertí. A esta pareció no importarle mucho.

— No harán más que llevarme y tirarme nuevamente en ese maldito lugar. Ya lo han hecho antes. – No sabía de que hablaba. Pensé un segundo, ¿debía llamarlos o dejarla ir? - ¿Cómo te llamas? - pregunté.

— No soy estúpida. – dijo con un aire de superioridad.

— Por lo que podemos ver no estás en posición de decidir, me dices la verdad o simplemente llamo a la policía y supongo que ellos sabrán que hacer contigo. – La chica no dijo nada. Aun en el piso me miró por unos segundos, fue solo un parpadeo, pero logré ver su rostro. Ojos marrones, cabello corto hasta el cuello también marrón.

— Yun Sun-mi – la escuché hablar.