Capítulo 23~Me enamore de ti
Peter
Me despierto y volteo a ver a mi alrededor encontrándome con otros dos chicos completamente dormidos. Reviso mi teléfono y veo que son apenas las 5:00 a.m. por lo que me levanto, me pongo mis tenis y mi abrigo para salir a caminar un poco, es una de mis cosas favoritas al venir aquí, aunque para ser sincero todo lo que hago aquí es de mis cosas favoritas, simplemente me parece perfecto este lugar.
Al salir hay un poco de nieve acumulada en la puerta por lo que batallo un poco en salir, al lograrlo comienzo a caminar observando como el sol va cambiando poco a poco el color del cielo y por un momento cierro mis ojos disfrutando de como el aire frio choca contra mi cara cada que avanzo, dándome tranquilidad.
Continuo caminando alejándome cada vez más de la casa y acercándome cada vez más a una pequeña bajada que está más enfrente y sé que es así porque conozco este lugar como la palma de mi mano, recuerdo que la primera vez que vine tenía unos diez años, salí un rato a jugar al jardín mientras mi padres platicaban con mis tíos, quienes nos habían acompañado junto con sus dos hijas, las cuales no quisieron salir para nada al jardín en todo el fin de semana que estuvieron, Sofía tenía miedo a que saliera algún animal, siempre tan escandalosa y exagerada, por otro lado su hermana prefirió quedarse adentro leyendo un libro que se encontró en la biblioteca de la casa, que era sobre ajedrez, siempre he respetado lo que hace pero sinceramente me parecía algo aburrido para leer a esa edad y aun me sigue pareciendo aburrido. Así que ese día decidí salir a jugar solo y como siempre me ha gustado caminar e ir viendo el paisaje, esa vez no fue la excepción, camine y camine, alejándome de la casa, llegando a un lugar que cautivo mi vista y aun lo sigue haciendo, me quede ahí por un rato hasta que decidí regresar a casa y de no ser porque tengo buena memoria y buen sentido de orientación supe regresar con facilidad, sin perderme, aunque al volver recibí un regaño porque les di un gran susto a mis padres.
Llego al lugar y me siento observando el lugar que se encuentra un poco más abajo, mis oídos logran escuchar el ruido del arroyo, el sonido de las aves y el de la poca brisa que hay. Frente a mí se encuentra un lugar rodeado de grandes árboles, el suelo lleno de nieve y entre ella sobre salen algunas flores que le dan más color al paisaje. Realmente cuando vengo a caminar aquí siento que me tele transportó a otro lugar, es como si estuviera en un cuento de hadas en donde los paisajes son hermosos.
- Es hermoso este lugar. —escucho una voz detrás de mí y aunque por un momento estuve a punto de voltear no lo hice porque reconocí la voz.
- Lo es, realmente lo es. —le respondí, mientras ella se sentaba junto a mí, volteé a verla, observando u pequeña sonrisa en su rostro, disfrutaba aquel paisaje tanto como yo—¿Cómo llegaste hasta aquí?
- No podía dormir bien así que decidí escribir un poco, entonces te vi por la ventana que caminabas hacia acá y decidí seguirte, sé que tal vez está mal, sin embargo, lo vi como una oportunidad para descubrir si es que tienes un oscuro secreto.
- ¿y haz descubierto algo ya?
- Por supuesto, he descubierto que tienes un gran don para encontrar lugares tan hermosos como este.
- Ahora que lo dices tienes razón, aunque este lugar también es un paraíso, el lugar al que fuimos la otra noche en realidad está muy cerca de aquí, ¿Por qué no vamos otra vez?
- ¿ahorita?
- No, podemos ir ya en la noche, este lugar es perfecto para ver el amanecer y aquel me parece más bonito de noche.
- Vaya ya eres experto en esto. —dice asombrada volteándome a ver.
- Por supuesto, tengo años de experiencia, ¿entonces vamos o no?
- Está bien, igual podríamos invitar a los demás e ir todos juntos.
- Claro—nos mantuvimos callados, ella observando el paisaje y yo observándola ella, su cabello largo y ondulado se movía por el poco viento que había y los rayos de sol hacían que se le viera de un color más claro, tome un mechón de su cabello acomodándoselo detrás de su oreja, ocasionado que ella volteara a verme y nuestras miradas se cruzaran. —oye Yildizim
- ¿Si? —respondió sin apartar la mirada, tenía ciertas palabras en mi mente que quería decir en este momento y lo haría de no ser que mi teléfono comenzó a sonar.
- Lo siento, tengo que responder. —dije sacando el móvil del bolsillo de mi chaqueta.
- Claro.
- Bueno.
- ¿ya estas despierto? —pregunta mi padre al otro lado la llamada.
- Si, vine a caminar un poco, de echo.
- Me lo imagine, tu madre esta aun dormida y voy aprovechar para ir a comprar algunas cosas que hacen falta a la tienda que está cerca de aquí, ¿quieres acompañarme? —quería seguir disfrutando el tiempo que estaba pasando con Dana, pero también tenía que ir a comprar algunas cosas.
- Claro, solo dame unos minutos, ya voy para allá.
- Vale aquí te espero. —dice para luego colgar.
- Lamento decir esto, pero tenemos que regresar, tengo que acompañar a mi padre a la tienda, antes de que mi madre se despierte.
- ¿ok? —dice algo curiosa, mientras se levante y comenzamos a caminar.
- Eso sonó raro, lo sé, pero no creas que es porque hará algo malo, es todo lo contrario, cada que venimos le gusta consentir a mamá así que por las mañanas suele ir a hacer las compras para todo lo que necesitaremos los dos días, le compra algo que le guste en especial a ella y por supuesto se convierte en el chef de la casa por estos dos días.
- Eres muy afortunado, ¿lo sabes?
- Lo sé y agradezco todos los días por ello.
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