Estoy segura de que tú me escuchas, me consta. Cuando estoy triste no dices nada, solo me abrazas y me mantienes cálida.
Siempre sabes cómo reconfortarme, darme ánimos y también como mimarme. Y aunque mi saliva y lágrimas suelen cubrirte, tú, permaneces firme como un soldado junto a mi, siempre fiel y constante, tu, tan calida y paciente.
Eres más que un simple amigo, eres mi confidente y mi consuelo, gracias por permanecer aquí siempre firme y confiable, tú mi inmutable y apreciada amiga.