Yo... la casa

Capitulo Único

Me presento soy... una casa. Tengo 119 años, a lo largo de mi vida he visto tantos cambios, desde casitas de madera a grandes edificios en este siglo de vida, que decir de quienes han estado en mis habitaciones, y que con el tiempo no han querido irse (fantasmas, apariciones, muertes, suicidios).

 

Me construyeron en la ciudad de Antofagasta, en Chile, un poco antes del año 1900, no había más casas alrededor, aquí vivía el cuidador de los carretones que subían y bajaban de una empresa minera. De a poco armaron las piezas, con techos altos, rectos, ya que nunca llovía. Era una vida plácida, al paso de los animales.

 

Ya en el año 1910, mi dueña era una mujer malvada, que le gustaba usar magia negra para atemorizar a todos quienes vivían a su alrededor, o que trabajaban para ella, pero su reinado del terror por fin llegó a su fin.

 

Al lugar arribó una hechicera blanca, sus poderes chocaron inmediatamente, fueron días complicados, hasta que el mal se extinguió, al ver que no podía hacer ningún maleficio a nadie, decidió colgarse de un árbol muy grande que había en el patio, su alma quedó atrapada en la pieza al lado del jardín, que fue lo último que vio antes de morir.

 

Habían pasado algunos años luego de esto, ahora el sector estaba plagado de casas, cada uno tomaba su pedazo de tierra y construía algo. Tuvieron que cerrar una de las ventanas de mi costado, porque ahora tengo vecinos, tanto ruido me mareaba, ahora había varias familias con niños dentro de mí, llegó una mujer recién casada a trabajar en mí, ya mayor murió de tuberculosis, pero no quiere irse, a veces veo su espíritu rondar, cuidándome como lo hacía en vida.

 

La que me daba mucha tristeza era una niña, tenía casi 3 años cuando por el 1950 una peste que trajo un barco diezmo la población de infantes de la ciudad, no tenía conciencia que estaba muerta, se la pasaba cambiando las cosas de lugar, para hacer que los vivos se molestaran entre ellos, la pequeña se reía juguetona y seguía buscando que otras travesuras hacer.

 

Han pasado varias décadas, ahora hay un señor que no tiene familia, me siento tan sola, echo de menos los pequeños. Al final murió, cómo no tenía herederos, y no quería que yo pasará al estado, me dejó a su mejor amigo, quien lo cuidó hasta el final. Como mi nuevo dueño tenía casa propia, arriendaba mis piezas, ahora había varias personas, igual a veces me molestaban tanta gente, pero ya me di cuenta que no me gustaba el silencio.

 

Hace unos 30 años atrás murió mi nuevo dueño, a él le sobrevivieron su esposa y una hija ya mayor. Decidieron venderme, llegó una familia pequeña, era el año 1977, son los padres y dos hijos, la niña de 7 años y el niño de 9, cómo había poco espacio, ya que la mayoría de mis piezas estaban en mal estado, la pequeña se subía al techo a descansar de tanto ruido.

 

Ella notaba las situaciones extrañas que pasaban, vio el espíritu de la hechicera negra pasar por un pasillo, aunque al principio no se dio cuenta que estaba sola, cuando reaccionó corrió a ver quién era, les contó a todos, pero nadie le creyó, cuando entraba en la habitación cerca del jardín que hubo, sentía que la observaban, por suerte para ella, se deshicieron de todos los restos del árbol donde la mujer se ahorcó, y con ellos desapareció su presencia. Ahora era al padre a quien le pasaban situaciones extrañas, todos los días cuando anochecía, al salir al baño que estaba en el patio, el alma de la niñita le tocaba el hombro, al principio pensó que era ropa tendida en un cordel interior, pero rápidamente se dio cuenta que estuviera ocupado o no, igual a él le tocaban el hombro, ya pasado unos años, se acostumbró.

 

Siguieron ocurriendo cosas, no sé si por la presencia de los niños, o porqué mis habitantes espirituales estaban más inquietos, incluso en un par de fotografías tras la madre apareció a veces una luz roja, sin haber nada que la pudiera proyectar, la mujer espectro que cuidaba la casa, la seguía y le da instrucciones para arreglarme, cómo si todavía viviera para escucharla.

 

Ahora había mascotas de nuevo, dos gatos preciosos, pero murieron envenenados ¿Por qué los humanos menosprecian tanto la vida de los que no son como ellos? Todo lo que sienten que los molestan lo matan, ahora fueron los vecinos por problemas entre ellos, los pobres animales solo fueron las víctimas. Pero uno siguió por un tiempo con sus dueños, ellos veían su silueta que se movía, o que pasaba rápido, era un gatito llamado Miau, a quien querían mucho, pero al final se fue, luego de unos meses su espíritu ya no estaba.



#2342 en Paranormal
#25193 en Otros
#7636 en Relatos cortos

En el texto hay: muertes, hechos paranormales, recuerdos

Editado: 16.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.