Esto no puede estar pasando…
No me salían las palabras, estaba demasiado sorprendida para decir algo, era demasiado: Kevil frente a mi, la enorme confusión que tenía y él llamándome Nayrish… Que es mi nombre pero, es extraño.
—Por si tienes la duda— Dijo él volviendo a estar frente a mí —No estás alucinando, estoy vivo, bastante vivo si me lo preguntas.
—Pero… ¿Cómo?— Pude decir al fin.
—Larga historia que no quiero contar, no es relevante.
Silencio, pude reaccionar, moví mi cabeza de un lado a otro y parpadeó varias veces.
—¿Qué pasa Nayrish? ¿No te lo esperabas?
—Deja de llamarme así…
—Ay, mis disculpas querida Caroline— Dijo riéndose.
—¡Se supone que estás muerto! ¡¿Qué demonios quieres ahora?!
—Quiero mi venganza, Caroline.
—¿Venganza? Eso lo debería pedir yo, tú mataste a Dregam.
—Sabes que fue tu culpa— Dio pasos hacia delante —Tú sabías que en la guerra, mi objetivo eras tú, sabías que tu esposo corría peligro y aún así… Déjate que fuera directo a su muerte y no lo detuviste, así que lógicamente, fue tu culpa.
—¡Cállate!— Grite —¿Venganza de que? No te he hecho nada.
—Oh no, a mi no me hiciste nada, a mi descendiente si, y quiero venganza por todo lo que él sufrió por culpa tuya.
—¿Tú descendiente?— Eso me sorprendió bastante —Ni siquiera sé quién es.
—Ay por favor Caroline— Kevil empezó a caminar en círculos alrededor de mi —Mi hijo se junta cada día con tu querida Jessie, tienen una conexión muy fuerte de hecho.
Me costó sólo unos segundos analizar, y de verdad no lo podía creer.
—¿Nathaniel…?— Dije, sentí un nudo en la garganta.
—Exacto Caroline, Nathaniel es mi descendiente, y quiero venganza por todas las atrocidades que dejaste que le hicieran mientras la guerra estaba en curso. Me imagino todo lo que debe haber sufrido siendo solo un niño de siete años.
—Pero…— No encontraba las palabras —Yo ni siquiera sabía que era tu hijo.
Silencio, él soltó una risa sonora.
—Quizás lo hubieras sabido, si no hubieses sido una traidora. ¿Y sabes que, Nayrish? Puedo hacer sufrir a Jessie lo mismo que Nathaniel sufrió, no tengo ningún problema.
—Jessie no, por favor…— Me dio miedo la forma en la que se estaba refiriendo a todo.
—Tranquila, ella se salva por ahora por ser el motivo de la sonrisa de mi hijo, no quiero ser un mal padre haciendo que Nathaniel sea infeliz.
—¿Por qué haces esto?
—Te lo dije, Nayrish, venganza, quiero venganza por el terrible pasado que tuvo Nathaniel, un pasado que él no se merecía.
No dije nada, así que él siguió.
—Sabes que las cosas podrían ser diferentes si no hubieras sido tan mentirosa y traidora en el pasado.
—¿Que…?— Lo mire.
—¿Acaso tengo que recordarte que juraste nunca meterte con un humano? ¿Tengo que recordarte todas las veces que me prometiste que estarías siempre a mi lado apoyándome como pudieras?— Hizo una pausa y suspiro —No te acuerdas de como me traicionaste? Rompiendo tus falsas promesas, apartándote y encima teniendo en secreto que tú creaste a esa pequeña comunidad de vampiros que me odiaba y estaban todos en mi contra.
Me quedé callada, solo mire hacia abajo, era cierto que fui la peor amiga que Kevil pudo tener. El al notar mi silencio siguió hablando.
—Dime Nayrish, ¿Jessie sabe que no eres su madre? ¿O estás esperando a que se entere por alguien más?
—Quedamos en que no hablamos jamás de esto…
—Tú te lo buscaste, no es mi culpa que seas tan estúpida como para criar a la hija que tuvo Dregam con otra mujer antes de casarse contigo. Y qué hay de Jhonathan? El niño que—
—¡Ya cállate, maldita sea!— Le grite, no quería acordarme de esas cosas.
Kevil empezó a reírse de una forma tan descarada que quise golpear su horrible cara.
—Mira, Nayrish, ni se te ocurra decir una sola palabra de que estoy vivo o de quien es mi descendiente, porque te juro que las cosas podrían ponerse feas— Y con eso desapareció.
Es un terrible momento para que pasen cosas cómo estás, pero no podía perder tiempo, Kevil puede simplemente presentarse como vivo ante su pueblo o decirle a la humanidad quien soy en realidad, él podría revelar que soy… Una vampira fingiendo ser humana.
JESSIE
Venir al bosque acompañada de Nathaniel se ha vuelto una rutina, bastante raro según yo, no todos los días se ven estas cosas. Por otro lado, Sara. Ella me ha parecido muy extraña, desapareció de la misma forma que apareció, algo no va bien con ella, es demasiado evidente que planeaba algo, eso de investigar directamente a Kevil es raro, pero en fin, no son cosas mías, tienes una vida Jessie, deja me meterte en vidas ajenas.
—Piensas mucho— Dijo Nathaniel mientras caminábamos.
—Han pasado muchas cosas estos días…
—¿Cómo cuáles?
—Mi madre ya casi no me reclama ni me exige y está raramente aceptado mis decisiones rebeldes; el tema de Kevil, su descendiente perdido y la rara aparición de Sara queriendo investigar específicamente a un vampiro ella siendo humana.
—¿No olvidas algo?
Silencio, si se a lo que se refiere, creí que lo había olvidado, dejamos de caminar.
—Como te encanta molestarme, Nathaniel.
—Ya hablando en serio— Me miro —Hay que hablarlo.
—No lo sé, simplemente estoy confundida, no me esperaba quedar en esta situación contigo.
—¿Necesitas tiempo?
A veces odio lo directo que puede ser Nathaniel, cuando le da la gana, claro. Suspire.
—La verdad si, necesito pensarlo.
El suspiro.
—De acuerdo, piénsalo las veces que sean necesarias para ti, tú ya sabes mí respuesta en cuanto a este tema.
—Eres muy paciente.
—Con algunas cosas sí.
—¿Cómo esperar a que tú amor imposible te dé señal de que pueden tener algo?— Arya apareció de la nada, a veces me da miedo.
—Si te callas, te lo voy a agradecer muchísimo— Respondió Nathaniel mirando mal a Arya.