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tomo su café y lo puso sobre la mesa del pequeño cubículo que le pertenecía, tomo asiento en la silla frente al computador, paso la diadema por su cuello para finalmente ponerla sobre sus oídos. solo bastaron unos cuantos minutos para escuchar las lineas telefónicas sonar y ahí empezaba su trabajo.
-buenos días, habla leandro ¿en que podría ayudarle?-

y mientras escuchaba las quejas de la persona a quien atendía, solo podía pensar que seria mejor no haber salido de casa,quedarse allí en su cama todo el día con las sabanas hasta arriba , realmente no tenia sentido que el siendo el mas inutil de todos siguiera ahí,un niño de doce años podría hacer su trabajo y seguramente lo haría mejor. y todo el día hasta llegar a casa lo paso con ese tipo de pensamientos.

leandro tomaba todos los días después del trabajo la ruta 47, seguía una rutina que consistía en quitarse la diadema de servicio al cliente y ponerse la suya propia para hundirse en su música quien lo viera de soslayo diría que es un chico que escucha rock la verdad no distaba tanto pero, no es que escuchara solo rock escuchaba cualquier cosa que le pareciera buena de escuchar sin distinciones. todos los días a las ocho treinta tomaba el autobús se sentaba en las sillas del fondo y daba un recorrido de cuarenta minutos hasta llegar a su parada, una vez abajo camina hasta su casa. al llegar a casa se quita su abrigo lo pone en el perchero que hay junto a la puerta , va a la cocina y como casi todos los viernes ve la nota que dejaron sobre la nevera.

" He dejado la cena en el microondas, no me espereces despierto. - demian "

termino de instalarse en su espacio, calentó la cena que efectivamente estaba en el microondas, encendió la televisión para escuchar algo de ruido mientras comía. en definitiva prefería estar en casa,era el único lugar donde no parecía un incompetente el único lugar donde no podía fallarle a alguien o al menos el único lugar donde si fallaba no parecía que su mundo fuera acabar o que fuera a tener una gran consecuencia.

a la mitad de la cena fue a su habitación, tomo un par de cuchillas de la mesita y fue con ellas a la sala, tomo de nuevo asiento en el sofá y termino su comida puso el plato sobre la mesa al lado del sofá toma una de las cuchillas y la puso en posición inclinada sobre su muñeca.

-Quizá si hubiera estudiado otra carrera seria más útil-

-si fuera menos estúpido seguro estaría ejerciendo lo que estudie y no fuera sido una perdida de tiempo-

pensamientos de ese tipo inundaron la cabeza de leandro hasta quedar dormido, al punto que la cuchilla cayo de sus dedo al suelo.

Al llegar a casa lo primero que vio fue una escena que ya conocía a leandro acostado en el mueble, en nada le sorprendo que hubiera cuchillas cerca de el , hace mucho lea no se cortaba sin embargo todos los viernes cuando el no estaba en casa para vigilarlo parecía que se veía tentado a hacerlo, lo bueno es que nunca lo hacia y como todos los viernes fue hasta la habitación de su compañero organizo la cama para volver a la sala tomar a leandro en sus brazos y caminar con el hasta depositarlo allí.

lo cobijo, y se cercioro de que estuviera cómodo y como siempre se quedo mirándolo por demasiado tiempo, si le preguntaban a demian, leandro es un hombre bastante guapo, es de contextura atlética aunque demian realmente duda que haya practicado ejercicio alguna vez en su vida también tiene cabello negro sedoso tan profundo que te dan ganas de pasar tus dedos por el para ver como estos se pierden en ese bosque no es que leandro llevara el cabello largo es mas bien que su cabello era abundante llevaba un corte tipo pompadour pero no se lo bajaba el cabello a los costados, sus labios eran finos pero tenían un rosado antojable todo eso combinado con unos ojos chocolates que te hipnotizan  y a eso se le sumaba que era un buen tipo al fin de cuentas.

 después de contemplarlo por unos minutos más, demian tomo sus cosas y se dirijo a su propio cuarto, se cambio y se metió bajo las cobijas esperando que el sueño llegara pronto.