Me robé descaradamente esta frase de Bart Simpson, para evidenciar mi constante insatisfacción con todo... ok no.
Pero, sí para quejarme de mi eterno (e insignificante) dilema ¿sigo escribiendo?
Una pregunta tan burda y tan sencilla, me tiene sin dormir...
Mentira, duermo y mucho... si me pagaran por dormir, procrastinar y desviarme de los temas seria multimillonario. Bueno, la cosa es que mi motivación viene y va, o más bien se va para nunca volver...
Porque mientras más me lo cuestiono, más entro en crisis y más me convenzo de que terminar esa historia; mi pequeño y deforme bebé, no vale la pena. Y es entonces, cuando el pequeño me mira y dice: –Padre ¡dame piernas!– mientras yo lo ignoro sacudiendo la cabeza.
Me falta el final. Y no logro encontrar motivos para escribirlo. Cos... ¿Para qué? ¿Para volver a guardarlo en el cajón de los pendrive? ¿Para que no vea jamás la luz? ¿Para releerlo y encontrarlo tan miserable que merece ser borrado de la faz de la Tierra? Entonces entro en el bucle infinito de las preguntas cuya respuesta es: –mata, mata–.
Y ya me da flojera pensar siquiera como darle un final digno a esa cosa... que tantas alegrías me dio y ahora solo quiero abortar...
Mi consuelo y consigna de batalla, son aquellas obras... que "dicen" son tan malas y aún así lograron un absurdo éxito (comercial, pero, bah, todo lo mueve el dinero) y son defendidas por sus acérrimos seguidores y se hacen conocidas gracias a sus detractores...
Entonces, me asalta otro dilema ¿Si ellos pudieron por qué yo no?
Además... creo haber escrito algo menos absurdo que un sádico que sólo da nalgadas y un profesor ex-drogadicto que se enamora de su alumna fanática de Dante Alighieri...Ahí humildemente...
Y las automotivaciones suman y siguen... Si esa modelo, sin editores, ni mayor preparación, pudo escribir una novela erótica ¿Por qué yo no? Si ese Youtuber, logró publicar un libro que consiste en retos que ocupan toda una plana... ¿Por qué no lograré terminar siquiera una novela ligera?
Entonces envalentonado porque todos somos humanos con un mínimo grado de inteligencia y respaldado por ese examen donde mi profesora de Lenguaje escribió: "excelente redacción..." y algo más que ya no recuerdo, voy a la batalla, armada con mi word y mi lista aleatoria de Youtube.
Una pausa con Wattpad Booknet para descansar la sesera y descubro que allí hay historias buenas, realmente buenas, que tienen el reconocimiento que se merecen, otras que no tanto, otras que pronto saldrán al papel, autores que se toman la escritura en serio, editan, hacen críticas, etc.
Entonces, me entra la angustia y no concibo que el pequeño Frankie, esa obra que me dice ¡padre dame piernas! coexista con obras que sí vale la pena leer, esas obras que leen, mientras mi monstruosa creación se pierde en los confines de la plataforma. Ah pero se puede mejorar, editar, mutilar, borrar todo vestigio de ella hasta volverla algo decente... Pero ¿para qué? ¿Alguien la va a leer, o se perderá entre algoritmos? ¿Vale la pena el esfuerzo? ¿El tiempo invertido? ¿Si no disfruto editando? ¿Qué sentido tiene hacer tal esfuerzo? Nuevamente, en el bucle infinito de preguntas que se agolpan en mi cabeza y no tienen respuesta, al borde de otra crisis existencial, apago las preguntas con una canción bonita y le quito relevancia supongo...
Perdida en el ciber espacio, o en el cajón de mis calcetines, no hace la gran diferencia...
No tengo las herramientas necesarias para convertirme en un best seller, ni para llegar a un público de tamaño considerable, no sé si me lean más de 2 personas hasta el final y creo que carezco de talento innato para la escritura, y para variar cursos o una carrera ligada a la literatura no tengo...
No me queda más que decir pucha la custión y seguir con la vida.
Contradictoriamente, (ah los misterios de la vida) sigo aquí, amparado de mi mantra,
<<escribe un libro con tonterías, no faltaría quien lo leería.>>
Fin de la verborrea.