Hay tantas cosas que no entiendo...

Mientras busco motivación para escribir, releyendo el fanfic que terminé, pensando -ese día qué me fumé- agradezco en primer lugar que alguien haya leído una historia que mi yo del pasado quería leer y con la que mi yo del presente fangirlea y -se medio estresa- cuando no haya como continuar.

En mi exploración por el mundo de la escritura, encuentro historias con protagonistas femeninas originales, que se salen del canon y se describen a sí mismas como luchonas, empoderadas, feministas, en contraparte a las otras...

Porque ellas son diferentes, ellas no son como las otras, lo que me hace cuestionarme si estamos tan avanzados y evolucionados como decimos estar.

La contradicción es tan evidente, sin embargo, el lector poco se cuestiona al notar como la masa acepta esta propuesta que le han hecho al comienzo de la historia.

Una protagonista fuerte, empoderada, independiente.

La que en menos de un capítulo está siendo salvada por el protagonista masculino.

¿Es eso malo?

No.

¿Es contradictorio?

Mmm...

Pero, se puede arreglar, porque como la protagonista, es fuerte,  independiente y empoderada, le reclama por salvarla, porque ella no es ninguna damisela en apuros.

¿Soy la única a la que ésta actitud le parece grosera?

Obvio, porque soy única y diferente.

Lol.

El equilibrio entre hacer una protagonista, fuerte, sin caer en una fría, es delicado, un poco difuso y algo que puede espantar a más de un lector en busca de una historia que salga de lo típico.

Y es huyendo de lo típico que caemos en el otro extremo.

No soy como las demás.

Por la...

Ok. Somos siete mil millones de humanos. Obviamente no somos todos iguales. Pero, hay conductas que son consideradas dentro de un comportamiento humano normal, los cuales explica la psicología. Pero, eso da para otro apartado, porque me estoy desviando del tema -desde la primera coma.

Mi ira desmedida e infinito odio, va hacia el tópico "no soy como las demás" "no soy como esa protagonista de esa historia de hace 15 años, soy más luchona, empoderada, fuerte, independiente y para eso voy a hacer ver a tu protagonista obsoleta y demás personajes femeninos como basura"

Estiradas, huecas, básicas, plásticas.

Como una barbie pirata que solo viste de rosa y le encanta maquillarse y leer el horóscopo.

Porque ser femenina está prohibido.

Estar interesada en la moda y tener un interés amoroso por el chico guapo de turno es pecado capital.

Si lo haces no eres más que una vil desesperada por atención.

Una básica.

Y nadie quiere ser básico.

Porque somos todas únicas y diferentes.

Además, el hecho de que te guste el rosita, maquillarte y vestirte bien para que te miren, te exime de ser inteligente. O de tener buen gusto. O de sacar buenas notas. O de que te guste el metal.

¿Una persona que disfrute de el stand de los besos y old boy?

Nooooo
Como se te ocurre, si esta tipa es re-básica. Puro cine comercial.

¿Bad Bunny y Rammstein?

Ambos son igual de misoginia.

Badam tsss.

Mi punto -si es que había alguno en esta infinita verborrea- es que atacamos sin piedad a ese personaje ficticio -¿es ficticio? Ándate a la verga, a quién le importan unos pixeles- rectifico, a ese personaje sin piedad, reduciéndolo a la nada, para exaltar a lo que se supone es aceptable e incluso inspirador, creando así una cosa inconsistente, que no se rige ni por sus propios principios.

Cayendo en un extremo absurdo.

De blandengue a sin personalidad, a la personificación de lo rudo, lo rudo, lo rudo.

No soy como las demás porque yo soy fuerte... no como las otras.

Y vuelvo a lo mismo.

Y vuelvo a rabiar.

Porque el protagonista masculino puede ser un personaje de fondo con frases que dan vergüenza ajena -ola bb, ¿kiere verga?- y se les ama.

Se les ensalza.

Se les idolatra.

Con algo tan simple como: lo miré, me miró, era hermoso y misterioso y era hermoso.

Listo.

Protagonista masculino perfecto creado.

Seguiría quejándome respecto a este punto, pero parecería vieja amargada.

Ya saqué esto de mi sistema.

Ya no será un tumor maligno.