Yo soy CLAUDIA

Soy Claudia tengo cuarenta años vivo en un departamento soñado, bastante grande como para alguien que solo vive con su sombra y algunos romances de la noche. Me crié en un lugar que poco deseaba: en plena calle. Lo más estúpido es que creí que era por un tiempo, pero decidí alejarme de eso, comencé a trabajar como repartidora, el primer día me echaron porque creyeron que me robaría la moto, el dueño me había seguido y había pensado barbaridades, entregue mi pedido, recibí mi dinero y me marché con dignidad. Supe que unos días después le habían robado todo y ese día recuerdo que el dueño vino justo frente donde ahora es mi departamento, y me culpó de aquél hecho. 

Estuve presa unas semanas, me di cuenta del poder del rico y ahí estaba esperando que algún milagro me salve. Me soltaron, fui donde estaba el departamento que soñaba y estaba comprado, fue el mismo que me llevó a donde terminé. Estaba rota, perdida y sin saber que camino debía tomar, subí por las escaleras y golpee su puerta, estaba entreabierta y entré, ojalá no hubiera entrado. 

Un hombre alto, con traje, estaba escondiendo el cuerpo de aquél rico, quedé perpleja, lo ayudé. Fue despecho, venganza, quién sabe. El homicida me hizo firmar unos papeles, quedamos en un acuerdo, me casé con él porque se hizo pasar por el rico, fue ingenioso. Mi gran colega Blas, aunque su nombre real es Omar, es exitoso chef reconocido, mi pilar aunque lo que diga es siniestro y descabellado. Me da todo lo que deseo y si, me convertí en dueña en el departamento de mis sueños, pero no, algo me faltaba. Fui al restaurante, tuve una cita con un policía al parecer, excedí al beber y conté el asesinato. Me  culpe para no dañar la reputación de Blas, pero nunca fue, ni me sacó, solo tenía 23 años. 

Pero... tranquilo Blas, no busco venganza, te borraste al parecer, pero por cortesía me dejaste el departamento  con grandes deudas. Por mi parte salí a los 40 y aquí estoy bebiendo una copa de vino y esperando que algún día entres para charlar Blas, Omar o quien sabe... tal vez te cambiaste de nombre.