Hoy lloré desconsoladamente alrededor de veinticuatro horas y le voy a contar porqué. Mi mujer, gran amiga mía me había dado un ultimátum. Lo que llevó a esto fue que le dije que me tenía cansado, no paraba de hablar, generalmente no me molesta, pero soy un sujeto bastante callado y que alguien hable muchas horas seguidas me irrita y sobre todo a las ocho de la mañana donde lo único que quiero hacer es estar en silencio. Ella no entiende que comunica eso "que no digo nada" ella piensa que yo pienso en otras mujeres, en futbol y vaya a saber dios que más pensara de mi persona.
Les voy a contar un poco de mi mujer (la chillona) ella es súper extrovertida, es muy buena y de muy buen porte, pero me enamoré algún día de ella de una forma increíble, pero cuando comenzamos a convivir por este tema de la cuarentena y ella se me vino a instalar en el departamento, invadió todo mi lugar. No, no soy un tipo solitario, soy un tipo que le gusta estar en silencio, que le gusta comer tranquilo sin necesidad de sacarme fotos cada segundo, ni cantando a todo pulmón como ella lo hace, en realidad no me molesta, pero me saca de las casillas que las cosas que ella hace quiere que las haga yo también. ¡Con lo bello que es observar!
Pues un día le dije esto que ya había repetido, "que me tenía cansado" ella se quedó sorprendida, retrocedió tres pasos, su sonrisa cambió y se rascaba los brazos, luego de unos minutos de silencio me dijo: O me pedís perdón o me voy con Enrique. Esta historia fue bastante interesante, Enrique era el vecino del lado, mi peor enemigo, antes fue mi amigo, pero deje de estar con él porque me robó a mi antigua mujer, entonces cuando mi mujer dijo eso me desorbitó, sobretodo porque nadie le decía Enrique salvo sus íntimos.
Le dije perdón, porque soy un caballero y me equivoqué, la agarré del brazo como si la quisiera abrazar y la llevé con Enrique. Mi vecino desconcertado por la escena le sonrió a ella y a mí me ignoró, mi mujer hizo tremenda escena, lloraba, se tiraba y bueno esas cosas que uno hace desesperado.
Me fui de casa y llegué eso de las tres o cuatro de la mañana, había un silencio de esos que tanto extrañaba y justo cuando estoy por pegar un ojo, escucho un sonido de placer en la casa de mi vecino, luego de este el nombre de mi mujer, y si, ¿Qué esperaba?
Agarré mis cosas, todas las que tenía y por la noche llamé a mi contratista, le dije que no tenía buena convivencia con los vecinos y me cambiaron a otro edificio más al centro de la ciudad. Las cosas de mi mujer al yo irme automáticamente jamás las iba a recuperar, fue lo que firmamos o lo que firmé.
Tuve millones de llamadas de ellas, desaparecí de su panorama, hasta como dije, el día de hoy que nos vimos para los papeles del divorcio, por eso lloré, era mi amiga y me quitó casi todo. Lo bueno es que conseguí un empleo y de los buenos gracias a mis estudios, estoy conociendo alguien, dio la casualidad de que es la hermana de Enrique ¿También me la va a quitar?