Federico se acercó a Eva antes de buscar a su esposa.
—Eva —ella dejó de conversar con alguien de la fiesta para hablar con él —Bienvenida nuevamente al Grupo Santiago, hoy hubiera sido la bienvenida de mi hija, pero no se pudo, ella hubiera estado feliz.
—Papá todo ha sido maravilloso —ella se llevó las manos a su rostro sorprendida, había cometido el peor error de su vida, se le había escapado al ver a su padre sufrir.
Federico tomo su mano entre las de él.
—Gracias, me has hecho feliz por un momento, no tienes idea cuanto la extraño.
Eva sintió dolor por su padre.
—¿Le molestaría si le dijera Papá cuando estemos solos? También me recuerda a mi padre.
—Claro que puedes decirme Papá, gracias mi niña por tratar de aliviar mi dolor por la perdida de Susana.
Eva sonrió por primera vez genuinamente desde que despertó ese día en la morgue.
En las sombras una mirada furiosa miraba la mano de ella entre la de Federico.
—Señor —Loren miró a Vicenzo, su mandíbula apretada y siguió con la mirada la de su jefe, Eva Pandora estaba de la mano con el señor Santiago —¿Pasa algo?
—Es increíble como el interés al dinero no tiene límites para hacer daño.
—¿De qué habla?
—Me refiero a Eva Pandora, sabe muy bien por lo que está pasando Federico y ella lo esta usando.
—No creo que la señorita Eva Pandora sea capaz de algo así.
—¡Me acaba de usar esta noche para sus intereses! ¡Mañana el mundo entero pensará que estoy en una relación con ella! Por dinero es capaz de todo, Rosa lo ha intuido, y esta sufriendo.
—Hablé con la señorita Eva Pandora, enfrentela.
—No, haré otra cosa —Loren esperó que le dijera que iba a hacer, pero Vicenzo se giró para salir de ahi.
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Eva miró el periódico y sonrió de oreja a oreja, en la sección de sociales ella y Vicenzo ocupaban casi toda la página bajo el título Nueva pareja del Grupo Santiago, pudo ver más abajo la foto del compromiso de ella como Susana con Vicenzo, los medios estaban sorprendidos por el parecido grande entre las dos y como Vicenzo había caído en sus brazos en poco tiempo, se levantó de la cama y abrió las cortinas de su habitación, era un día maravilloso. Su familia al igual que ella leían el periódico antes de levantarse, a esta hora Melany habia leído la noticia.
Tocaron la puerta de su habitación, se sorprendió al ver que Vicenzo entraba.
—Buenos días Eva —su mirada se dirigió hacia la cama donde estaba el periodico abierto en la noticia de ellos como pareja.
—Vicenzo —sonrió —¿Vienes a invitarme para que desayune contigo?
—Así es, pero no en casa, deseo que me acompañe a un restaurante un poco silvestre, hacen unos pancake delicioso.
Eva sonrió, su debilidad, lo dulce.
—Estaré lista en un momento.
—Nos vemos abajo —salió de la habitación y ella se quedó suspirando feliz.
Narrador
—¿Permitirás esto? —Melany miró furiosa a su padre —¡Mi hermana acaba de morir y ellos dos ya salen y viven juntos como pareja!
—Melany, no le alces la voz a tu padre —Rosa miró con severidad a su hija.
—¡No hace nada! ¡Existe un acuerdo, salvaste la vida de Enricco, su hijo debe casarse con una hija tuya, al morir Susana, debe hacerlo conmigo!
Federico levantó su mirada de su plato para ver a Melany.
—Entiendo a Vicenzo —su esposa lo miró con el ceño fruncido —Ella es igual a mi Susanita, es como si estuviera viendo a mi pequeña en ella.
—¿Cómo puedes decir eso? Quién se parece a Susana, soy yo, su hermana, no esa trepadora que lo único que busca es hacerse del dinero del Grupo Santiago.
—Eva no es así, ella es como tu hermana.
—¡Estoy harta de que para ti la única que valía la pena era Susana! No haces nada con Vicenzo solo porque la maldita Eva se parece a Susana, según tú —salió del comedor dando un portazo.
—¿Realmente la miras como a tu hija? O ¿Hay algún interés en ella como mujer?
—¿Qué cosa dices? Veo a esa niña como a mi hija, nunca como una mujer, eso sería incesto.
Rosa llevó la taza de café a sus labios y se sintió aliviada al saber que su esposo no tenía interés romántico en ella, pero iba a estar pendiente, una cosa era lo que su esposo le decía y otra lo que podía buscar Eva Pandora, según su hija era una mujer que estaba manipulando a su esposo por su dinero.
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Lejos de ahí, alguien más miraba el periódico, frunció al ceño al leer que Eva Pandora había sido la mejor amiga de Susana Santiago, ella según el periódico había estudiado con ella.
Sus ojos se centraron en el rostro y negó, ella nunca estuvo en el mismo colegio que Susana, menos ser su amiga, se preguntó quién era Eva Pandora y porqué estaba mintiendo, pero lo iba a descubrir.
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—Es hermoso —Eva miró las flores y cerró los ojos para aspirar su olor, veia las mariposas revoletear sobre ellas, se sentía maravillada.
Se había puesto unos pantalones cortos blancos con unas sandalias planas y de tiras, su blusa de un verde del mismo color que sus ojos, se había agarrado el cabello en una coleta alta, para Vicenzo parecía una adolescente feliz con una montaña de helado.
Recordó a Susana, ella adoraba salir a acampar para contemplar el cielo cargado de estrellas, la furia lo recorrió una vez más... nunca se iba a perdonar que perdió esas noches con ella, este restaurante le hubiera encantado... ella...
—Es adorable este lugar —saco su móvil y comenzó a tomar fotos, no creía que estuviera fingiendo la alegría, ella hizo un gesto que lo hizo quedarse sin aliento... era el de Susana, es como si estuviera con su prometida en el restaurante, ella corrió en medio de las flores, detrás de las mariposas ¿Dónde estaba la Eva que conocía? ¿La mujer dura, la mujer fría?
Miro de reojo el movimiento en un arbusto, la función había comenzado, caminó hacia ella y la tomó de la mano, ella no se sobresaltó, le dedicó una gran sonrisa, así que no tuvo problema en inclinarse y rosar su mejilla con sus labios.