—Supongo que estas feliz —Rodrigo la mira desde su altura, ella no levanta la mirada de su computadora —Es la venganza perfecta de Eva Pandora, destruir al hombre que la engaño y la envió a matar, pero cuando te vengues ¿Qué pasará con Susana?
Ella lo miró
—Nada —quitó sus gafas que se ponia para trabajar en la computadora —Susana Santiago ya fue declarada muerta, no la regresaré de la tumba.
—¿Qué? —ella se puso de pie y se cruzó de brazos.
—¿Qué esperas? Que después de casi un año de haber sido declarada muerta, vuelva a la vida —río burlesca.
—¡Está no es tu vida! ¡Es la de ella!
—Ella ya no existe Rodrigo, ella ya esta muerta.
Su teléfono interno suena, levanta, escucha lo que le dicen.
—Qué pase —cuelga y mira a Rodrigo —Por favor tengo una visita, quédate.
—¿Quién es?
—No lo sé, así que quédate.
Dieron dos golpes en la puerta, luego la puerta se abrió era su secretaria y una mujer desconocida.
La mujer entró, se detuvo y observo de la cabeza a los pies a Eva Pandora, enarco una ceja y siguió hasta una silla.
—Señorita Clara, siéntese.
Ella no lo hizo, su mirada se posó en Rodrigo.
—Por favor podemos hablar en privado.
—Puede hacerlo delante de él, no guardo secretos.
—No tengo ningún problema en hablar frente a él.
Se sentó, guardo silencio unos momentos.
—¿Quién es usted realmente? —preguntó a Eva, ella la miró sin entender.
—¿A que se refiere? —la miró fríamente.
—Fui compañera de clases de Susana, tengo excelente memoria y usted no estaba en nuestro salón, ni siquiera en el instituto.
Rodrigo palideció ante las palabras de la mujer, lo que más temía había pasado.
—¿Segura que tiene excelente memoria? —sonrió con total seguridad —Claro que estudié en el instituto, ahora la recuerdo, pido disculpas por no haberlo reconocido, pero debo de admitir que ha tenido un gran cambio —Clara la miró, era imposible que supiera quien era.
—¿Ah si? —sonrió con burla, podía estar tratando de engañarla.
—Anteriormente eras Juan —Clara abrió más los ojos —Te sentabas en un rincón, eras el único chico en nuestro salón, según recuerdo no podías estar en un instituto de varones por que sufrias de malos tratos.
Clara frunció el ceño, estaba totalmente segura que ella no estaba con ellas, no aparecía en su anuario ¿pero como sabía de él?
—Si estuve en el mismo instituto, muy amiga de Susana.
Ella se pusó de pie sin dejar de ver a Eva Pandora, realmente no estaba en su salón, pero no entendía como sabía de ella.
—Tú y yo sabemos perfectamente que no estudiaste en el salón, tengo muy buena memoria, también el anuario, tú Eva Pandora nunca fuiste compañera de clases de nosotros.
—Me causa curiosidad saber que pretendes con todo esto —Eva la miro con una sonrisa.
—Está sería una historia que llamaría la atención a la prensa, una de las socias mayoritarias está mintiendo con su identidad.
—No lo hago, mi vida es un libro abierto —sonrió con toda la seguridad.
Rodrigo estaba sudando.
—Puedo guardar silencio, si así lo desea, debe saber que mi silencio tiene un precio —Eva Pandora sonrió con burla.
—Si desea hablar con la prensa, puede hacerlo, esta en todo su derecho.
El rostro de Clara se ensombrecio, necesitaba dinero y Eva Pandora no se lo estaba poniendo fácil.
—Le dejó mi número por si cambia de idea —colocó su tarjeta en la superficie del escritorio.
Clara salió de la oficina con la certeza que Eva Pandora se pondría en contacto con ella, después de todo, una mala noticia no sería conveniente para el Grupo Santiago.
—¿Qué harás? —Rodrigo estaba asustado
—Contrata al mejor investigador.
—¿No le pagarás? Puede hablar.
—Si yo accedo a darle dinero, se volverá un círculo vicioso, pedirá más y más y créeme es lo que menos quiero. Contrata al mejor investigador, estoy segura que también tiene secretos que no querrá que se sepan.
—¿Y si no tiene algún secreto? ¿la matarás?
Eva Pandora sonrió
—No soy ninguna asesina Rodrigo, ve a hacer lo que te dije.
Él se marchó, Eva Pandora caminó hacia el gran ventanal, nunca imagino que un día su ex compañero de clases le iba a causar problemas. Estaba segura que no iba a desistir tan fácilmente, estaba cegado por el deseo del dinero, encontraría algún secreto y por primera vez iba a chantajear a alguien tal como lo estaban haciendo con ella.
*****
—¿Noviazgo? —su amigo y abogado se sentó frente a Vicenzo —¿Por qué esa decisión repentina? ¿Es por su parecido con Susana?
Eva Pandora se pego más a la puerta, iba a discutir un asunto de una campaña con Vicenzo, no pensó que estuviera en una reunión, ya que la puerta no estaba cerrada.
—¡Deja ir a Susana!
Ella frunció el ceño.
—Te llamé para revisar los contratos, no para discutir mi vida privada.
—¿Vida? Desde que Susana murió, no has vuelto a vivir...
—Entrégame los contratos para que los revisemos, no volveré a decirte que no estas aquí para discutir mi vida privada.
Su amigo asintió, sabía que había pasado el límite con Vicenzo, así que procedió a sacar los documentos que había revisado con sumo cuidado.
Eva Pandora no entendía a qué se refería el hombre que estaba con Vicenzo, él nunca le presto atención, menos buscarla para conocerla, así que no entendía por qué decía que no había vuelto a vivir... a no ser que era su actuación ante el mundo para que no sospecharan de él, apretó la carpeta que llevaba y se dio la vuelta, volveria mas tarde a revisar la campaña.
Si entraba en este momento a hablar con él lo atacaría duramente por que no se cansaba de fingir que estaba sufriendo por la perdida de Susana.