—pero maa— me queje.
Alguien le contó a mi madre lo que paso hoy en la escuela y al parecer no exactamente como paso. Tengo la sospecha de quien fue.
—pero nada— me corto de tajo— y te dije que no me digas *pero* —sentencio —vete a tu habitación estas castigada— valla castigo, si es en mi habitación que me gusta estar, así tendré más tiempo para leer, mi mamá piensa que soy normal JA, pobre.
Me levante del fosa, pero me detuve en seco cuando escuche a mi hermano.
—ma, tú sabes que para ella eso no es castigo, es una bendición, ya quisiera ella pasar el día entero en esa habitación —se burló mi hermano haciendo que lo mirara con odio.
Ahorita subo y buscare en Google la forma de mutilar y ocultar un cadáver.
—tienes razón— dijo mi madre pensativa —una semana sin ir a practicar.
—¿qué? — dije horrorizada —nooo, mami eso no —negué, mis ojos se cristalizaron— no te apures adefesio inmundo— tengo muchas formas de insultar a mi hermano, pero no podía decirle porque mami estaba ahí y si lo digo, fácilmente me reinicia con un zape, si no, le dijera hasta del mal que se va a morir por desgraciado.
El simplemente me saco la lengua y se fue sonriendo, Adrián, así se llama este ser asqueroso que dice ser mi hermano, a veces lo desteto como ahora. Gracias al cielo Marcus no es como él.
Fui a mi habitación cuando me di por rendida, arrastrando los pies quejándome de que no soy escuchada, nunca me preguntan nada, solo asumen lo que digan los demás.
¡diantre! y hoy que tenía práctica.
Me encierro en mi habitación, pongo música bajita voy a la cama saco mi celular y me pongo a leer. no quiero pensar en lo que me pasa, si no me deprimo y pienso cosas estúpidas.
...
—¿por qué no fuiste a practicar?— pregunto extrañado mi papá. Es muy raro que falte a práctica, ni por que estuviera enferma faltaba y al no verme con el uniforme se le hizo extraño.
—mami me puso de castigo, ombe— dije cruzada de brazos indignada —porque golpeé a un muchacho que se puso de fresco conmigo —hice un puchero.
Le conté lo que sucedió a mi padre, el escuchaba atentamente cada palabra que decía.
—por eso— pregunto incrédulo. Asentí —hablare con ella— sonríe por mis adentros, ya sabía que esa técnica con mi papá nunca falla.
mi padre se fue y entro Marcus. Me mira con una sonrisa burlona.
—así te quería encontrar puerco— dijo Marcus sentándose a mi lado. Me encojo de hombros— tengo que ir a partirle la cara al imbécil ese— su cara de seriedad aterra.
—no te preocupes, ya lo hice—sonrió, sé que no está bromeando y no quiero hacer el problema mas grande.
—esa es mi hermanita ¡tan linda!— dice orgulloso despeinándome más de lo debido.
—me estas despeinando— me quejo.
—y esas greñas cogen peine— carcajea divertido.
—ja.ja.ja muy gracioso- digo levantándome para ir a las escaleras.
Quien se cree para hablar así de mi cabello. Se que mi pelo no es rizado, pero me encanta así, afro, tengo la facilidad de hacerme cualquier peinado y me quedan bien.
*déjalo Thurin, es la envidia que está hablando* habla mi subconsciente.
*tienes razón* confirmo.
*pero pásate un peine o que se yo, ya andamos dando pena ajena*ataca mi subconsciente.
*maldita traidora*
—¡no te enojes!— grita Marcus desde la planta baja.
Iba a contestar de la misma manera, pero choco con una pared. Pared que mide 1.80 y tiene la cara de mi novio, aunque el aún no lo sabe, solo es cuestión de tiempo que el me acepte en su corazón... Espera.
No es una pared, es ángel, mi ángel.
—a-a-ángel eres tú— sonrió nerviosa.
*no, quien más va a hacer, Harry style pidiéndote matrimonio*
—si— se rasca la nuca nervioso—ya me iba —dice señalando el camino que tomaba antes de tropezarse conmigo. Asiento un poco triste, lo veo y ya se va.
—adiós— retorno mi camino hacia mi habitación.
—Thurin, espera— detiene mi andar sosteniendo mi brazo, creo que me estoy derritiendo por dentro, quiero gritar de la felicidad, pero me contengo.
Hago una señal para que continúe. No quiero hablar, temo decir algo estúpido.
—quiero pedirte algo—comenta nervioso. Amo verlo de esa manera, se ve tan tierno.
*¿mi virginidad? Tómala, es tuya * habla la vocecita en mi cabeza. Le doy gracias a dios que solo yo la puedo escuchar.
—habla— maldigo internamente, no quería sonar tan dura. Me arrepiento cuando veo el asombro en su mirar para después bajar la cabeza.
*tu si la cagas en grande*reprocha mi subconsciente.
—e-es-este...yo— ríe nervioso— quieres...
—oh ángel—comenta sorprendido Marcus— no sabía que estabas aquí— llega y le desordena su sedoso pelo. ¿Por qué todo lo de el tiene que ser tan lindo y tierno? —¿estas coqueteando con mi hermana?— bromea marcus, un violento sonrojo se hace presente en la cara de Ángel y creo que en el mío también, me salvo porque soy morena, si no, le hiciera competencia al tomate.
*Que oportuno hermanito*
—n-no, yo ya me iba, solo me tope con Thurin y la salude— algo en mi se quebró en ese momento.
Odio este amor no correspondido.
—yo me tengo que ir tengo mucha tarea pendiente—me excuso. No espero respuesta y entro por fin a mi habitación, siento un sabor amargo en mi boca.
Suspiro, eso me pasa por ilusionarme sola. Se que no lo dijo para lastimarme, pero aun así duele como el carajo.
Marcus sabe que me gusta, no se por que hace ese tipo de preguntas, de seguro viene más tarde a disculparse.
Tomo dirección al baño, hago mis necesidades, cuando termino voy a la cama con mi pijama de los Minions puesta.
Tocan la puerta, pero finjo dormir, por si abren. Vuelven a tocar.
—mona con ropa— llama mi queridísimo hermano Adrián— sé que estas despierta— vocifera— que si vas a cenar, mando a preguntar mamá— no respondo. Eso hace que entre a la habitación.
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Editado: 25.12.2020