Pdv ángel
—Thurin, ¿quieres ser mi novia?— pregunto al espejo que esta en frente de mí.
Niego. Agito mi pelo exasperado. Así no, creo que se espantara.
Doy vueltas por mi habitación,pensando como seria la manera de que Thurin salga conmigo. llevo como una hora pensando como acercarme sin espantarla, a veces suelo ser muy intenso o cortante y a pesar de que me gusta, no me puedo controlar y solo me alejo, pero el imbécil de anthony gana terreno con ella, cosa que me saca de mis cabales.
¿Y si le pido una cita?
No.
Traté de hacerlo, pero los nervios me traicionaron, Thurin me pone muy nervioso. Además, su hermano intervino, el imbécil de Marcus. No me mal interpreten, me agrada, pero suele ser un gramo en el culo.
¿Y si la llevo a un lugar que estemos nosotros dos solos?
No. Eso tampoco, Si hago algo así, posiblemente me odie y sus hermanos me matarían. No quiero imaginar lo que me harían sus padres.
Tengo tanto dinero y no me sirve para nada. No me mal entiendan, el dinero es bueno para tus necesidades y saciar tus deseos, pero no me sirve para enamorar a la chica que me gusta.
Me enojada no poder acercarme de la forma que quiero, aparte de eso, el idiota de Anthony se la pasa detrás de ella todo el tiempo.
Debo hacer que se aleje, pero no sé cómo. Es insoportable ver a MI chica con otro hombre.
El coraje me gano cuando vi que el hijo de puta de Joshua la toco, no me pude contener, se propaso con ella, nadie hará eso mientras yo viva, debe agradecer que lo deje seguir respirando, amenazándolo para que no se vuelva a acercarse a mi hermosa y radiante luz. Al menos mi rutina de ejercicio y mis clases de boxeo sirven para algo.
Escucho mi celular sonar, tomo el dispositivo, el nombre de adrián se releja en la pantalla indicando la persona que está llamando. Ruedo los ojos.
—¿que quieres?—pregunto de golpe fastidiado.
—La fiera no está de buen humor— bromea.
—Estoy ocupado, colgare — digo sin más, pero me detengo cuando escucho lo siguiente.
—¿Qué es más importante que Thurin?— logra captar toda mi atención cuando dice su nombre. El imbécil sabe que me gusta su hermana y lo usa para su provecho.
¿Qué sucede con ella? - pregunto curioso y preocupado. Todo lo que tengo que ver con ella me importa.
—¡Wau! vaya que te tiene bien clavado, mírate como te pones de solo escuchar su nombre— se burla, haciendo que poco a poco pierda la poca paciencia que tengo.
—No me hagas parirte la cara y habla — digo irritado.
—¡Tranquilo bobi!— dice con tono persuasivo— Thurin está enferma y enojada por algo que sucedió.
—¿que le hiciste imbécil? —Pregunto enojado. Ni siquiera se que tiene en contra de ella, la molesta todo el tiempo, hasta parecen enemigos.
—Eso no importa— dice sin más —el problema es que todos sus cuadernos se mojaron y tiene que entregarlos el lunes— explica— ¿quisiera saber si la puedes ayudar?
—Claro imbécil, luego hablamos de como paso, algo me dice que tú lo provocaste.
—Otra cosa, cuando llegues, dile a ella que no me lo agradezca.
—Que ra— antes de que continuara ya había colgado.
Imbécil
Tomo mi mochila, miro mi reflejo en el espejo, cerciorándome que este impecable. Salgo de mi habitación y Bajo las escaleras. En la planta baja escucho ruidos, supongo que uno de los dueños está aquí.
No me equivoco cuando veo a la señora de la casa, al parecer llego de su viaje de negocios.
—Ángel, tenemos que hablar— dice la mujer que me engendro. Sigo caminando sin hacerle caso —hijo tengo meses que no te veo y así me tratas— dice indignada mi supuesta madre.
—Disculpe su majestad — hago una pequeña reverencia— ¿en qué le puede servir este humilde caballero? —Pregunto con tono sarcástico.
—Déjate de juegos ángel— gruñe molesta.
—Solo vienes cuando te acuerdas del bastardo que tienes por hijo— me tengo frente a la puerta sin verle la cara —tu nunca fuiste, ni has sido una madre para mí, sigue con tu puto trabajo—aprieto los puños por el coraje.
—Te exige respeto ángel —vocifera enfurecida, roja del enfado— te doy todo y así me tratas —dice indignada y con desprecio imprimido en sus palabras.
Rio sin gracia, llego hacia donde esta parada, regalándole la mirada más fría que tengo— no te preocupes, estoy a meses de cumplir la mayoría de edad, te puedes quedar con tu dinero y metértelo por donde te quepa ... al fin y al cabo siempre fue más importante que yo— digo para luego sentir ardor en mi mejilla izquierda.
—¡Respétame!—grita iracunda y con la respiración acelerada— porque por más hija de puta que sea, sigo siendo tu madre —eleva la voz haciendo eco en toda la casa.
—No sabes cuándo deseo que no lo seas —digo apretando los dientes. Su cara de dolida no me conmueve. Ni las lágrimas que comienzan a brotan de sus ojos.
No me quedo a ver el drama que hará y salgo de la casa azotando la puerta.
Me enferma verla. A ella y a su esposo, quienes dicen ser mis padres. Malditos desgraciados, se ponen a crear niños para dejarlos abandonados, ¿qué tan difícil será comprar un condón?
Siempre me cuidaba una estúpida niñera porque ellos nunca estaban, la supuesta niñera nunca hizo su trabajo, yo solo lo hice, ella nada más cobraba, inclusive me dejaba solo en casa, con el personal de limpieza.
Me sentía muy solo, despreciado, nadie me quiso, una casa tan grande para un niño tan solo.
Después de un tiempo se mudaron los Urriaga. Una familia muy alegre, pero lo que más me llamo la atención fue la pequeña que estaba con ellos. Una linda morena con el cabello hecho un lío. Su mamá la cargaba en brazos y los dos pequeños agarrados de mano de su padre.
La imagen me causo envidia y curiosidad.
Después de tiempo viéndolos de lejos, decidí acércame a ellos, para saciar mi curiosidad.
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Editado: 25.12.2020