Pdv Thurin
Llega la noche y decido bajar, ya saben para que mi familia no se preocupe por mí, cuando llegue no vi a nadie. También para que mi presencia no les haga falta.
*sabes que no es cierto, bien puedes irte por tres días y nadie lo notaria*dice esa vocecita.
*sabes, tengo sentimientos, aunque no lo creas* digo ofendida.
Bajo las escaleras, se escucha la risa de mi madre, de seguro esta al teléfono con alguna de sus amigas.
Me encamino a la sala, frunzo el ceño al ver a Anthony en casa, era el quien hacía reír a mamá.
Carraspeo y se voltean y me miran sonrientes.
—oh Thurin cariño, ¿cuándo llegaste? — dice sonriendo mi madre.
—mamá salgo de la escuela a las 3 y son...—miro el reloj que está colgado en la pared—7: 30 pm — digo ofendida, llevando mi mano a mi pecho para dramatizar.
—lo siento cariño soy muy distraída—se excusa— además, mira quien está aquí— dice apuntando a Antón, quien me mira muy sonriente. Ruedo los ojos. Estos dos se llevan muy bien, demasiado diría yo.
—hola Antón—digo tomando asiento en el sillón—no es por ofender ni nada, pero ¿qué haces aquí? —lo miro expectante. Mamá me mira con reproche.
—también te extrañe Thurin—dice sarcástico rodando los ojos — solo pase a visitar a la mejor mujer del mundo, mi suegra—halaga a mi madre, que se sonroja de inmediato.
—¡oh! por favor no digas esas cosas— hace un adamen con las manos. Ruedo los ojos.
—y a la mujer de mi vida— sonríe en mi dirección.
—muy bien precioso, ahora repítelo hasta que tú mismo te lo creas— sonrió con cinismo.
—Thurin— llama mi madre con reproche.
—Antón no le hagas caso, a veces tiene complejo de comediante— no me cansare de decirlo, se llevan demasiado bien—más bien cuenta la historia de cómo se conocieron—dice tratando de ocultar su risa. Suspiro llevando mi mano hacia el puente de mi nariz.
No de nuevo, ¿me pregunto qué le agregara?
*Aquí vamos de nuevo*dice fastidiada la vocecita en mi cabeza.
*Al menos coincidimos en algo*
Conocer a Anthony fue la cosa más vergonzosa que me ha pasado.
Antón suelta una carcajada—okay—aclara la garganta, se endereza en su asiento—era mi primer día en ese instituto—comenzó a narrar la anécdotas— el viento soplaba muy fuerte revolviendo mi sedoso pelo—pasa su mano por su negra cabellera— Esa mañana se me acercaron muchas personas creyéndose dignos de mi amistad, pero todos fueron rechazados—dice con suficiencia mirándose las uñas restándole importancia—parecían lapas, todo el tiempo detrás de mí— sonríe con sorna —aunque no los culpo, nadie tiene la culpa que sea tan hermoso, soy el pecado andante—comenta con arrogancia. Lo miro boquiabierta, aparte de exagerado, tiene un pequeñísimo toque de suficiencia.
*si no me lo dices no lo sé*
—ya como que te estás pasando—digo cruzada de brazos.
—no lo interrumpas—dice mi madre mirándolo atenta.
¿dolida? si
¿sorprendida? no
Decido callarme para no recibir más regaños.
—entre a la cafetería asombrando a todos con mi hermosa presencia, pero a una en particular—sonríe mirándome—a Thurin—me preocupé mucho, pensé que nunca había visto un ser tan digno de admirar que casi se ahoga con su propio jugo. Desde ese día supe que ella era la indicada.
—imbécil, no me estaba ahogando, estaba riendo— aclaro con el mentón alzado.
—si como una foca, pero te entiendo querías llamar mi atención.
—llamar tu atención—digo indignada— casi me matas—en el supuesto ahogamiento, ósea, cuando yo reía como foca (según él) llego a mí, me sostuvo y abrazo de espalda haciendo comprensión abdominal, lo hizo como cinco veces y no feliz con eso comenzó a dar fuertes palmadas a mi espalda casi sacándome un pulmón—y ¡no rio como una foca! —digo irritada.
—así verdad, es como una hiena— sonríe con sorna.
Creo que la desdicha y la vergüenza están al asecho esperando que respire para que me pase algo.
Cuando se dio cuenta de su error paso todo el tiempo disculpándose, hasta que de una forma u otra terminamos siendo amigos, después descubrí que es primo de Ángel.
.................
Seguimos recordando anécdotas vergonzosas, cuando se hizo más tarde se despidió, mi madre lo invito a cenar, pero se negó dando excusa, pero ya sabía el motivo, mis hermanos.
Al día siguiente fui al instituto, mis amigas y yo cuadramos para salir a una cafetería cerca de allí para conversar y hablar sobre "el plan".
—no me cansare de decirlo—comienza a decir una molesta Megan—las bebidas de este lugar tienen drogas.
—no exageres—dice Amber rodando los ojos.
—entonces ¿por qué son tan caras? —pregunta indignada Meg—todavía no lo entiendo.
—te quejas por que supuestamente aquí venden muy caro ¿cierto? —habla Celeste mirándola incrédula. Megan asiente —lo dice la chica que compro una bolsa de aire por Internet.
—¡es cierto! —dice una exaltada Meg —además, en las películas cuando alguien se va dice para cambiar de aire, pues yo mi querida amiga compre el aire para no irme.
—diles la otra parte—Meg frunce el ceño por lo que dice Celeste—donde dices que la bolsa olía a pedo—completa Celeste conteniendo la risa— a la pobre Meg la estafaron—todas comenzamos a reír como desquiciadas, menos Megan.
Después de carcajadas, comentar lo que le molesta Megan, hablar sobre cosas triviales, piropos a los chicos que pasaban al frente de nosotras. Celeste decide introducir el tema principal de esta reunión, que al parecer todas olvidamos por estar pendientes a cualquier pendejada.
—okey chicas que podemos hacer para que Ángel se enamore de Thurin—comenta Celeste.
—ayer estaba googleando y encontré muchas cosas que podemos hacer—dice Megan con entusiasmo
—espera que —interrumpe Celeste como si aquello que escucho la asombrara de verdad —¿tú? ¿en google? buscando ¿cómo enamorar a un chico? pensé que eras la puta ama de la conquista—dice con burla—es más, creí que eras familia de Colon o Bolívar.
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Editado: 25.12.2020