You´re my umbrella

Una confesión

El funeral de Ben fue bastante emotivo, lograba ver el dolor en cada uno de mis hermanos, y más por las desagradables palabras que salían de la boca de ese viejo maldito, el simple hecho de verlos así me hacía sentir una tonta, pude haber ayudado a Ben, aunque no sé cómo. Estábamos en el patio trasero con la blanca nieve cayendo sobre nosotros, sentía mi pecho doler. “Son culpables” eso solo empeoro el ambiente, mis hermanos, Pogo, Grace y Sir Reginald fueron adentro, yo por mi parte solo me quede afuera por un rato, ya al sentir el frio apoderarse de mi decidí regresar adentro.

 

Mientras subía las escaleras con la mirada fija en mis pies, choque de frente con alguien, al alzar la mirada vi a Cinco frente a mí, nuestras miradas se encontraron por un momento, la nostalgia se apodero de mí, no quería llorar de nuevo, pero fue inevitable hacerlo, creo que contenerme no es una buena idea, pero llorar frente a los demás no me gusta, en cambio con el las lágrimas simplemente fluyen de mí. Al notarlo, solo me jalo hacia el para poder abrazarme.

  • Ya, tranquila ¿Quieres agua? -Negue de inmediato. -Bien, te acompaño a tu cuarto.

 

Asentí con un sutil movimiento de cabeza. Ya en mi cuarto nos sentamos sobre la cama, aún me mantenía abrazada a el, tal vez porque me estaba congelando y porque estar entre sus brazos se sentía confortante. Aún así me separe de el.

  • Iré a quitarme la ropa mojada.
  • Vale ¿Te molesta si me quedo un rato aquí?
  • No, esta bien.

 

Nuestros ojos se encontraron una vez más, ya no es ese chico misterioso con mirada aterradora y ese mal genio, ahora es alguien que logra hacerme sentir bien, su compañía es mucho mas agradable que al principio. Le dedique una sonrisa antes de meterme al baño llevando conmigo una muda de ropa seca, ya adentro me apresure a desvestirme dejando las prendas mojadas sobre el lavado, observe mi costado notando un pequeño moretón, que quien sabe cómo había aparecido. Una vez que regrese al cuarto note a Cinco recostado y ¿Durmiendo? Me senté a su lado acercando uno de mis dedos hacia sus labios rozando sutilmente estos. Suaves y apetecibles y nuevamente mis pensamientos se pierden al verlo así.

  • ¿Qué haces? -Abrió uno de sus ojos provocando de un agudo grito escapara de mi boca.
  • Lo siento, pensé que estabas dormido.
  • No, solo estaba descansando. -Se alzo rápido quedando frente a mi rostro, la distancia poco a poco se reducía.
  • Julce, la ultima vez que estuvimos así en la azotea fue en el momento en que me di cuenta de que me gustas y ahora estando así de nuevo ese sentimiento perdura - ¿Qué demonios está diciendo? ¿Gustar? ¿Sentimientos? – Me gustas, realmente me gustas.
  • Cinco ¿Tienes fiebre o simplemente te volviste loco? - Su expresión cambio al instante volviéndose nuevamente más fría, si esa es la expresión que me gusta. Intente contener la risa al verlo así de molesto, tan adorable. Me incline hacia el perdiendo todo el miedo para terminar dejando un sutil beso sobre sus labios. – ¿Eso cuenta como confesión?
  • Creo que si lo hace. Entonces ¿Desde cuándo te gusto?
  • No lo sé, creo que desde hace un rato.
  • ¿Y qué te gusta de mí? -Paso sus dedos por mi rostro tomando uno de los mechones de mi cabello. –
  • Tu mirada, me llena de curiosidad tus ojos.

 

Nos quedamos viendo un rato antes de que me jalara hacia el, terminando recostados sobre la cama. Quedamos hablando un rato hasta que caímos dormidos, estar entre sus brazos y bajo las mantas de la cama se sentía realmente bien, la calidez de su cuerpo, su respiración contra mis cabellos y los latidos de su corazón me hacían sentir en paz. Cinco me abrazaba con tanta fuerza que sentía toda su protección y afecto con tan solo un abrazo.

  • ¡Hermanita necesito hablar contigo! -Cinco y yo brincamos de la cama ante la repentina llegada de Klaus quien solo nos quedó viendo con una sonrisa pícara en el rostro. – Creo que interrumpí un momento romántico. Y pensar que teníamos algo especial. - Dijo con una enorme sonrisa en su rostro.
  • Ah, Klaus podemos explicarlo.
  • No, no. Yo me quedo callado, su secreto esta totalmente a salvo conmigo. -Hizo un gesto sobre sus labios como si cerrara una cremallera. – Sigan en lo suyo par de enamorados.

 

Me quede totalmente helada ante la inesperada llegada de Klaus, ahora el sabe que Cinco y yo ¿Estamos saliendo? Ante esa pregunta que llego a mi mente gire de inmediato hacia Cinco quien tenía la misma expresión atónita que yo. Me incline hacia el presionando mis labios contra los ajenos esperando que eso le hiciera parpadear al menos. Pero no esperaba su reacción, sus manos sosteniendo mi rostro, sus frías manos contra mi piel provocándome un ligero cosquilleo, las manos de Cinco bajaron hacia mi trasero dándome una sutil palmada a lo que solo reaccione apartándome, ese beso se había vuelto un tanto mas apasionado de lo que esperaba.

  • Lo siento, me deje llevar.
  • Lo note, solo llevamos un día saliendo, espera ¿Estamos saliendo?
  • Si supongo que estamos saliendo. Así que puedo besarte cuando quiera. -Susurro con una sonrisa sobre sus labios, como podría decirle que no a esa hermosa sonrisa.
  • Ahora. -Puse mi índice sobre los labios ajenos evitando que se acercara. -Quiero dormir, fue un día largo para todos y necesito descansar.
  • Si, lo se y ya no llores ¿Vale? -Dejo un beso sobre mi frente antes de desaparecer de mi cuarto.




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