Ha pasado una semana, y las cosas por aquí son diferentes. Christian ha mejorado, en salud, no en su forma de tratarme, sigue siendo grosero y fue casi imposible cambiarle el vendaje todo los días, pero ahora ya está mejor y eso me quita un gran peso de encima.
-¿Ya? – Kara asoma la cabeza dejando ver sus largos aretes color verde olivo – Te ves guapísima, vamos ya que todo nos espera, y Christian no va ir. – suspiro y me arreglo las pulseras de mi muñeca izquierda. – Andando. – ella sujeta mi mano y tira de mi escalera abajo, pero alguien más, sujeta mi mano haciendo que se tiemple. - ¡Oye, estas tonto o que!
-Ven – me dice con un tono firme, no sé qué hace con exactitud, pero es mejor que vaya y vea que ocurre.
-Está bien. Dame un minuto. – Kara suelta mi mano y empiezo a subir las escaleras siguiendo a Christian hasta su habitación. - ¿Qué ocurre?
-En serio vas a ir a esa fiesta.
-Se lo prometí a Kara.
-Las promesas se rompen, Deborah. Quédate conmigo, te enseñare un lugar.
-No, no puedo, le prometí a Kara que iría a conocer a su padre, eso sería de muy mala educación, Christian.
-No, es solo su padre y ella está usándote para satisfacer al señor Kidman. No seas boba, veras que cuando la fiesta acabe te dejara tirada y te darás cuenta que hubiese sido mejor haberte quedado conmigo y no con la idiota de Kara.
-Si así hablas de tu mejor amiga, no quiero saber las cosas que dices de mi cuando no estoy. – me cruzo de brazos y el me sujeta de mi cintura pegándome a su cuerpo.
-¿Quieres saber que digo a tus espaldas? – levanta el mentón manteniendo un ego. - ¿Quieres que te diga?
-No quiero saber las barbaridades que dices a mis espaldas. – lo empujo un poco – No te vayas, quédate conmigo.
-¡DEBORAH! – grita Kara desde abajo.
-Voy a irme con Kara, porque se lo prometí. – el rueda los ojos – Pero podemos ir mañana antes de que me vaya a Las Vegas.
-¿Las vegas? – Asiento - ¿Qué demonios vas a hacer a Las Vegas?
-Es la boda de mi hermano, estas invitado.
-Por supuesto que no. – Me dice – Ni lo sueñes, vete ya con tu amiga la loca hipócrita.
Suspiro y salgo de la habitación, desciendo las escaleras y salgo de la casa rápidamente, me subo de copiloto junto a Kyle y miro hacia la casa. Me preocupa dejar a Christian solo en esa gran casa, es como dejar a un niño encerrado en casa, cuando lleguemos habrá un destrozo infinito, solo espero que este bien para cuando llegue.
Ingresamos al club donde su padre ha organizado. Los chicos se bajan primero y Jared me abre la puerta extendiéndome su mano, la sujeto con gusto y me bajo del auto de Kyle. Me aferro a su brazo mientras caminamos hacia la entrada.
-¿Alguna recomendación?
-Papá es muy preguntón, y algo estricto. Pero está bien, él es majo. – Kara se detiene antes de entrar y me arrebata de los brazos de Jared.
-Papá es dueño de un banco, le gusta la champán y actualmente está divorciado, tiene ocho meses divorciado, reside actualmente aquí en San Diego, mamá vive en Phoenix y mis abuelos maternos en Japón, mis abuelos paternos están muertos, papá creció solo desde los 16 años, supo salir adelante y lo admiro muchísimo, él es mi héroe. – Me mira con una sonrisa delicada y llena de amor – Se lleva bien con mamá y siempre nos brindó ese amor de padre, aunque suele ser un poco estricto y firme, pero ese es su trabajo. Lo echo de menos, todo el tiempo.
-Y estoy segura que el esta tan orgulloso de ti. – sujeto su mano
-No querrías tener una hija rebelde que huía a casa cada dos noches para irse de fiesta y llegar con resaca al día siguiente. – aprieta mi mano con fuerza y empieza a caminar hacia los interiores.
Hay muchas personas elegantes llevando copas de champán, hemos levantados varias miradas, de hechos los caballeros llevan todos trajes, ahora entiendo por qué Christian no quiso venir, no le van los trajes en nada.
-Siento como si vaya a conocer al presidente. – le digo un poco nerviosa.
-Casi, fue alcalde de San Diego, cuando nació Jared. – sonríe ampliamente mientras la cola de su vestido flora por todo el salón. – Señor Kidman, que bien luce usted hoy con 45 años. – Kara suelta mi mano y se abraza a su gran padre, tiene una altura que me hace ver pequeñita.
-Te ves hermosa, preciosa, bella, brillante e encantadora. – Besa el dorso de su mano – te he echado mucho de menos. Me alegra que este bien, no sabes lo mal que lo pase ese día del tiroteo, me alegra que tú y tu hermano se encuentren bien.
-También te he echado de menos papá, y quiero presentarme a mi mejor amiga. Deborah King. – me acerco con una sonrisa y le extiendo la mano al señor.
-Solo Debbie, es un placer conocerlo, Kara me ha hablado mucho de usted.
-Bueno, solo Debbie, bienvenida y gracias por aguantar a Kara.
-¡Papá!
-Espero que Kara haya dicho cosas buenas. ¿Qué estudias? ¿Cómo se han conocido?
-Créame que son cosas buenas, y estudio Educación básica, ella es mi compañera de habitación, creo que fui muy afortunada, hice amigos muy rápido gracias a ella y hoy puedo contar con ellos para todo. – el señor Kidman mira a Kara.