Yukina y las criaturas magicas

PESADILLA

La mañana apenas comenzaba a clarear cuando en la cabeza de la niña comenzó a rondar un sueño algo muy diferente a lo que normalmente estaba acostumbrada, una imágenes de sombras tales como las que había vista la tarde que se llevaron la vida de bruno, ella corría para escapar de ellas de pronto en frente de ella de desplegaba  un lago de aguas tan claras que podías ver el fondo  y ahí en ese abismo observaba sirenas que cantaban una canción  y en su canto llamaban a Yukina por su nombre y le sonreían con gran jubilo ella se sentía muy atraída. Las criaturas de del agua en sus diferentes colores se ondeaban con felicidad al verla desde las serpientes de las grandes historias, del dragón del agua que nadaba formando figuras que atraían e incitaban a que la niña entrara al agua a estar con ellos. Luego veía algo que se iluminaba tan fuerte como el sol dentro del abismo acuoso donde la atraía como la fuerza de gravedad  cuando atrae a una manzana madura al suelo, luego se veía con aquel artilugio que era la clave principal de su misión y entre tanta luz observaba la cerradura donde embonaba esa pieza. 

Al despertar corrió al lado de su padre para contar aquel loco sueño que tal vez significa algo, ella lo sentía como un presagio. Así que apresuro a su padre y a su madre para ir por allí a ver si encontraba alguna de las imágenes que vio en sus sueños, Fénix tenía un lugar para comenzar, aquel lugar, aquel riachuelo donde alguna vez la encontraron a ella. Fénix solo recordaba en donde la encontraron, pero no recordaba hacia donde llegaba aquel riachuelo de dónde venía ella no lo recordaba. Fue así como su madre preparo unas viandas y se dirigieron hacia aquel lugar, ya en caminados por el sendero Nicolas escucho ruidos que venían de las profundidades del bosque, sabía que tenían que apresurarse para llegar a las orillas del claro del lago pues temía que las sombras los estuvieran siguiendo. Trataron de permanecer lo más posible a la luz del sol pero cada vez era imposible a que el riachuelo los encaminaba a la oscuridad de bosque, Yukina sentía esos llamados que había sentido en sus sueños  era algo que para ella era insoportable en momentos sentía no poder tolerar ese llamado que sentía desde la punta de sus pies y que recorría todo su cuerpo hasta la punta de su larga cabellera, escuchaba su nombre y volteaba a ver a sus padres extrañada de que ellos no las oyesen. La perturbaba la idea de que tal vez las sombras la conocían y la estaban buscando, para hacerle lo mismo que a Bruno, no le asustaba su destino si no el destino de sus padres de tener que despedirla también a ella. Fue entonces tomo una decisión que cambiaría su vida. Corriendo a toda velocidad lo más lejos de sus padres, algo en sus entrañas le pedía que corriera a todo pulmón lejos de sus padres, la incitaba a adentrarse a las sombras del bosque. En momentos  se sentía totalmente liberada por las voces se oían muy felices de que ella las siguiera y por otros tantos sentía incertidumbre de no volver a ver a sus amados padres, pero se sentía tan llena de vida  adrenalina, sus piernas se movían por si solas a lugares que eran tan desconocidos como el futuro. 

 Cuando ya estuvo muy perdida vio entre tanta oscuridad lo que la llamaba con tanta felicidad esa laguna hermosa que vio en sus sueños con una variable las sirenas, los dragones, las ninfas de agua nada… nadie estaba esperándola allí. Con lo agitada que estaba sentía que su cerebro daba vueltas,  el miedo la quería invadir, la adrenalina se agolpaba con cada latido de su pequeño corazón, estaba sola, sin viandas y perdida en el bosque, y posiblemente las sombras se estarían paseando por la  arboleda. Todo se quedó en silencio, las voces que antes oyó ya no hablaban más. Solo escuchaba como las hojas de las arboles se movían y susurraban lo que viento les contaba en su propio idioma. Fue en entonces que escucho la voz de su madre, más sin embargo en vez de tranquilizarla le daba tanto miedo. Que corriera entre la oscuridad y como regresaría, se tiro al suelo sintiendo que había sido presa de alguna trampa o de algo de lo que ella no podía escapar, una vez en el suelo pudo ver algo estando más cercas de la superficie de la laguna, un pequeño destello que no había visto en un inicio, algo que parecía un pequeño diamante que parecía un fragmento de sol, pequeño apenas imperceptible, minúsculo a comparación de lo que ella soñó, fue cuando del bolcillo mágico de Yukina apareció en el reflejo del agua el objeto parecido a una llave que le habían encomendado. Apenas se asomaba por la bolsa como si este quiera salir de su bolsillo, pero ella sabía bien que en ese bolso nada salía amenos de que ella así lo quisiera. 

Inerte hay frente a ese gran abismo lleno agua tan clara que parecía no estar allí, Yukina comenzó a sentir como sus latidos se sincronizaban con el vaivén del agua, no podía si quiera moverse de hay algo le susurraba al oído que saltara sin pensar en nada que pudiese dejar atrás, sentía como el viento se sentía cada vez más fuerte y parecía empujarla a las profundidades del abismo acuoso, escucho a lo lejos la voz de su madre que la llamaba con desesperación pero para ella ya no exista cosa tan importante como las profundidades y las voces que oía y que le dictaban que hacer. Sin pensarlo más se arrojó a las aguas, la voz de su madre se perdía mientras más se ingresaba en el agua sentía como si unos brazos muy cálidos la toman y la tranquilizaban como si supieran lo que estaba a punto de pasar, al entrar al agua se percató de que el agua se sentía muy diferente a como se vea era cálida y se sentía cierta sensación de amor y nostalgia que nunca había sentido, más sin embargo recordó como un trueno la voz de su madre que la llamaba con mucha desesperación, fue entonces cuando decidió salir de esa aguas. 




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