Miguel había llegado en el mejor momento, la cara de frustración de Gabriel se notaba a kilómetros de distancia.
- Gabriel, aléjate de ellos — exclamó Miguel con una voz firme y seria.
- ¡A sus órdenes, su majestad! — respondió Gabriel con un tono sarcástico retirándose lentamente hacia atrás de donde se encontraba Yuno.
- Lo siento Miguel, nos aplastó como cucarachas, no pudimos hacer nada — exclamó Yuno lamentándose por su derrota contra Gabriel.
- Descuida Yuno, hicieron un gran trabajo — exclamó Miguel mientras se acercaba a Yuno que se encontraba en el suelo, al llegar a él le extendió su mano ayudándolo a incorporarse nuevamente de pie.
- Descansa, déjame el resto a mí. Liz y Nan ayuden a los demás muchachos y llévenlos a un lugar seguro — exclamó Miguel con firmeza y una mirada penetrante, acto seguido Liz y Nan fueron por Rul y Mery que se encontraban desmayados, al llegar con su control del agua y utilizando el agua del aire le echaron un pequeño chorro de agua a Mery y Rul para despertarlos, después de unos segundos estos recobraron el conocimiento y lentamente se levantaron aunque con dolor en sus cuerpos.
- Vaya la paliza que nos dio — exclamó Mery al incorporarse de pie.
- Se nota, pero ahora todo está bien amiga, Miguel se hará cargo de todo — le respondió Liz la cual lentamente la levantó usando su hombro como apoyo mientras del otro lado Nan hacía lo mismo con Rul, sin perder tiempo las llevaron lejos del campo de batalla donde estarían seguros y acto seguido fueron por a Amer y Lorem el cuál este último con mucho cuidado, para al final ir por Yuno que se encontraba realmente frustrado al saber que no había podido derrotar a Gabriel el mismo.
- No te pongas así Yuno, era normal que no pudiéramos acabar con ella, su poder está fuera de nuestro límite — le dijo Mery con preocupación al ver la cara de su esposo.
- Por ahora, pero me haré más fuerte — exclamó Lorem el cuál era el único que se encontraba acostado mientras que Amer con su control del agua le untaba un poco en su rostro izquierdo al igual que su brazo para desinflamar las quemaduras que Gabriel le había causando.
- Deja de hablar, y quédate quieto o te dolerá — respondió Amer inmediatamente, intentando que Lorem dejara de hablar aunque en su voz se notaba que Amer se sentía culpable por las heridas de Lorem.
- Eh estado peor — exclamó Lorem positivo y acto seguido soltó un pequeño gesto de dolor
- No quisiera cambiar el tema pero… — exclamó Mery a lo cual Yuno terminó la frase.
- La batalla final está a punto de empezar — acto seguido todos fijaron la mirada hacía Gabriel y Miguel que se miraban fijamente.
- ¿Por qué? — preguntó Miguel con un tono de decepción.
- No me sermones Miguel, tú eres quien lo ocasionó, elegiste primero a ellos antes que a mí, Rafael creía en mí, también Uriel, entonces porque tú no, yo debería de poseer ese poder, yo debería ser quien estuviera a tu lado como guardián — exclamó Gabriel furiosa.
- Yo también creía en ti al igual que ellos, pero la vida de muchas vueltas, cambia con el tiempo mientras que tú de aferraste a un futuro incierto, te llenaste de soberbia y te segó el orgullo, donde lo único que tenías que hacer era esforzarte para ser mejor de lo que ya eras, más no fingir algo que no eres — exclamó Miguel mientras a lo lejos donde se encontraban Yuno y los demás, lejos del campo de batalla éste bajaba la mirada al oír las palabras de Miguel.
- Qué me aferré a un futuro que jamás existió, ¡No digas estupideces! — gritó Gabriel e inmediatamente se lanzó contra Miguel, mientras que a los ojos de Yuno y los demás estos desaparecieron en el instante.
- Desaparecieron — gritó Liz anonadada
- No, simplemente están peleando a la velocidad de la luz, pero aún así se siente un gran Ki, no debes intentar verlos con los ojos pues a la velocidad con la que luchan es imposible para nuestros ojos mortales percibirlos, por lo tanto debemos sentir su Ki — exclamó Yuno a lo cual Liz comenzó a sentir el Ki de Miguel y Gabriel y poco a poco comenzó a percibirlos.
- Lo tengo ahí están – exclamó Liz apuntando con su dedo índice hacia el cielo donde Miguel y Gabriel se encontraban intercambiando una serie de golpes y patadas.
- Maldición, aún sintiendo este enorme Ki de ambos se me hace difícil poder seguirles el paso — exclamó Mery un poco frustrada por la velocidad en la que se movían Miguel y Gabriel, acto seguido en el intercambio de golpes que Miguel y Gabriel se proporcionaban Miguel le conectó un tremendo rodillazo al abdomen de Gabriel seguido de un puñetazo a su rostro, la cuál contraatacó con una patada a la cabeza de Miguel, inmediatamente ambos lanzaron un puñetazo recto con su brazo derecho chocando puño con puño. Ocasionando una gran onda de energía, creando una gran ventisca que se sintió hasta donde se encontraban Yuno y los demás, obligándolos a colocarse firmemente en el suelo para evitar que el viento los lanzara volando.
- Qué inmenso poder, acaso éste es el resultado de una batalla entre Arcángeles — exclamó Rul aterrado al sentir el inmenso poder que emanaban.
- Sus poderes están más allá de nuestra imaginación, parece inverosímil el echo que hayamos sobrevivido después de luchar con un ser así — exclamó Yuno anonadado.
- Me genera impotencia saber que no podemos hacer nada más que confiar en Miguel — exclamó Amer frustrada la cual seguía untando agua a las quemaduras de Lorem, acto seguido dejo de hacerlo.
- Creo que con eso bastará aunque te quedaran cicatrices — respondió Amer a lo cual Lorem respondió con positivismo.
- Dudo que sean malas, ayúdame a levantarme — acto seguido Amer extendió su brazo y levantó cuidadosamente a Lorem aunque a leguas se veía que difícilmente se podía mantenerse de pie, de pronto, en el cielo Miguel le conectaba una potente patada directo al pecho de Gabriel mandándolo a estrellarse contra el suelo, acto seguido Gabriel se levantó furiosa.
- Desgraciado pagarás por esto, acabaré contigo — gritó Gabriel enloquecida, acto seguido extendió ambas manos emanando una gran brillo en ellas acumulando gran cantidad de Ki, de pronto, lanzó una gran ráfaga de energía directo contra Miguel.
- ¡suficiente! — gritó Miguel y de su mano derecha lanzó una gran ráfaga de energía que chocó contra la de Gabriel creando grandes ondas de energía que hacían temblar la isla.
- Increíble, el poder de ambos provoca que tiemble toda la isla — exclamó Amer sobresaltada.
- Se siente mas potente que cuando Lorem arrojó su ataque contra Exiel — exclamó Nan asombrada, mientras tanto Gabriel y Miguel disputaban su lucha con un choque de energía.
- No me puedes matar Miguel, el creador aún me protege Jajaja — exclamó Gabriel a carcajadas causando la furia de Miguel.
- Aún osas decir que perteneces al cielo, tú no eres mas que una traidora ¡Haaaaa! — gritó Miguel con todas sus fuerzas emanando más Ki en su ataque de energía superando el poder de Gabriel golpeándola de lleno.
- ¡Imposible! — gritó Gabriel aterrada al ver la inmensa ráfaga de energía que Miguel había lanzado, acto seguido fue golpeada por ella creando una gran explosión y levantando grandes cantidades de humo y rocas por el aire, haciendo que Yuno y los Silver Warriors se cubrieran el rostro con su antebrazo Y se colocaran firmemente en el suelo para nos era lanzados por los aire por la fuerza de la explosión. Después de la explosión Miguel descendió al suelo. Entre el humo se veía la silueta de Gabriel que lentamente se aproximaba hacía él aunque se notaba que con dificultad y que su armadura, había sido dañada por aquel ataque.
- Se acabó, te eh derrotado, tu sellaste tu propio destino en sucumbir ante la soberbia y el orgullo, ahora ríndete — exclamó Miguel al ver la silueta de Gabriel que se aproximaba a él al salir del humo la mirada de Miguel se transformó en miedo.
- ¿Se acabó? Ya te lo dije, aún poseo la protección del creador. ¿Ahora que te pasa? Quita esa cara de estúpido — exclamó Gabriel en el instante que salió del humo, sólo para que Miguel tembloroso le señalará con su dedo índice sus alas.
- Tus… alas están…
- ¿Qué? No lo entiendo — exclamó Gabriel y al observar sus alas soltó un gritó de pánico.
- Mis alas, que sucede con ellas — gritó desesperadamente, pues sus alas se estaban desboronado como si éstas se estuvieran incendiando.
- El creador a decidido que ya no perteneces al cielo — exclamó Miguel con inquietud, de pronto, el suelo donde se encontraba Gabriel comenzó abrirse creando un agujero donde en el fondo se veía como su interior ardía en fuego, de pronto, de aquel agujero salieron varios cadáveres humanos calcinados por las llamas que fuertemente agarraron a Gabriel y lo comenzaron a jalar hacia el fondo, mientras Gabriel forcejeaba para soltarse de ellos, pero la fuerza con la que lo jalaban hacía abajo era tanta que lentamente fueron llevándolo hasta el interior. Fue tanta la desesperación de Gabriel al intentar zafarse que le gritó desesperadamente a Miguel.
- ¡Miguel! Por favor ayúdame, me arrepiento de lo que hice, por favor no dejes que me lleven — al oír las súplicas de Gabriel, Miguel le volteó la cara cerrando los ojos con fuerza y empuñando sus puños con frustración pues para él era difícil ver esa escena.
- Miguel escúchame, te lo suplico, ayúdame, soy tu compañera, tu amiga, por favor no dejes que me lleven — gritaba Gabriel con desesperación la cual casi estaba completamente sumergida en ese agujero, sólo se miraba su torso superior y como ella con las uñas de sus dedos se aferraba al suelo intentando arrastrarse y escapar de aquellos seres que la jalaban hacía el fondo. Al oír estás palabras Miguel no pudo más y soltó un gran grito.
- ¡Maldición! — rápidamente corrió hacía donde se encontraba Gabriel agarrando su brazo derecho y jalando con fuerza para liberarla, pero cuando estuvo apunto de liberarla Miguel recibió una descarga eléctrica soltando el brazo de Gabriel y cayendo hacia atrás, sólo para ver cómo era llevada hasta el fondo de aquél agujero mientras soltaba unos gritos de terror, acto seguido que fue sumergida en aquel agujero éste se cerró inmediatamente dejando a Miguel y a todos estupefactos y llenos de pavor.
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Editado: 09.08.2023