—Altamirano, me mandaste a llamar, ¿No? ¿Que querías?
—Ahhh Sant, justo el hombre al que quería ver. En su última exploración, o búsqueda de Jeremías, John, que actualmente está en su cama reposando, pudo ver a unas quince cuadras hacia el Este, a varios cadáveres de zombies. Estos no fueron atravesados por balas o armas cuerpo a cuerpo, todos estaban descuartizados y colgados. Alguien o ''algo'' los atacó de una manera salvaje.
—¿Que mierda es eso? — Se unió John, quien no parecía estar en buen estado.
—No lo sé... — Dijo Altamirano mirando hacia el suelo.
—Sea lo que sea, debemos ir e intentar encontrarlo, o con que sea verlo para identificar qué es y qué tan extraño es.
—¡Me parece bien! Sant, quiero que vayas por las cercanías de esa zona con dos personas que elijas. — Dijo Altamirano entusiasmado. Nadie lo dijo, pero todos habíamos asumido que no había sido una persona, ''algo'' andaba suelto por ahí causando destrozos.
—¿John, me acompañas? — Pregunté.
—Okey... — Dijo el Galés.
—También quiero que me acompañe Edward. — Agregué tomando en cuenta que Jeremías todavía estaba desaparecido.
—Me parece bien... Si encuentran a alguien tráiganlo y si su vida peligra corran hacia acá, que tenemos las metralletas. ¡Hombre! — Exclamó Altamirano.
—Bien. — Dije dejando la habitación de Altamirano.
Bajamos los tres: John, Edward y yo. Nos dirigimos hacia un futuro indeterminado en el que podríamos morir fácilmente, todos nos preguntabamos qué era eso que andaba por las calles.
John nos guió hacia donde él vió la ''escena del crimen''. Cuando llegamos, retrocedí al ver tal atrocidad, los cortes parecían garras pero estaban colgados y algunos incluso, mordidos. Chorreaban sangre y algunos órganos se dejaban ver, o incluso, caían de los cuerpos.
No era normal el panorama y por eso decidimos subir a los techos de una de las casas. A lo lejos logramos ver algo con unos binoculares que nos había dado Altamirano; una criatura negra, con una pequeña joroba. De pronto se detuvo y su cabeza roto trescientos sesenta grados sobre sí. ''Eso'' nos estaba viendo y nosotros a él. Sus ojos grises, lo eran tanto que te hacían perder en ellos. Mientras ''eso'' se dirigía hacia nosotros con saltos bastante largos y más grandes de los normal para un humano o zombie, nosotros tomamos conciencia de lo que pasaba y corrimos hacia adentro de la casa. El monstruo estiró una parte de su rodilla, un lazo oscuro atravesó la pierna a Edward, el cual cayó al suelo y lo tuvimos que ayudar a entrar a la casa. Tapamos todo y nos escondimos como pudimos. Cuando esa cosa salió de la casa, vimos por la ventana a un pequeño grupo de zombies que fue destruido fácilmente por la imponente criatura de color negro. Un golpe, dos agarres, un empujón, dos mordidas y uno de esos estirones de esa piel de aspecto derretido. Más zombies llegaban y la bestia se alejó, no sabíamos si no era rival para tantos o simplemente necesitaba comer algo que no esté podrido. Caminamos por la calle y escuchábamos, por los estruendosos impactos de zombies contra los suelos, que bestia seguía cerca, vimos como un zombie chocó contra un basurero y nos escondimos detrás de él. Vimos a lo lejos como el monstruo hablaba consigo mismo y se golpeaba. Tras un rugido intenso de su parte, se decidió ir, al igual que nosotros. Entramos a unos callejones y charlamos sobre qué hacer.
Entre los callejones caminamos un poco con Ed entre brazos, no teníamos nada para curarlo y tuvimos que entrar a un galpón porque la horda de zombies se aproximaba a nosotros. Nuestras oportunidades de sobrevivir eran mínimas, y al menos que hiciéramos algo, no podríamos salir de ese lugar...