Amir se dirigió a su despacho enojado y su madre lo siguió de atrás, pues esa discusión no podía quedar así.
– ¡¿Madre por qué vienes?! – dijo molesto su hijo.
– ¡Porque no pienso quedarme así! ¡¿Ahora mismo me dirás que te pasa?! ¡¿Desde cuando tratas así a las sirvientas?!
– ¡Solo hablo cuando es necesario!
– ¡¿Y era realmente necesario hacer ese escándalo?! – Nuray estaba muy molesta.
– ¡¿Te parece un escándalo lo que hice?! ¡Hablé porque era necesario!
– ¡No creo que sea así! ¡Aquí hay algo más que está pasando!
– ¡¿Qué otra cosa pasaría?!
Su madre se lo quedó mirando pensativa, conocía a su hijo y con esto comprobaba lo que Ekrem le había dicho, estaba enamorado.
Por un lado esta noticia alegra a su madre, desde que Celia se fue, él había cerrado su corazón por completo. Pero ¿por qué ocultaba sus sentimientos de ser así?
– Estás enamorado de Zehra y sientes celos por ella al ver que Ekrem es muy cercano a ella.
– ¿Qué dices madre? No digas tonterías – dijo más tranquilo.
– ¿Tonterías hijo? Te conozco y ese comportamiento tuyo no es normal y no me vengas a decir que es porque no cumplió algunas tareas, porque no te lo crees ni tú. Así nunca te has comportado con los demás.
Amir no dijo nada ante la declaración de su madre, porque... tenía razón, pero él no quería reconocerlo.
Esa misma noche, luego de todo lo pasado, Amir se quedó hasta tarde en su despacho pensativo.
Fue en ese día cuando nerviosamente Zehra se encontró con él y sus miradas se cruzaron, fue en ese día que sus ojos azules, al cruzarse con los de él, hizo que el corazón de Amir se deleitara ante aquellos ojos que destilaban cierta pureza.
Nuevamente un sentimiento que él quería mantener oculto, encerrado en un cofre, quería volver a surgir, pero no se lo permitía.
Hay que ver lo que ese sentimiento provocó en él, cuando la madre de su hija lo abandonó, una mujer a la que él había amado mucho y al mismo tiempo, destruido.
Tan así, que todas las noches, después que esa mujer lo había lastimado, se pasaba bar tras bar bebiendo para olvidar.
Gracias al cielo, tiempo después pudo superar esto, cuando su hija se enfermó gravemente por el abandono de su madre, ella al ser una niña, no podía entender con claridad porque había sucedido esto y más la afectó, cuando cada noche veía a su padre llegar borracho e incluso a altas horas de la madrugada, la cual terminaba en una discusión con su madre (la abuela de la niña), quien le reclamaba que no podía seguir así.
Tanto ella como su abuela, parecía que vivían un tormento que no tenía fin, hasta que pasó lo que pasó, y en ese momento él se dio cuenta de lo que realmente importaba; su hija.
Y ahora nuevamente estaba pasando, ese sentimiento que tanto dolor le causó, quería surgir de nuevo, entrar en su vida sin permiso corriendo nuevamente el riesgo de caer en la desesperación por amar a la persona equivocada.
De todas maneras, en ese momento de reflexión que pasaba en su despacho, reconocía que estaba mal la forma en la que había tratado a Zehra, ella no era culpable de las heridas provocadas anteriormente, ni mucho menos de ese sentimiento.
Le debía una disculpa por ese comportamiento tan repentino, tendría que tratar de manejar sus emociones de otra manera y mantener su distancia con ella.
Aunque lo veía bastante difícil, pues era probable que ese sentimiento, tarde o temprano saliera a la luz.
Nadie puede huir de sus sentimientos, mucho menos... contra su destino
***
Bueno, aquí les dejo este capítulo, explicando un poco porque nuestro querido Amir no acepta sus sentimientos hacia Zehra.
Espero que les haya gustado. Saludos y gracias por el apoyo!