Zehra. Un nuevo comienzo

Capítulo 22

Al día siguiente, Zehra se encontraba realmente devastada, ahora temía estar dentro de un buen lío, en lo más profundo de su ser, sabía que su amistad con Ekrem la iba a perjudicar de alguna forma, aunque no pensó que para tanto.

Trató de disimular su preocupación, para que nadie tuviera de que hablar, mucho menos de que Yalisa se enterara de lo sucedido.

Mientras limpiaba la cocina Ekrem apareció en ella con aparente preocupación.

– Ekrem – dijo Zehra –, ¿qué haces aquí?

– Sólo quería saber cómo estaba, después de lo ocurrido ayer...

– Ekrem – dijo interrumpiendo al joven –, es mejor que te vayas, no quiero tener más problemas con el señor Amir.

– Pero...

– Ekrem por favor, no hagas las cosas más difícil, mi trabajo en estos momentos puede verse comprometido con sólo hablar contigo, así que por favor vete y trata de mantener las distancias conmigo.

En ese momento, llegó Amir a la cocina y esto sorprendió a la joven, no era mucho lo que iba a este lugar, sólo si tenía algo personal que hablar con algunas de las empleadas, por lo tanto, esto a Zehra no le pareció buena señal ¿estaría ya todo perdido? No lo sabía.

Le dedicó una mirada fugaz a su primo, ya tendría tiempo más tarde de hablar con él, y luego centró su mirada en Zehra.

La joven, tragando saliva y un poco nerviosa dijo con voz temblorosa:

– Buenos días señor Amir ¿se le ofrece algo?

Trataba de aparentar su nerviosismo pero no podía.

– Sólo hablar contigo Zehra, ¿puedes acompañarme?

– Sí... – dijo clavando su mirada a los pies, realmente preocupada, no podía permitirse perder ese trabajo, realmente lo necesitaba y con lo bien que lo había estado desarrollando todo este tiempo, le parecía bastante injusto perderlo, pero bien dicen que la vida no es justa para nadie.

Amir la hace salir primero de la cocina y luego la sigue él detrás, pero antes de eso, Ekrem lo tomó del brazo y dijo:

– Amir, no seas injusto con Zehra, no porque tú estés herido, ella tiene que pagar por los pecados de otros.

¿A qué se refería con esto Ekrem? Probablemente al hecho de que sabía que su primo estaba enamorado de ella y que por no aceptar este sentimiento, por heridas que otro corazón le dejó, Zehra injustamente pagará por ello.

– Realmente la perjudicaría de verdad – continuó diciendo Ekrem.

Amir bruscamente hace que su primo lo suelte y respondió molesto:

– Yo sé lo que hago, tú no te metas.

Dicho esto se fue, dejando muy preocupado a Ekrem, pues no quería que Zehra saliera perjudicada por su culpa.

Amir llevó a Zehra hasta las caballerizas para hablar más tranquilo.

La joven estaba un poco asustada, pero como antes, trató de mantener su compostura.

Cuando se dio vuelta para hablar, ingresó corriendo al lugar Hilda, quien había estado observando los movimientos de su padre desde un principio, y sospechaba que algo malo le pasaría a su niñera.

Se puso frente a ella y le dijo a su padre:

– ¡No padre! ¡No voy a permitir que tú eches a Zehra de aquí! ¡Si ella se va, nunca te lo perdonaré!

Y en ese momento, ella abrazó a Zehra con fuerza, lo cual sorprendió a ambos, sobre todo a Amir, que nunca pensó que en tan poco tiempo, su hija quisiera tanto a una niñera ¿Sería esto una señal?

Zehra trataba de abrazarla, tan desconcertada con la acción de Hilda como su padre, ambos cruzaron miradas y una vez hecho esto, Zehra centró su atención en Hilda y dijo con una sonrisa a pesar de lo asustada que estaba por el temor de perder su trabajo:

– Hilda, ¿por qué no vas a jugar? Yo iré enseguida, sólo... Tengo que hablar de algo con tu padre ¿de acuerdo querida? – dijo acariciando su mejilla.

– ¿Eso significa que te quedarás?

Zehra extendió su vista hasta Amir y este dijo:

– Hilda querida, haz lo que te dice Zehra.

La niña se dio la vuelta con ojos llorosos y le respondió a su padre:

– Sí yo la dejo aquí, tú la echarás de esta casa, y no pienso permitir eso – dijo firmemente.

Amir sonrió y acarició suavemente la cabeza de su hija y respondió:

– No lo haré, pero si realmente quieres ayudar a Zehra, es mejor que hagas lo que te dijo.

Hilda miró por última vez a Zehra que recibió la misma con un gesto de afirmación y la niña se fue, quedando nuevamente solos.

– Señor yo...

– No necesitas explicarte Zehra – dijo interrumpiendo –, entiendo perfectamente que mi hija te tiene un gran cariño e incluso, algunas personas más de este lugar, por lo tanto, debo pedirte que me disculpes,  honestamente... – meditando sus palabras – no estaba en mis mejores días y sin pensarlo... Me las agarré contigo, la persona que hasta ahora más me ha ayudado en criar a mi hija, a pesar de que no hace mucho que estas aquí, parecen haber pasado años y por eso te mereces una gran disculpa, pues quisiera... De alguna forma u otra, agradecerte por tu trabajo y tu dedicación a él, pide lo que quieras y te lo daré, siempre y cuando esté a mi alcance.



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En el texto hay: historia, romance, drama

Editado: 02.06.2024

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