Zehra vuelve a la mansión junto con las demás, luego de pasar un excelente cumpleaños.
Hilda fue la primera que ingresó a la misma, su abuela quien estaba con su hijo en la sala al ver a su nieta entrar, le preguntó como había estado su día y como Zehra pasó su cumpleaños.
– Lo pasó muy bien, cuando llegamos al restaurante pedimos un pastel de cumpleaños para Zehra, y el dueño del lugar se lo regaló. Estaba muy rico la verdad, pero antes de comerlo le cantamos el feliz cumpleaños y otras personas también se unieron al canto.
– Eso es muy bueno – dijo su abuela sonriendo.
En ese momento, al ver a su padre en el lugar, Hilda le preguntó:
– Papá, ¿le has comprado un regalo a Zehra? Todos lo hemos hecho, solo faltas tú.
Amir sonríe y respondió:
– Así es, pero se lo daré más tarde. Cuando descanse un poco.
– De acuerdo…
***
Fue al día siguiente cuando Amir le entregó su regalo, ya que no quiso molestarla el día anterior.
Ella estaba dándole de comer a las gallinas cuando Amir de manera un poco silenciosa se le acercó.
– Buenos días Zehra.
– Buenos días señor Amir.
– Me enteré que ayer fue tu cumpleaños, ¿cómo te fue?
– Muy bien, recibí mucho afecto de parte de Zaida y Jenna e incluso de Hilda.
– Me dijo que fueron a un restaurante y te cantaron.
– Sí, fue un poco embarazoso ya que cuando empezaron a cantar, otras personas lo hicieron también, de todos modos me lo pasé muy bien.
– Eso es lo importante…
Zehra le sonrío y estaba a punto de seguir su trabajo cuando Amir sacó de su bolsillo una pequeña caja.
– Sé que todos te regalaron algo, y era hora de que también lo hiciera. Ya tenía tu regalo desde ayer, pero como llegaste a la mansión al atardecer no quise molestarte, porque probablemente estuvieras cansada, así que decidí darte tu regalo hoy.
El hombre estiró la mano para entregarle la pequeña caja, Zehra lo tomó con cuidado.
– Muchas gracias, no se hubiera molestado la verdad. Ya recibí mucho regalos de parte de su familia.
– Y por eso no podía faltar el mío, así que no digas que es molestia, porque la verdad no es ninguna para mí, solo espero que te guste, por favor ábrelo.
Zehra abrió la cajita, a continuación, dentro encontró un colgante con una pequeña piedra verde en forma de lágrima, sostenida por una cadena fina de oro y los pendientes a juego.
Se notaba que aquello debía haber salido muy caro, tuvo intenciones de devolvérselo, pero de inmediato pensó que obviamente Amir no lo aceptaría de nuevo y que como era un regalo, no podía rechazarlo.
– Oh de verdad, muchas gracias es muy bonito y delicado.
– ¿Quieres ponértelo? Lo elegí para que lo usaras seguido, me gustaría que lo tuvieras puesto.
– Por supuesto.
Amir sacó el colgante con cuidado de su caja y con delicadeza, a continuación, hizo el pelo de Zehra a un lado y se lo puso.
Zehra, no pudo evitar sentir un estremecimiento cuando a penas la mano de Amir tocó su nuca para prenderle el colgante.
Una vez puesto, Zehra se tocó la pequeña piedra y Amir le dijo:
– Te queda muy bien.
– Gracias.
En ese momento Amir se acercó a ella y suavemente la abrazo, para luego decirle en un susurro.
– Feliz cumpleaños Zehra
La joven quedó paralizada por un momento, y su corazón empezó a latir con mucha fuerza, lo que le hizo preguntarse:
“¿Qué me está pasando?”