Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

49. La protegeré, lo prometo

Su sonrisa es cálida y reconfortante, sus manos sujetan mi rostro con firmeza, impidiéndome apartar la mirada; ella no quiere verme rendido, entiende cuánto aprecio a Neefar..., pero desconoce mis verdaderos sentimientos.

Siento que puedo confiar en ella y revelarle todo: que amo a su mejor amiga y que en este preciso momento estoy luchando contra el impulso de correr hacia ella.

—También me preocupo por ella, es mi mejor amiga, así que, por favor, no la dejes sola —Klea deja caer sus manos desde mis mejillas y ahora las ha puesto sobre mis hombros—. Prométemelo...

Intentaría todo por ella, protegerla hasta el último aliento. Es lo que define quién soy.

—La protegeré, lo prometo...

—Lo sé...

—Porque la amo.

—Eso no lo sabía —luce muy impresionada.

Retira sus manos de mis hombros y retrocede unos pasos.

—¿En qué momento empezamos a hablar de Ashtaria? —me pregunta.

—No estamos hablando de Ashtaria.

—Espera..., ¿estás aceptando que te enamoraste de Neefar? —me mira con ojos exaltados, incrédula.

—Sí, Klea.

—¡Ves, lo sabía! —su expresión cambia a una mezcla de sorpresa y triunfo.

—Disculpa, no quise mentirte...

—Kiharu, ¿pero aún estás enamorado de Ashtaria? —su tono se vuelve más serio, buscando una respuesta sincera.

—Al morir Ashtaria, yo... estaba tan vulnerable que vi en Neefar cosas que antes no notaba... —trato de explicar, pero mis palabras suenan vacilantes.

—No me respondiste —insiste, su mirada penetrante.

—Tal vez...

—¡No, no lo puedo creer! —exclama, llevándose las manos a la cabeza.

—Me enamoré de Neefar, aun cuando no he olvidado del todo a Ashtaria ——confiezo con frustración, rascándome la cabeza con angustia.

—¡Kiharu, no ilusiones a Neefar!... ¡No puedes enamorarla! —Me sujeta de los hombros nuevamente.

—Es tarde...

—¿Qué quieres decir?

—Ella dice que también me ama.

Klea está tan impactada que abre la boca con asombro y luego se pasa las manos por la cara.

—Espera... ¿Todo este tiempo Neefar...? —Mira hacia Neefar con los ojos entrecerrados—. No me imagino a Neefar sacando valor para confesarse.

—Fui yo..., me confesé después de que ella recibiera el poder de la singularidad.

—Ambos se corresponden... —Klea, mostrándose abatida ante la revelación, decide sentarse al pie de la roca.

—Sí, pero eso también me tiene un poco deprimido. Trox nos dijo que nuestras emociones se alteran cuando dos portadores están juntos. Nuestra atracción nos hace creer que nos queremos, pero él aseguró que lo que sentimos no es amor.

—Y ahora Neefar debe estar creyendo que realmente no la amas.

—Exacto.

El silencio entre nosotros y la expresión confusa de Klea me hacen darme cuenta de lo complicada que es mi situación.

Me acerco a ella y me siento a su lado en la misma roca.

—Kiharu... —su mirada es confusa y distante.

—Dime.

—¿Aún sueñas con ser la pareja de Ashtaria? —Busca mi mirada.

Después de un gran suspiro, respondo:

—Siento que estoy empezando a superarla. He amado a Ashtaria desde que era niño, ¿cómo podría dejar de soñar de un día a otro?

—La pregunta es: ¿Cómo puedes decir que la amas si dices amar a alguien más? Eso es traicionar tus propios sentimientos.

—¡Lo sé!, pero fueron treinta días, Klea. En ese tiempo traté de olvidarla y Neefar estaba a mi lado y...

—Kiharu —me interrumpe—, eres muy fácil de enamorar —me sonríe burlonamente—. Evita enamorarte de mí, ¿ok?

—Eres muy hermosa, ¿cómo evitar que eso pase?

—Mejor dime cómo debería tratarte para que no te enamores de mí —su sonrisa se amplía, mostrando los dientes.

—Ya... basta —logra sacarme una sonrisa.

Dirijo mi mirada hacia la lejanía, donde mis compañeros de la élite están reunidos. No había notado cuándo llegaron Brawn y Kimku; los veo conversando con Handul mientras Ashtaria y Neefar contemplan el cielo y también parecen estar charlando.

—Necesito hablar con Neefar, pero aún no es el momento —digo sin apartar la vista de ella—. Por ahora, el único que mantendré lejos de mí es Handul.

—Estoy de acuerdo.

Observo el paisaje sobre mi cabeza: un cielo infinito lleno de estrellas, un espectáculo que no se encuentra en Mikadea; estrellas estáticas y otras que van de paso. Es un cielo en constante movimiento, fascinante tanto de día como de noche.

Volteo hacia Klea y la encuentro disfrutando del paisaje, sonriendo y suspirando hacia el cielo... ¿Quién no podría amar una noche tan brillante como esta?

—La noche es muy fresca, casi como una tarde en Mikadea —le comento.

—Sí, ya lo sabía... Estamos en la época de las flores y las cosechas; después de esta estación vienen los calores fuertes, muy fuertes.

—Eso puede ser un problema para cuando inicien las excavaciones.

—Así es... Lo que podemos esperar en estos tiempos son lluvias, y antes de tener contacto con ella, debemos conocer los resultados de los análisis que hizo Neefar.
—Le fue muy bien, incluso tocó el agua con sus manos y, por lo que ves, no se le ha caído aún —digo, viéndola en la distancia.
—Genial, entonces no hay problemas con correr bajo la lluvia —me sonríe a boca cerrada.
—Me avisas para salir a correr juntos —le devuelvo la sonrisa.
Klea me asiente mientras sonríe y se levanta de la roca; entonces me toma de la mano y me jala para llevarme de regreso con el grupo.
—Es hora de regresar a la nave nodriza.
Al reunirnos con el grupo, siento que el ambiente se vuelve tenso. Mi presencia parece incomodar a Neefar, Ashtaria y Handul.

—Handul, deberíamos regresar ya —dice Klea.

—Sí, tienes razón. Mañana empezaremos con los trabajos de construcción.

Todos nos dirigimos hacia las naves y en pocos minutos estamos cruzando la escotilla de la nave nodriza.

Entro en mi recámara y, antes de poder ir a dormir, debo enviar los informes de los análisis a mi padre. Me siento en la silla del escritorio y enciendo un par de tabletas holográficas. Estos informes llegarán a Mikadea pronto; tal vez tengamos una respuesta mañana.




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