El primer vigilante corrió con enormes pasos a uno de los calabozos situados a lo lejos al pie de una de las pirámides escalonadas oscuras, las cuales eran más altas que el propio edificio Oblivion Paradise y tan altas como la pirámide del sol de Teotihuacán.
Todos los calabozos en aquel lugar tenían la forma de cabezas gigantes con expresión atroz. En sus bocas, que en un grito expresaba su eterna agonía, se hallaban la puertas hechas de barrotes de acero. El vigilante se acercó uno de los calabozos y rompió los barrotes de la puerta en un santiamén. Una gran llamarada fue disparada al vigilante, como si el rostro agónico del calabozo, cual dragón medieval, escupiera fuego de su boca. No obstante, el vigilante no se inmutó. Las llamas, que amenazaban por calcinar su horrido rostro, no se propagaban del todo y no lograron causarle ningún daño. El vigilante introdujo su largo y deforme brazo dentro del calabozo y en un instante tuvo en la palma de su gigantesca mano el cuerpo de Eshkol quien tenía el brazo ensangrentado.
En seguida, Zamná se lanzó con un rápido e intrépido movimiento hacia el peligro, en dirección al trono del diablo donde yacía aquel traicionero líder. El segundo vigilante de tres metros de altura bloqueó el paso del guerrero con un sorpresivo ataque de su gigantesco brazo directo hacia él con la intención hostil de aplastarlo. Zamná saltó sobre su brazo y se impulsó saltando del brazo del vigilante en dirección hacia su cabeza con una habilidad asombrosa. Zamná contraatacó blandiéndo ambos garrotes contra su adversario con gran rapidez para después descender a la tierra luego de cortarlo. El vigilante fue decapitado en el acto y su enorme y malformado cuerpo cayó pesadamente sobre el suelo hundiéndolo trás el impacto. El tercer vigilante corrió hacia Zamná quien movía sus garrotes blandiéndolos en círculos alrededor de su cuerpo con una habilidad prodigiosa y los hacía bailar con sorprendentes giros como si se trataran de livianas varas de bambú.
-Creo que es injusto que tú lleves armas y mis vigilantes no.
-¡Ultro metallicam!-. Conjuró Levi.
En ese preciso momento, el tercer vigilante se detuvo y desenterró, con un potente y bestial puñetazo al suelo, una enorme hacha de bronce.
-La pureza del metal utilizado en aquella arma fue fabricada con técnicas metalúrgicas avanzadas con más de 3000 años de antigüedad por misteriosos artesanos nórdicos. Esta arma es mucho más llamativa y es más de lo que pueden hacer tus vulgares garrotes-. Comentó Levi.
El vigilante siguió su paso hacia la zona donde se encontraba Zamná y atacó con el hacha. En seguida, Zamná saltó al ataque sin premeditaciones y blandió con fuerza y velocidad uno de sus garrotes en dirección al cuello del vigilante quien en el instante previno el peligro y se escudó con la cabeza del hacha en sus manos salvándose apenas de ser decapitado. El impacto del metal resonó como un potente trueno.
El vigilante contraatacó blandiendo el hacha a milímetros de destazar la piel del guerrero quien había saltado una vez más, esquivando en el acto aquel mortal filo.
-No creo que logres moverte así por siempre. Mis vigilantes seguirán pelando eternamente, tú en cambio, sin energía astral tarde o temprano terminarás cansándote-. Comentó Levi.
-No es necesario pelear eternamente, esto terminará pronto-. Repuso Zamná.
-En eso tienes razón. Esto terminará pronto-. Contestó Levi.
Acto seguido, Eshkol comenzó a gritar de dolor, pues el primer vigilante comenzaba a aplastarlo entre sus monstruosas manos. Zamná se quitó el parche de su ojo que había estado cubierto todo ese tiempo y a continuación lo abrió. Su ojo brillaba a un espectral tono amarillo. De pronto, el grito lastimero, no de Eshkol sino de algo que parecía proceder de ultratumba, se oyó retumbar por todo el caótico lugar.
Los ojos amarillos del ave fantasma vislumbraron en la oscuridad y su sombra voló hacia la oscura piel del vigilante quien comenzó a transformarse en madera de pies a cabeza hasta convertirse en una estatua de madera de ceiba. El ave enseguida clavó sus garras en la mano del vigilante liberando a Eshkol en el acto quien, a pesar de tener el brazo escurriendo de sangre, se encontraba bien.
El tercer vigilante arremetió de nuevo contra Zamná quien invocó el canto del Ave fantasma cual silbato de la muerte anunciando el inicio de la batalla. El grito llegó a los tímpanos del vigilante. De pronto, el vigilante dejó de atacar, se dio la media vuelta y corrió hostilmente hacia Levi. Pues veía al gran jefe Omega ahora con el rostro de Zamná.
-¡Nihil vident!-. Conjuró Levi mientras volvía a chasquear los dedos, se había dado cuenta de la maldición ilusoria del Ave fantasma. Acto seguido, el vigilante, que estuvo a instantes de partirlo en dos con el hacha, se extirpó sus globos oculares con sus enormes dedos. Estando ya ciego, y libre de la maldición del Ave fantasma, comenzó a silbar y volvió a correr en dirección a Zamná, pues su sentido del olfato ahora le decía en dónde se ubicaba el guerrero junto con el silbido que usaba como un radar sónico como de igual manera lo utilizaba el Ave fantasma cuando cantaba.
Xandria, libre del disfraz de Abelard, elevó la palma de su mano derecha con su brazo extendido en dirección al el tercer vigilante y enseguida comenzó a pronunciar palabras en un lenguaje semejante al que usaba Levi al conjurar. La palma de su mano derecha comenzó a arder al tiempo que una esfera resplandeciente del tamaño de una canica, que flotaba como un globo cerca de su mano, comenzaba a tomar el tamaño de una bola de boliche. Xandria en seguida propulsó la resplandeciente bola la cual estalló en varias serpientes de fuego que encadenaron con sus anillos flameantes al vigilante y que lo obligaron a soltar su enorme hacha. Las serpientes se enroscaban y sujetaban al vigilante pero no lograban quemarlo.
-Creo que ya se habrán dado cuenta que mis vigilantes son ignífugos. Su inmunidad contra el fuego los hace prácticamente invencibles. Eso es debido a que las larvas lemurianas en su interior nacieron de las llamas astrales que, en comparación con el fuego mundano, son más destructivas. Y otra cosa que deben saber es que el cuerpo de los vigilantes es sólo un capullo de la larva lemuriana en su fase de crisálida que por cierto en cualquier momento debe eclosionar-. Explicó Levi.
De repente, del cuerpo decapitado del primer vigilante, así como del cuerpo en estatua de madera de ceiba del segundo vigilante y del vigilante encadenado, emergió una gigantesca criatura más hostil que antes, semejante a un escarabajo pelotero de los que fueron utilizados como amuletos en las tumbas del antiguo Egipto.
-El escarabajo es el símbolo de la resurrección en la mitología egipcia. Les presento a mis vigilantes en su fase imago-. Dijo Levi.
A continuación, los tres monstruosos escarabajos desplegaron su alas membranosas y volaron velozmente cada uno contra su presa. El escarabajo del primer vigilante atacó a Eshkol en picada. Seguido del segundo vigilante quien descendió en picada contra Zamná. El escarabajo del tercer vigilante se abalanzó posteriormente contra Xandria quien pareció devorarla de un bocado. En ese preciso instante, justo cuando Eshkol estaba por ser devorado también, el calabozo con forma de cabeza emergió en un coloso de piedra de varios metros de altura.
Y, en un instante, tomó al escarabajo entre sus pétreas manos, como hace unos momentos hizo el vigilante con Eshkol. No obstante, el escarabajo comenzó a ejercer una impresionante fuerza con ayuda de sus patas medias y traseras para liberarse del agarre del coloso.
En ese momento, Zamná hizo girar uno de sus garrotes en el aire al arrojarlo contra el escarabajo que venía velozmente hacia él, sin embargo la coraza del insecto fue increíblemente más resistente que el filo de la obsidiana verde siendo prácticamente impenetrable.
De repente, en aquel momento en el que la esperanza de ganar la batalla comenzaba a eclipsarse, el escarabajo del tercer vigilante estalló en fuego desde el interior. Xandria lo había calcinado pues el interior del escarabajo, al ser originariamente de naturaleza humana, no era inmune al cien por ciento contra el fuego. Xandria volvió a generar serpientes de fuego, lanzándolas está vez al escarabajo que estaba a pocos centímetros de devorar a Zamná. Las serpientes se introdujeron en la boca del escarabajo y lo hicieron estallar en calcinantes llamas desde su interior incinerando sus entrañas al instante.
Eshkol juntó las manos como si estuviera intentando aplastar a una mosca, inmediatamente el coloso ejerció aún mucha más fuerza con ambas manos, tanta que el sonido petreo de sus músculos resonaba como rocas derrumbándose desde lo alto al hacer fricción y aplastó sin más al escarabajo hasta hacerlo trizas.
Al fin los tres escarabajos habían sido destruidos.
El coloso de piedra caminó hacia Levi acompañado de Eshkol, Xandria y Zamná.
-En el siglo XVI, un rabino llamado Judah Loew Ben Bezalel conocido como El Maharal de Praga, fue quien creó al Golem para defender el gueto de Praga de ataques antisemitas. Este ser ha sido creado en varias ocasiones y por diversos rabinos ilustres a lo largo de toda la Edad Media. Sólo una persona creyente y cercana a Dios puede crearlo, pero el ser creado nunca sería más que una sombra de aquel creado por Dios, ya que, significativamente y por definición, todo Golem carece de alma-. Dijo Levi.
Eshkol se movió. Ipso facto el Golem, cual títere, atacó con un certero golpe a Levi quien de un repentino salto evadió el abrupto ataque que terminó por destruir la mesa de metal y la silla serpiente. Levi aterrizó en la cabeza del Golem para después introducirse escalando como una lagartija al interior de su boca. Se produjo una ignición en su interior el cual causó que el monstruo de piedra se quedara inmóvil. Segundos después el Golem comenzó a derrumbarse en una avalancha de rocas que estuvieron por aplastar a todos los que yacían cerca de él. Después del derrumbe, Levi aterrizó en la cima de lo que había quedado del monstruo.
-Fue extraño verte con el brazo lleno de sangre tomando en cuenta que no fuiste torturado. Es sabido que para poder despertar al Golem es necesario escribir en él la palabra hebrea Emet, que significa "verdad". Se ve que no perdiste el tiempo dentro del calabozo. Fue astuto que escribieras la palabra con tu propia sangre por todas las paredes del calabozo para después hacer tus oraciones mientras permanecías encerrado adentro. Ahora me doy cuenta que lo hiciste a propósito, todo este tiempo siempre pudiste salir.
El Golem fue un brillante plan. Sin embargo, soy alguien versado en el tema del ocultismo y sé que al borrar la primera letra de Emet y quedar en ella solamente la palabra met (מת"muerte" en hebreo), el Golem puede ser desactivado. Pero al borrar la palabra por completo, el Golem puede ser destruido. Tuve que resquebrajar y romper la roca gracias al calor intenso que generé del fuego Draconiano de mis manos para cortar las cuerdas que controlaban al títere.
La piedra no es sinónimo de protección contra el fuego y ahora pagarán caro el haber derramado tan preciada posesión de ambrosía-. Dijo Levi al ver la zona, donde minutos antes se encontraba la botella, hecha añicos.
A continuación, Eshkol unió las palmas de las manos mientras soltaba amenazantes palabras hebreas y se movía como una vela oscilante.
-Los atarás como señal sobre tu brazo, y serán un recordatorio entre tus ojos-. Oraba Eshkol.
El manto ritual que cubría su cabeza llamado Talit, el cual estaba confeccionado de lana con franjas bordadas de color azul, así como el pequeño estuche cuadrado de color negro confeccionado en cuero llamado Tefilín el cual contenía pergaminos con textos bíblicos y a los cuales estaban fijadas correas de piel en su brazo izquierdo, apuntando al corazón, fungían como símbolos de protección y fuerza del pueblo judío.
Cada estuche contenía inscritos los pasajes relativos a la redención de los judíos del éxodo egipcio el cual Eshkol comenzaba a recitar a continuación .
La batalla contra el jefe Omega dio inicio acometiendo en medio de las lustrosas pendientes sobre las que los ríos de lava se extendían en el oscuro reflejo de las majestuosas pirámides de obsidiana negra en aquel caótico lugar.
Zamná atacó en seguida con el garrote blandiéndolo de arriba hacia abajo contra el cuerpo de Levi quien se movió a una velocidad inusitada logrando evadir el filo de la obsidiana.
Inmediatamente Levi pateó con una tremenda fuerza el pecho de Zamná mandándolo a volar lejos de él al tiempo que Zamná le arrojaba su segundo garrote en dirección a su cabeza. Ipso facto Levi se inclinó velozmente hacia atrás esquivando el garrote al tiempo que Xandria le lanzaba una llamarada de fuego, y de entre las llamas que envolvían a Levi, que no lograban causarle el más mínimo daño, emergió aquel mismo gran lobo que había asesinado a Abelard.
-¡Maldito Rugaru!-. Exclamó Levi.
Acto seguido, el Rugaru atacó mordiendo lateralmente el cuello de Levi con aquellas poderosas mandíbulas, más filosas que la propia obsidiana verde, al tiempo que Xandria lo sujetaba con ondulantes cadenas de serpientes de fuego que le imposibilitaban poder defenderse.
-¡¿Cuánto tiempo más Eshkol?!-. Exclamó Xandria.
-¡Fuga draco!-.
Levi sacó un juego de naipes de color oscuro de sus mangas que comenzaron a volar girando velozmente a su alrededor y lanzó un grito de ira, abrió su tercer ojo de serpiente color escarlata, semajante al tercer ojo de la bestia de Abelard situado en su frente, chasqueó los dedos de ambas manos y las cartas negras hicieron ignición desplegando unas enormes y abrasadoras alas de fuego con la forma semejante a las alas de un dragón que rompieron las ataduras de fuego y lanzaron al Rugaru lejos de él. Levi saltó y aterrizó en breve cerca de Eshkol quien con sus ojos cerrados seguía en sus oraciones. A continuación, Levi sujetó el cuello de Eshkol y alzándolo comenzó a extrangularlo. Sin embargo, Eshkol, pese a la dificultad de pronunciar palabras, seguía orando. De pronto, calló, Levi sonreía triunfante sobre el silencio fúnebre del judío. El talit de lana cayó de su cabeza descubriendo el cabello que le había crecido tan largo hasta la cintura.
Eshkol abrió los ojos permaneciendo aún ciego, pero estaba vivo. La correa negra del tefilín también había crecido en metros y daba varias vueltas sobre su brazo, pecho, piernas y una serie de nudos en las manos. En seguida, Eshkol sujetó la mano de Levi y ejerció una fuerza descomunal fracturando sus huesos. Apartó la mano fracturada de su cuello y, cerrando el puño, lo golpeó en su rostro con una tremenda fuerza. Levi cayó al suelo el cual se resquebrajó tras el impacto creando en el instante un pequeño cráter del tamaño de su cuerpo. Eshkol dobló la rodilla y a continuación le obsequió una patada directo al estómago del adversario. Levi salió volando en el acto para impactarse contra el suelo yermo del páramo.
No obstante, Levi volvió a ponerse de pie aún después de recibir tremenda golpiza. Se limpió la sangre de su boca y dijo:
-Ahora eres más fuerte que el mismo Golem. No olvido la fuerza del Sansón bíblico de tus ancestros. Así como tampoco olvido su debilidad, ¡Draco cauda est!-.
Acto seguido, Levi lanzó otra baraja de naipes negros en fila activándolas con un chasquido de dedos en un ataque de fuego con la forma de la cola de un dragón como si fuese una lanza en dirección al Rugaru. Eshkol, al ver que Zamná estaba en peligro, corrió hacia él en un intento por salvarlo del ataque, no obstante, la cola de dragón de fuego desvío y redirigió su ataque, cual mortal látigo, atacando está vez a la cabeza de Eshkol quien pudo percatarse a tiempo agachándose hacia el frente mientras las llamas acariciaban por encima de su cabeza. Desafortunadamente el cabello de Eshkol fue cortado y su enorme fuerza comenzó a menguar al igual que las correas negras del tefilín, que envolvían en nudos su cuerpo, redujeron su tamaño. En seguida, Levi le dio un potente rodillazo directo al estómago de Eshkol obligándolo a inclinarse hacia adelante, luego uniendo sus manos en un puño le aplicó otro golpe directo a su espalda obligándolo a caer de rodillas.
-¡Eso es!. ¡Arrodíllate ante mí!. ¡Reconoce tu posición maldito esclavo! ¡Que las correas sólo las usan los perros y los esclavos como tú-. Espetó Levi!.
Seguidamente dobló su rodilla para asestarle una patada a su rostro.
De pronto, algo lo detuvo. El Rugaru se había lanzado con extrema velocidad en una arrasadora tacleada para derribar a Levi y someterlo posteriormente con una salvaje mordida frontal a su cuello. Sin embargo, Levi atacó una vez más y atravesó la boca del estómago del Rugaru con el ataque de fuego "cola de dragón". Poco a poco el Rugaru se fue transformando en una estatua de roca que luego cayó rompiéndose en mil pedazos, liberando el cuerpo humanizado de Zamná quien quedó inconsciente sobre el suelo.
En seguida, Xandria y Eshkol lanzaron al unísono un ataque de fuego combinando, creando la forma de una gigantesca serpiente que se abalanzó en una ardiente y voraz mordida al gran jefe Omega.
-¡Draco rex!-. Conjuró Levi arrojando más cartas de sus mangas y chasqueando los dedos cuando las cartas ya giraban en el aire.
De repente, hubo otra ignición, las cartas se incendiaron y un gigantesco y refulgente dragón hecho de fuego apareció y devoró a la serpiente y, seguidamente, amenazó con devorar también a Xandria y a Eshkol.
Mientras tanto, Zamná le vino a la mente aquel fugaz momento en el que cayó aquel rayó el cual lo llevó al Xibalbá a conocer al Kakasbal quien le pidió su alma a cambio de la de Zazil. Sin embargo, cuando estuvo a punto de pactar con el demonio, el gallo cantó y el alma de la verdadera madre de Zazil, quien había muerto hace mucho tiempo, apareció y se sacrificó salvando el alma de su hijo así como el alma de Zamná. Fue de esa manera como la madre de Zazil se convirtió en el nuevo Ave fantasma. Mientras que el alma de Zazil vivió a partir de ese momento en el cuerpo de Zamná, volviéndose Zamná y Zazil un mismo ser.
Zamná despertó, aún no había sanado y aún su herida yacía abierta, pero había despertado por el rugido imaginario de la bestia de fuego y, aprovechando la distracción de Levi, se arrojó en su forma humana a la espalda del Draconiano con la intención de estrangularlo. No obstante, Zamná no tenía la suficiente fuerza para llevar a cabo esa proeza. Levi ardió en fuego nuevamente provocando que Zamná se soltara y saliera despedido. Acto seguido, Levi caminó hacia él. Al principio creyó que estaba llorando pero luego agudizó su oído para cerciorarse. Levi se había equivocado. Zamná no lloraba, Zamná estaba riéndose.
-¿De qué te ríes imbécil? ¿A caso ya perdiste la cordura por el hecho de que tu muerte está muy próximo a suceder?-. Dijo Levi acercándose cada vez más a Zamná quien escupió la sangre de su boca y dijo: -No, río porque en mis manos está tu fin maldito Arconte-.
Levi miró las manos de Zamná y se percató de la biblia que le había robado del bolsillo de su traje y luego río con potente voz.
-Ja ja ja ja. Si que estás loco. ¿Y que harás con eso? ¿Rezarás a caso como tu amigo el judío?-. Se mofó Levi.
-Ven, acércate y te diré lo que haré-. Musitó Zamná.
Levi seguro de su victoria acercó su oído a los labios de Zamná. Acto seguido, Zamná abrió el libro. Levi se rió nuevamente al ver la gran desilusión en los ojos de Zamná al ver aquel agujero llenado con el naipe del tarot de Levi en el interior del libro que antes guardaba otra cosa.
-¿Acaso buscabas esto?-. Dijo Levi mostrándole una pequeña pistola que sacó del bolsillo del otro lado de su traje.
-Desde el principio me di cuenta lo importante que era este libro al notar la expresión de miedo de Xandria al quitarle el mismo. Conozco cada una de sus expresiones, es por eso que siempre sé cuál es su siguiente carta. Y como sabes, siempre tomo mis precauciones, yo siempre suelo jugar con dos barajas. Al abrir el libro lo vi. Sabía que un arma común y corriente no me mataría, sin embargo, sentí ese inconfundible olor a platino. De alguna manera las páginas de la biblia habían camuflado su olor tóxico volviéndolo irreconocible a mi sentido olfativo. No sabía cómo habían logrado apropiarse de algo tan costoso e invaluable como esto. Un arma capaz de matar a un Alfa. Pero lo que no sabías es que esto mismo te terminaría matando, que irónico ¿No crees?-. Dijo Levi mientras apuntaba a la frente de Zamná.
-¡Detente, apunta el arma que tienes hacia tí y dispárate, yo te ordenó!-. Exclamó Xandria. A continuación, Levi, con la mano temblorosa, acató la orden de Xandria, separó la pistola de la frente de Zamná y en seguida se apuntó con ella a sí mismo en la sien.
-Mientras Gema planeaba una estrategia para rescatar a Miyuki, nosotros planeábamos el rescate de Zulia y del hijo del Rugaru y sobre todo planeábamos tu muerte.
Zamná había escuchado que se resguardaba algo valioso en el interior de la efigie de Maximón. Sospechaba lo que era, así que perpetró en la casa del alcalde del pueblo donde se encontraba la efigie en ese momento. En el interior hallamos una pieza de orfebrería con la forma de un escorpión con el rostro de un chacal. La joya fue fabricada con materiales hallados en las minas de rocas ígneas del pueblo. Gracias a ella pudimos crear la bala que acabaría contigo. Sin embargo, estaba segura que el plan fallaría apenas te dieras cuenta del arma por el olor que desprende el metal platino. La única opción era que tú mismo te dispararas. Y para ello tenía que obligarte a hacerlo con aquella droga que controla Arcontes que Ulysses encontró en la residencia Kedward y la cual puse en la botella del vino que te di a beber de igual manera como tú le diste a beber a aquel pobre Omega. Como pudiste ver, yo escupí el vino pero tú lo tragaste por completo. Tuve que actuar para que confiaras en mí. Y luego de que te dieras cuenta de mi traición, esperaba a que leyeras mis expresiones. Creo que después de todo aprendí a jugar bien mis cartas.
Ahora mi querido hermano, polvo eres y en polvo te convertirás-. Dijo Xandria.
Levi puso el dedo en el gatillo y luego sonrió, comenzó a reírse poco a poco hasta volverse una risa descontrolada.
-Lo siento pequeña pero has jugado tú última carta-. Dijo Levi. Eshkol y Xandria no podían creer lo que estaba ocurriendo.
-Es cierto que me diste a beber de aquel vino. Sin embargo, ese no era yo sino el hombre que tú amabas. Creo que se llamaba Tanin.
Le di a beber un poco de mi sangre para que copiara mi voz y se hiciera pasar por mí oculto tras la máscara de diablo mientras yo te observaba desde el otro lado de la mesa. Le decía todo lo que tenía que decirte por medio de un auricular bajo los efectos de la droga domina Arcontes. Sin embargo, la droga es menos potente en los Omega, ya que sólo es efectiva al cien por ciento en los Alfa pura sangre. No obstante, la amenaza que utilizaba contigo, de que mataría lo que más amaba si no acataba mis órdenes, lo persuadió. ¿Ya les dijiste a todos que la única razón de verme muerto es para liberar a tu novio de mí?. Por cierto, Tanin siempre lleva un arma con él cargada con una bala de platino para hacer que se suicide por si llegara a traicionarme, ahora si lo piensas, ya debería estar muerto por la orden que tú misma le diste. Sí Xandria, tú terminaste matando a tu amado Tanin. Acabas de perder con buenas cartas y ahora verás morir a este Rugaru, y no sólo eso, allá arriba, en esta misma hora, un gran terremoto volverá a devastar los pueblos de Sololá Guatemala cuando ocurra el eclipse de sol en poco tiempo. Ese será el inicio del caos que yo traeré al mundo junto con mis vigilantes cuando sacrifique a aquella extraña mujer que tengo prisionera y use su sangre la cual tiene la misma habilidad que la droga domina-arcontes para controlar al jinete del caballo negro y tú no podrás hacer nada-. A continuación, Levi volvió a apuntar con la pistola a la frente de Zamná.
-Y tú, Rugaru, ¡volverás a morir por segunda vez y está vez será para siempre!-. Le dijo Levi a Zamná. De repente, algo inesperado ocurrió.
Levi comenzó a convertirse en una estatua de madera de ceiba.
-Por suerte siempre tengo un plan B. Lo siento pero no puedo darme el lujo de morir de nuevo-. Dijo Zamná. En seguida, Zamná aprovecho la inmovilidad de Levi y se apartó rápidamente lejos de él mientras permanecía en ese estado. No obstante, la maldición del Ave fantasma que también voló lejos de él, no logró detenerlo por mucho tiempo. Levi se liberó abruptamente de su prisión de madera y buscó a Zamná con la mirada apresuradamente cual peligrosa serpiente buscando a su presa. Sin embargo, sus tres draconianos ojos se enfocaron en el tercer ojo de Xandria quien había despertado. El grito de ira de Xandria retumbó ipso facto por los iguales confines del espacio astral como el retumbo gigantesco de una ola cuyo fragor, de existir, nunca habría podido llegar hasta aquellas latitudes de la marisma; hubo una larga pausa y se oía entretanto el fragor de un trueno distante. A continuación, Levi arrojó el arma que tenía en sus manos y Xandria se lanzó a la batalla, se produjo una ignición y el fulgor de un dragón de fuego azul extinguió toda la oscuridad ahí presente. El dragón de fuego azul de Xandria voló al ataque contra Levi quien de igual manera atacó con su propio dragón de fuego rojo. En seguida, ambos dragones peleaban con el impacto de rayos que descendían a la tierra y destruían todo en su camino. Era la pelea de dos Alfas que ocurría en un lugar propicio para su batalla. En aquel lugar podían liberar todo su poder. Sin embargo, su pelea también influía en el plano terrestre. Y en el punto culminante, el eclipse de sol oscureció el edificio Oblivion Paradise que comenzaba a colapsarse por el poder de aquel terremoto creado por las vibraciones de la batalla de ambos Alfas. En el plano terrestre sólo habían pasado escasos segundos después de que Zamná, Eshkol y Xandria entraron al plano astral. Los elevadores habían dejado de funcionar. Sirhan bajaba corriendo con dificultad por las escaleras cargando a Ulysses en sus hombros, mientras Zulia a penas le seguía el paso mientras cargaba a Zeév. El ataque de ambos dragones creo un gigantesco tornado de fuego, semejante a un tornado de viento de categoría tres, que fue arrasando todo a su paso.
-Ahora todo depende de quién es más fuerte. Sólo el destino lo decidirá pequeña hermana. Tú como la próxima líder de los Omega o yo como el portador del fin de la raza humana-. Exclamó Levi.
No sé podía ver más que la luz de las devastadoras llamas iridiscentes que no cedían ante el poder del adversario. De pronto, en el momento álgido de la batalla, los ojos amarillos de un Ave, que volaba cerca de Levi, le indicaron la trayectoria al ojo de Zamná hacia dónde apuntar con el arma que el Ave fantasma había logrado tomar para dárselo a él. Zamná vio el punto ciego de Levi a través de la perspectiva de los ojos del Ave fantasma, y, aprovechando que Levi tenía sus tres ojos puestos en la batalla, accionó el gatillo. La bala de platino giró siguiendo la trayectoria a través del fuego del tornado, terminando su camino en el pecho del Draconiano. El proyectil había perforado su corazón. Acto seguido, sin la fuerza de Levi que comenzaba a menguar, la fuerza destructiva del tornado acabó por írsele encima acabando con él de inmediato, destruyendo en el acto hasta sus cenizas.
Al final, el tornado así como Levi habían desaparecido.
Mientras tanto, Sirhan, Ulysses, Zulia y Zeév salían de las sombras del edificio a la oscuridad de la intemperie, y en lo alto, el eclipse que les daba la bienvenida hacia la libertad. El edificio colapsaba detrás de ellos junto con la jaula de oro de los Omega que yacía bajo tierra y que quedaría sepultada. Todo acabó con aquel eclipse que dio paso a la luz del sol y que iluminó las ruinas de un paraíso que sería olvidado.
Zamná se vistió con la sotana que yacía en el suelo cubriendo su desnudez y luego le entregó el naipe a Xandria.
-Siento una serie de puntos en relieve distribuidos en la superficie de la carta-. Dijo Xandria.
-¿Podrías prestármelo un momento?-. Dijo Eshkol, enseguida Xandria le entregó el naipe en sus manos.
-Es el sistema Braille-. Reveló Eshkol
Este naipe guarda un mensaje escrito en un sistema de signos creado para ciegos.
-¿Y qué dice?-. Preguntó Zamná.
-Quien juega con fuego se termina quemando-. Contestó Eshkol.
-¿Y eso qué significa?-. Volvió a preguntar Zamná.
-Si queremos enviar un mensaje a alguien sin que nadie se entere, tenemos encriptar el mensaje. Se sabe que en la antigua Grecia, Histieo de Mileto, siendo prisionero de los persas en Susa, pudo enviar un mensaje secreto a su padre Aristágores incitándole al ataque contra los persas. Para ello, se sirvió de la siguiente estratagema: afeitó la cabeza de uno de sus hombres y le tatuó en la piel un texto en el
que incitaba a Aristágores a rebelarse contra los persas. Luego, sólo tuvo que esperar a que le volviera a crecer el pelo, y le envió a Aristógares con una carta absolutamente
inocente. Cuando el mensajero llegó a su destino, informó de que debían afeitarle la cabeza, para poder conocer el verdadero mensaje-. Comentó Eshkol.
-Si los persas hubieran pillado al mensajero de Histieo, seguro que no hubiera tenido que
cortarse el pelo nunca más.
-¿Por qué Zamná?-. Preguntó Eshkol.
-Porque seguramente se habría quedado sin cabeza-. Contestó Zamná.
-Este no es el momento de hacer bromas. ¿A qué quieres llegar Eshkol?-. Preguntó Xandria.
-Quema esta carta-. Dijo Eshkol entregándole el naipe a Xandria.
En seguida Xandria quemó el naipe con su diestra. El papel del naipe se consumía rápidamente mientras dejaba al descubierto un segundo papel el cual no se quemaba.
-El mensaje que tienes en tus manos fue escrito en un segundo papel dentro del primero, cubierto de una sustancia que rechaza la combustión y lo protege contra el fuego-. Aclaró Eshkol.
Xandria sostuvo el papel cerca de su rara vista de serpiente de tres ojos y leyó a continuación:
-Felicidades pequeña hermana o mejor dicho gran regente Omega. Estabas destinada a ganar la partida. Sabía que al final tendrías la mejor mano, y la amistad fue una mano invencible, algo que jamás hubiera podido tener. Ahora estás lista para vencer al Padre Alfa.
Ve y libera a los Omega.
Posdata: Tanin nunca lleva balas de platino en el cargador de su arma por precaución a que algún día las usara en mi contra-.
Xandria, Zamná y Eshkol liberaron a los prisioneros de los calabozos. Eran un total de once Omegas, entre ellos se encontraba Tanin y un pequeño joven de 15 años aproximadamente el cual corrió a abrazar a su padre al verlo. Zamná corrió abrazar a su hijo y lloró como hace mucho tiempo no lo había hecho. Xandria corrió emocionada a abrazar a Tanin quien le correspondió con un apasionado beso. Era como si el tiempo ahí no hubiera transcurrido. Preservaban su apariencia y sus recuerdos desde la última vez que entraron. El tercer ojo de Xandria volvió a cerrarse y desapareció de su frente cuando toda razón de ira se había apagado.
Eshkol caminó a oscuras pues no había nadie ahí quien lo esperara. Sin embargo, sabía que afuera lo esperaba su fiel y leal amigo Zeév. En ese momento sintió la mano de una mujer quien le dijo:
-Gracias por habernos salvado,
Ahora me toca a mí guiarlos hasta la salida-.
Entonces escaparon de allí por medio de una especie de umbral tele-transportador que encontraron subiendo las escalinatas hasta la cúspide de una de las pirámides de obsidiana la cual estaba a punto de derrumbarse al igual que todas las pirámides a la vista. Las piedras de las escalinatas no eran siempre planas y había que tener mucho cuidado en dónde ponían el pie.
El páramo pentagonal había desaparecido debajo de la lava que comenzaba a cubrirlo todo, pues al ya no existir la mente creadora controladora del caos, aquel plano astral colapsaría.
Y tras un estallido del transportador consiguieron escapar saliendo de un portal que se abrió en el cono volcánico de uno de los volcanes del lago Atitlán.
-Gracias, ahora tú nos has liberado-. Agradeció Eshkol a la mujer.
-¿Tú no eres una Omega verdad?¿Cómo terminaste ahí? Y lo más importante, ¿Cómo es que sabías dónde se encontraba la salida?-. Preguntó Xandria a la mujer.
-Vi un par de veces entrar y salir a ese demonio de una abertura en aquella pirámide negra. Terminé encerrada en ese lugar por el mayordomo de la residencia Kedward quien me encontró y me llevó con la mentira de que tenían al hijo de Héctor en la casa del magnate. Aquel demonio se enamoró de mí, pero al no corresponderle me encerró en ese calabozo. Según dijo, su fijación se debía a una habilidad que yo tenía en la sangre que influía en la mente de los Alfa, ya que era imposible que un Arconte de esa clase sintiera amor además de lujuria por alguien. Y, a partir de ese momento, me convertí en una rata de laboratorio-. Contó la mujer.
-Eres valiente por haber soportado tanto sin haber perdido la razón. Ahora dinos ¿Cuál es tu nombre?-. Preguntó Eshkol. La mujer agradeció al hombre ciego, y con expresión compungida y dijo:
-Mi nombre es Calipso.