13/05/2050
Han pasado algunos días desde que con su majestad hemos hablado, desde ese día, recurrentemente en la noche me dirijo a su habitación y charlamos de lo que hemos hecho en este tiempo que no nos hemos visto, en cómo éramos cuando niños, y tratando de recobrar un poco de la memoria que había perdido. También analizamos estas nuevas sensaciones tan mundanas que para los zombies es algo que no ocurre y mucho menos las lágrimas, o el calor, una de las teorías que se nos ocurre es el que quizás nos estamos convirtiendo en humanos y que nuestra eternidad estará en peligro, otra teoría es que no somos compatibles y que cuando estamos cerca nuestros cuerpos zombies hacen el rechazo, pero ya no nos cabe otra teoría, era algo nuevo y Aren iba a hablar con algunas calaveras más antiguas y preguntar si antes ya había ocurrido esta anomalía.
Definitivamente Aren cumplio con su palabra y hoy en dia estoy conociendo a un zombie nuevo, que tiene la sonrisa más espectacular que haya conocido en mi miserable eternidad, me he dado cuenta que el estar a su lado, es uno de los mejores regalos que me pudieron dar, y que deseo con muchas ansias recuperar mi memoria, y con ello, todas las emociones perdidas que tenia por este personaje. Aren me hacía sin duda reir y sentirme especial la mayoría del tiempo y las noches se nos hacían demasiado cortas, era un zombie como dirían en los libros humanos, sensible, atento y de lo más cariñoso, algo que de verdad no se ve, o que no lo entenderían… cuando hable con Max sobre estas nuevas cosas que nos están pasando, me tomó por loca y que deberían abrirse el cerebro por si estoy volviendo a ser una zombie primitiva… la otra vez le dije a Adonis si había sentido alguna vez el calor o las lágrimas o los sentimientos de cariño, amabilidad o si se le había acelerado el corazon alguna vez… me quedó mirando perplejo y me dijo que nosotros no tenemos todas las emociones que los humanos, que tenemos lo indispensable para vivir y que lo demás no se desarrolla… es decir, el sabia que los zombies tenemos un cerebro, un corazón, órganos, y que todo funcionaba a medias, que nuestro corazón no se sentía con frecuencia, que nuestro cerebro existe, que los órganos lo tenemos para reproducirnos, y si respirabamos era solo una consecuencia de tenerlos pero que también ni se alteraba ni cambiaba… pero y las emociones?, y los sentimientos?, yo siempre las he sentido, las lágrimas?, sentir el corazón acelerado?, que se corte la respiración?, eso no existe?... teníamos tantas dudas… y nadie sabia de esto…
Ese dia estaba con su majestad, como ya era costumbre, en su habitación. Me senté cerca del ventanal en el piso y él estaba frente a mi… Algunas veces, nos quedamos mirando simplemente, yo… grababa cada detalle de su precioso rostro, no quería olvidarme de él nuevamente, no quería abandonar estas nuevas sensaciones que me hacían sentir tan viva, tan nueva, tan diferente… graba cada conversación, cada detalle, cada pulso acelerado, cada acercamiento de su parte, las reproducía una y otra vez en mi mente, graba su sonrisa, su risa, sus gestos, sus malos chistes, su dura vida, sus historias, su todo… porque en eso se estaba convirtiendo...en mi todo…
El rey abre la puerta y en silencio nos vamos hacia el jardín trasero, donde se encontraba el gran laberinto de arbustos y que en el centro de este se encontraba la fuente de la diosa del amor… un regalo de los humanos para el rey Iker, padre de Aren…
#36274 en Novela romántica
#8757 en Joven Adulto
amor juvenil novela romantica, amor amistad, cliche novela juvenil
Editado: 28.03.2021