Zombilianos

El escape

No les podía decir que en realidad no tenía ni la menor idea de cómo escapar, ya que ni siquiera conocía a la clase de horda con la que me tendría que enfrentar, de lo único que estaba seguro era de que si no actuaba rápido sería mi final, pedí inmediatamente que me sacaran el chaleco de fuerza y que me reunieran todo aquello que pudiéramos utilizar como un arma, lamentablemente lo único que logramos juntar fueron unos 5 cuchillos y 6 escobas de los que se utilizaban para cocinar y hacer el aseo del lugar, un hacha del equipo contra incendios y una pistola del guardia de seguridad, éramos solo seis personas de los más de cien pacientes internados en el manicomio sumados a los cincuenta doctores y enfermeros del lugar posiblemente convertidos en zombis, si queríamos salir del lugar con vida debíamos tener una manera segura de escapar, estábamos en el salón de recreación del recinto y debíamos llegar al subterráneo ubicado debajo de la sala de visitas al otro extremo del hospital psiquiátrico, la forma más rápida de llegar era a través del auditorio y la sala de planificación. Sin embargo la puerta que conducía hacia el auditorio estaba rodeada por los infectados mientras que la otra puerta del salón de recreación se encontraba cerrada

-¿A donde se dirige esa puerta?- pregunte intrigado

-Solamente es el almacén ubicado en el segundo piso- contestó el guardia de seguridad parado al lado mío -allí se guarda la comida del lugar- añadio

-¿Puedes abrirla?- pregunte

-Lamentablemente el otro guardia de seguridad es quien tenía la llave- contesto riendo mientras se acercaba a ella-¡pero!- exclamó levantando el hacha- en esta situación creó que puedo utilizar la mía propia - acto seguido rompió la puerta y dejó ver una escalera de metal que llevaba hacia arriba

-Déjame pasar- le indique, subiendo las escaleras para ver lo que había al final, tal y como había dicho el guardia de seguridad se trataba un almacén lleno de alimentos y cosas por el estilo

-Aquí no va a encontrar nada- me dijo el director

-Pues déjeme decirle que no opinó lo mismo que usted- le conteste, dirigiendo mi mirada hacia una luz de esperanza, había encontrado una salida, se trataba de una pequeña ventana ubicada en la zona superior de una de las murallas por la que apenas caía una persona a la vez

-no comprendo lo que me intenta decir- alegó el director mirando la ventana donde sólo yo veía una oportunidad

-Si no me equivocó esa ventana lleva al techo del pasillo que conecta al auditorio y al mismo tiempo al centro de planificación y hacia nuestra libertad - le conteste riendo

-¿Estas surgieron que utilicemos los techos?- preguntó el director

- Pues si, a no ser que quiera ir por el pasillo lleno de zombis, no se usted, pero por lo menos para mi ese no es un camino hecho de flores- le conteste a lo que inmediatamente el director y el guardia me ayudaron a colocar unos estantes y formar una escalera que nos facilitará llegar a la pequeña salida- ¡dense prisa la entrada de planta baja no resistirá más!- grite. La primera persona en atravesar la escalera improvisada fue el guardia del lugar quien con ayuda del hacha rompió la ventana

-Saldré primero para asegurar que todo es seguro- indicó saliendo por la ventana y durante varios segundos dejarnos con la intriga

-¿¡Y que sucedió!?- Grite al no escuchar sus advertencias

-Estaba pensando lo tranquilo que es este techo- respondió sarcásticamente

-No es el momento para bromear- grite mandando a la siguiente persona una mujer rubia de ojos azules que lamentablemente se trataba de una paciente

-Perdón por dudar de usted - se disculpó el director saliendo por la ventana seguido por la  enfermera y otro paciente

-Sigue usted- le dije a Elisa quien sonriendo me respondió

-Suba usted primero yo lo seguiré -contesto, aún me sigo preguntando el por que me dijo eso, supongo que ella ya sabía lo que iba suceder

-Esta bien- le conteste subiendo por el mueble cuando de repente desde el piso inferior se escuchó como la entrada cedía y los muertos vivientes subían las escaleras de metal

-¡Rápido corra!- me grito cerrando la puerta del almacén y sosteniéndola para impedir que pudieran entrar

-¡No digas tonterías!¡sube rápidamente yo los detendré! - le grite bajando por la improvisada escalera

-¡¡¡Váyase por favor...!!! - me grito antes de que pudiera terminar de bajar- yo ya tengo razones para querer vivir...- respondió casi llorando mientras soportaba la puerta que era empujada- Carl... me ha vuelto a engañar... - estas palabras despertaron en mi un estado de confusión, por extraño que parezca un sentimiento de tristeza se hizo presente en mi corazón que me dejó perplejo por unos segundos - ¡¡¡¡¡corra!!!!!- me grito no pudiendo soportar más la entrada y dejando entrar a los infectados quienes la comenzaron a atacar de la manera más brutal, lo que me dio tiempo de escapar por la ventana en un auto reflejo, aún puedo recordar la primera vez que vi a una de esas cosas ni siquiera yo un escritor del género hubiera podido imaginar algo así, no se trataba del típico zombi de las novelas de ficción eran feroces, fuertes y veloces muy parecidos a un animal



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En el texto hay: zombies, holocausto, muertosvivientes

Editado: 09.11.2018

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