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Es increíble como las noticias en un lado del mundo llegan tan lejos. El choque de un auto, el asalto a una tienda, etc. Se llegan a saber inclusive pensando que no habría testigos en la escena. Pero las cosas llegan a saberse, de eso ya no queda discusión, y Judy no creía como los periodistas se amontonaban en la entrada de la ZPD arreglando las cámaras de la televisión. Con tanto manejo de aparatos, supuso que se preparaban para una transmisión en vivo, ciertos canales de noticia paraban los programas de serie o películas dando cabida al reportero en el lugar de los hechos. Claro que estos casos se daban cuando un desastre natural asomaba en otra parte o los habitantes debían enterarse de un momento crucial en Zootopia, y es que Bigstep si entraba en esa categoría de noticias, por más que Judy quisiera negarlo. Durante el trayecto se sintió somnolienta y dedujo que los doctores le dieron un calmante mientras estaba inconsciente. Nick disfrutó de esto, movía con su pata la boca de Judy haciendo pucheros o mímica que agradaba el camino hacia la ZPD. Judy quería que el calmante al menos perdiera su efecto, no quería aparecer con un rostro gracioso en televisión—y es que siempre intentaba mostrar su mejor cara—, por lo demás, Nick sabía cómo desenvolverse bien.
—Y pensar que mi mamá creía que hubiera sido buen reportero—comentó Nick bajando la velocidad de la patrulla.
Judy levantó una oreja y enarcó una ceja. Le pareció curioso el comentario.
—¿En serio?
—Decía que tenía la imagen, la voz y el carisma para desenvolverme en televisión—le sonrió con picardía—. Pero nunca me gustó, y eso que era bueno en las obras de teatro.
Judy rió al respecto. La actuación era una de las cosas que más le gustaban, no por nada en el pasado realizó distintas obras demostrando su “talento”. En cierto modo, la madre de Nick no se equivocaría si el zorro rojizo eligiera ser periodista, su personalidad y cualidades atraerían a varios al televisor. La oficial coneja en el fondo agradeció que Nick no tomara ese camino, de ser así, el caso de los aulladores quizá nunca fuera resuelto o jamás tendría a su gran amigo de compañero por Zootopia.
Estacionarse fuera de la ZPD era lo más difícil. Intentar mover a los periodistas para avanzar era como pedirle a un perezoso que fuera más rápido. Nick se debatió estirando su pata por la ventanilla, pero aún con esas había animales que se asomaban a la patrulla (algunos de puntillas por su altura) sacando fotos a los oficiales. La atención se estaba desviando al vehículo equivocado como pensaba Judy, Bigstep estaría en el mismo con Bogo y junto a otros oficiales que sirvieran como apoyo en caso de un imprevisto. El mareo le sobrevino por el sonido de las cámaras al tomar fotografías, si el caso hubiera acaecido en la noche hubiera tenido más problemas al lidiar con el flash. Lo mejor, era ver cómo sus compañeros erguían un perímetro inaccesible al empezar los peldaños hacia la entrada. El desafío consistiría en evadirlos desde el estacionamiento, en esa perspectiva, no era tan difícil como creía. Y es que en eso se quedó al poner una pata fuera de la patrulla, un pensamiento. Permanecer sentada todo el viaje entumeció su cuerpo y casi perdió el equilibrio de no ser por un periodista que le extendió esa pata izquierda que no le respondía. Judy agradeció la ayuda no sin antes tener a pocos centímetros de los labios un micrófono y varios animales realizando preguntas. El mareo comenzaba de nuevo, el calmante seguía vigente.
—¡Oficial Hopps! ¿Cómo fue que se lastimó? ¿La atacó el jefe de seguridad? ¿Tiene algo que ver con la explosión del lunes?
Preguntas, preguntas, y más preguntas. Tenía problemas para mantenerse en pie y además debía lidiar con responderle a los periodistas. No tenía ninguna obligación de hacerlo, pero era necesario y cortés hablar y responder solo un par de cosas. Abrió la boca unos instantes, el cansancio le volvió retrocediendo dos pasos hasta chocar con un animal. Se dio la vuelta para disculparse y pudo relajarse un poco. Era Nick, quien la sujetó del hombro y la llevó hacia la ZPD. Aquellas preguntas eran respondidas por el reportero Nicholas Wilde, quien no escatimó en hacer juegos de palabras que terminaran sin ninguna respuesta a los animales. El tiempo que les tomó aclarar las confesiones del zorro rojizo fue considerable al ver como ambos oficiales llegaban al límite de donde podían poner sus patas. «Hay que agradecer de que no estuvimos en esa patrulla zanahorias» dijo Nick mientras apuntaba al centro del límite y soltaba a Judy, quien llevó su vista hacia esa dirección. Bogo estaba quieto junto a Bigstep frente a otros periodistas, el gran búfalo pareció molestarse con ellos encima, su rostro era prueba de ello. A diferencia de Nick, no tuvo que recurrir a su “carisma” y es que la mera presencia de Bogo apartaba a los más valientes que quisieran frenar su paso. Tras saltarse las entrevistas, Nick y Judy se unieron a su jefe escoltando a Bigstep. Nadie habló más de la cuenta, Garraza al verlos entrar expresó su preocupación cuando vio el brazo de Judy. No dejar el brazo expuesto al sol, dormir del lado correcto y no moverse mucho, eran los consejos del leopardo, pero tendía a exagerar hasta el más leve detalle o situación. Judy dijo que estaría bien, el brazo no llegó a romperse, pero debía dejarlo en reposo si no quería llegar a ese punto.
Editado: 03.03.2020