Las médicas.

Una mirada despreciable fue dedicada a Keirot por parte de Jasuke, no podía creer que su amigo se preocupara mas en tener razón que por el estado en el que se encontraban ellos dos, sucios y hasta golpeados. Jasuke suspira con cierta pesadez y tras negar con su cabeza, se gira y comienza a caminar hasta algunos estantes, lugar donde recogía algunos adornos y demás objetos, acomodando lo que cayó y agrupando en pequeños grupos lo que se había roto o no tenía ningún arreglo. 

Keirot miró a Anyel por un breve periodo de tiempo y después  comienza a ayudar a Jasuke con lo que hacía, recogiendo adornos de cerámica, cuadros y hasta algunos platos que cayeron por estar en el lavabo y no acomodados en su respectivo lugar. No tardaron mucho tiempo, la mayoría de cosas se salvaron, no habían daños mayores en pertenencias o la estructura de la casa. 

Keirot — ¿Cómo harás con... eso?
Jasuke — ¿Con qué? 
Keirot — ¿Cómo que con qué? Con tu nariz rota. 
Jasuke — ¿Qué? ¿Se nota mucho? 
Keirot — Mas que nada la sangre, ¿No te duele? 
Jasuke — Un poco, pero no creí que fuera algo grave. 

En ese momento, Jasuke decide ir al espejo para mirarse mejor, tenía un poco de sangre seca y además su nariz se encontraba rojiza por el golpe recién, no parecía quitarse muy pronto. Keirot le siguió poco después, desde atrás le miraba mientras se cruzaba de brazos.

Keirot — Esto será un problema, si tenemos ataques así, ¿Cómo explicamos a nuestros padres lo que pasó? 
Jasuke — ¿Y cómo esperas que sepa? Lo mejor sería no meternos en problemas.
Keirot — Pero... ¿y si los problemas nos buscan a nosotros? ¿Qué hacemos?

Aquellas palabras dejaron a Jasuke pensando durante unos segundos, hace una ligera mueca de disgusto y tras un suspiro se aparta del espejo para así mirar a su amigo, Iba a decir algo, a opinar o quizá preguntar, pero pronto fue interrumpido por Xíon, quién hizo su voz ser audible para el par de chicos.

Xíon — Por eso es importante tener a las médicas. 
Jasuke/Keirot — ¿Médicas?
Zet — Es verdad, con Kazana, Vienam, Eribeth o Lusdry, las cosas serían mas sencillas, solo deberían preocuparse por su ropa. 
Xíon — Así es, ellas podrían sanar sus heridas y reestablecer energías, solo deberían procurar tener ropa de repuesto. 
Jasuke — ¿Es eso posible? ¿Nos sanarían por completo? 
Xíon — Así es, no podrían hacer crecer una extremidad, pero si no la pierden por completo, si que podrían sanarla, daños internos y heridas exteriores, también podrían curarlas.
Keirot — ¡OH! ¡DEBEMOS CONSEGUIR UNA MÉDICA CUANTO ANTES!
Jasuke — ¡No grites, bruto! Alguien podría escuchar. 

El chico da un empujón a su amigo, justo en el hombro, Keirot no evita reír, era cierto, la conversación era bastante rara para gritarla a los cuatro vientos. El joven se frota el hombro y se encamina hasta uno de los sofás individuales, al poco tiempo Jasuke hace lo mismo. 

Keirot — Bien ¿Cómo conseguimos una médica?
Jasuke — Lo importante es... ¿Estarán en el cuerpo de chicas o puede ser al azar?
Xíon — Es complicado de saber.
Zet — Yo he tenido mas oportunidad de mirar al sexo opuesto, las féminas son guerreras pero su energía ayuda mas a restablecer, creo que se acoplan muy bien a las féminas de este mundo, considerando también lo que hemos aprendido de los mocosos estos.
Keirot — ¿En latino? 
Jasuke — Que somos similares y es probable que una mujer tenga una mujer y un hombre a un hombre.
Keirot — Ah... ¡Vamos por chicas! 

Jasuke se lleva la mano derecha al rostro, al mismo tiempo negaba con su cabeza lentamente, todavía no entendía como Keirot era tan imprudente, por parte de Keirot tan solo sonreía y se encontraba de pie con los brazos levantados. Un pequeño balbuceo llama la atención de ambos, Anyel finalmente estaba despertando. 

Con lentitud abre los parpados y su primera pregunta fue — ¿Dónde estoy? — No recordaba que ocurrió, su memoria se cortó en el instante en que tocó aquella madera. Se sentó en el sofá, estiró un poco los brazos y se rascó la cabeza durante un par de segundos. Keirot y Jasuke se quedaron mirando mutuamente, su mirada era clara, no sabían como explicarle a su nuevo amigo lo que recién había ocurrido. Jasuke fue el primero en romper el hielo con una simple pregunta.

Jasuke — ¿No recuerdas nada?
Anyel — Solo... solo recuerdo que estábamos en el patio trasero y había algo clavado en la tierra. 
Jasuke — ¿Es todo? 
Anyel — Ajá, luego desperté aquí. 
Keirot — Jas... ¿Tienes un minuto? 

El joven voltea a ver a Keirot, dudando de cierta manera acerca de lo que quiera decir Keirot. Tras asentir, se levanta y ambos caminan hasta el fondo del pasillo, estando ahí, hablan entre susurros. 

Keirot — Esta situación es distinta, ¿Por qué no dejamos que su propio... como se llame, se presente? 
Jasuke — ¿Cómo te ocurrió a ti? 
Keirot — ¡Exacto! Que ellos hablen, muy seguramente vendrá a nosotros mañana. 
Jasuke — Hmm... no suena tan descabellado, tienes razón, vamos a despistarlo un poco.

Hubo un asentir por parte de los dos, decididos se regresan, por suerte en aquel pasillo no podían ser vistos por Anyel, al regresar, cada uno se sentó a un lado del susodicho. Anyel les miró, como si esperara alguna respuesta a su primer duda. 

Jasuke — Ni siquiera nosotros entendimos que ocurrió, estábamos hablando del tronco y de un momento a otro te caíste al suelo. 
Keirot — Si, y Jasuke por intentar atraparte, se golpeó la nariz con tu cabeza. 
Anyel — ¿Ah si? Eso explica el dolor de cabeza... — Decía mientras frotaba su frente con su zurda.
Jasuke — Si, tienes la frente muy dura. 
Keirot — Y al final te cargamos hasta aquí. 
Anyel — Que extraño, nunca me había sucedido nada igual... pero lo importante es que no pasó nada grave, ¿Cierto? 

Los dos movieron la cabeza de manera afirmativa ante la pregunta de Anyel, intentaban brindar seguridad al chico, aunque de cierto modo, nada grave había ocurrido. Es entonces que tras aproximadamente veinte minutos, Anyel decide marcharse, lo mismo ocurría con Keirot, ahora se encontraban todos fuera de la casa de Jasuke, este último cerca del portón y los otros dos de pie fuera de la propiedad, justo en la acera. Tan solo hubo una pequeña conversación entre ellos y posteriormente se despiden con un agitar de sus manos.