Anyel — ¿Y cómo planeas hacer eso?
Keirot — Muy fácil, ¿No han visto anime nunca? Entrenaremos para ser mas fuertes y ganaremos, siempre los buenos ganan.
Jasuke — Kei... no es así de sencillo, si entrenamos, llamaremos la atención y en lugar de mejorar, lo que haremos será atraer la atención de algo que definitivamente nos mate.
Anyel — Además, yo no pienso pelear contra una organización completa, no se me antoja morirme pronto.
Keirot — Ustedes dos son los mas aburridos del mundo.
Enthon — ¿Qué demonios hacen aquí y por qué están tan sucios?
La cuarta voz claramente provocó una sorpresa en los tres jóvenes, ocasionando que primero se miren entre ellos y luego volteen hacia aquel otro joven que lentamente se acercaba, su mirada estuvo en primer lugar puesta en Keirot, luego en Jasuke y finalmente en Anyel. A una distancia prudente detuvo su andar y con bastante desconfianza dirigió su palabra al primero mencionado.
Enthon — ¿Te dieron una paliza?
Keirot — ¿De nuevo tu?
Jasuke — ¿Nos seguiste hasta aquí?
Enthon — No están respondiendo a mi pregunta, trío de raros.
Anyel — Yo lo hago... No te importa, entrometido.
Enthon — Tú...
Hubo un prolongado silencio, Enthon y Anyel se miraban fijamente, Jasuke y Keirot preferían no interferir, pensando en que si dicen algo podrían provocar que ese par comience a pelear y no sabrían por quién preocuparse. Enthon retrocedió, asintió un par de veces y antes de marcharse, dedicó unas palabras para Anyel.
Enthon — No me generas confianza, rarito, mas te vale no andar solo en el colegio.
Ninguno dijo nada, solo miraron como Enthon se giró y se marchó del lugar. Afortunadamente no había llegado en el momento mas crítico de la situación, de menos se habría enterado parcialmente de que ellos tenían algo fuera de lo común. Una brisa fría corrió en aquel lugar, mas fría de lo usual, aunque ningún árbol parecían moverse al ritmo del viento, detalle que ninguno captó. Esperaron un poco, no querían encontrarse con Enthon en el camino.
Una rama crujió a lo lejos, pero nuevamente, lo ignoraron al pensar que podía ser algún animal, pero la verdad era que alguien mas los vigilaba, alguien que si tuvo la suerte de mirar la paliza que Sheiry les había dado, aunque no se acercó, mantuvo distancia y solo observó en silencio.
Mientras tanto, Sheiry, corría entre la arboleda y matorrales, así evitaba ser vista mientras regresaba a la zona residencial en cuestión de unos treinta segundos. Una vez ahí, caminó por la acera, tranquilamente y sin llamar mucho la atención, su recorrido acabó tras cruzar al menos diez cuadras y desviar su andar hasta una pequeña entrada justo en un costado de la última casa de aquella cuadra.
Ingresó por el pequeño sendero, encontrando a unos cuarenta metros dentro, lo que parecía ser una bodega. Abrió la puerta e ingresó, se quitó el abrigo y lo tiró sobre la cama. En una silla de computadora, se encontraba alguien mas sentado, un chico de cabello oscuro con algunos mechones de un color rojizo muy tenue, tenía un estilo muy similar a Sheiry.
Sheiry — Ya volví, Keint.
Keint — ¿Cumpliste la misión?
La joven soltó un corto suspiro y se sentó en la cama. — No pude, eran solo unos chicos. — Habló con cierta decepción y timidez, creyendo que recibiría alguna clase de regaño por parte de aquel que yace sentado en la silla. Lentamente se gira para verle, ladeaba su cabeza, se encontraba algo confundido por la respuesta.
Keint — ¿Unos chicos? Es raro en ti que no cumplas una misión.
Sheiry — Lo sé, lo sé, lo que pasa es que ellos en verdad no saben en lo que están metidos.
Keint — ¿Y? Esas cosas son así, pueden manipularte y fingir ser niños normales.
Sheiry — ¿Y crees que no lo sé? Lo que ocurre con ellos es que... estudian en el mismo colegio que yo, los he visto ahí y ciertamente no parecen una amenaza.
Keint — ¿Y cómo convencerás a Magnus de que los deje en paz?
Sheiry — No lo sé, pero les advertí que se alejen de todo eso, tu solo no le digas nada, no quiero matar niños.
Keint — Vale, vale, me abstendré de decirle, solo espero que esos mocosos no hagan algo estúpido que los delate otra vez.
Sheiry solo torció un poco los labios con cierta angustia, tras darse un par de palmada en los muslos, se levanta y se dispone a meterse al baño que tenían ahí, no sin antes avisar lo que obviamente haría, Keint solo asiente y se gira para continuar jugando en la computadora.
Por otra parte, ya pasado un rato, Jasuke, Anyel y Keirot deciden bajar de aquel lugar, ya pasó un buen rato, Enthon debería haber llegado a su casa y muy seguramente no lo encontrarían de camino. Ya estaba oscureciendo, el camino no se veía para nada reconfortante, solo había oscuridad y sonidos de ambiente muy tétricos.
El escalofrío que sentían y la sensación de ser vistos no era solo ocasionado por el ambiente y la imaginación, en verdad algo les siguió y les miró hasta que salieron de aquella zona para llegar finalmente a las residencias, dejando atrás lo que sea que les estaba mirando. Nuevamente se dividieron, quedando primero Keirot en su casa, al ser la mas cercana, después Jasuke y finalmente Anyel que llegaría a su casa tras caminar un par de cuadras mas.
La noche pasó muy rápido, por suerte para Keirot y Jasuke, su tía y los padres del otro, no los vieron llegar, ya que se fueron directos a sus propias habitaciones y se cambiaron. Por parte de Anyel, le esperaba lo mismo de siempre, su casa sola, su padre aun no llegaba del trabajo, no tenía que dar muchas explicaciones a nadie.
El día miércoles llegó pronto, los despertadores sonaron, la rutina volvía a comenzar nuevamente como en todas las mañanas, bañarse, desayuno, alistarse e irse al colegio como siempre. Keirot pasaba por Jasuke, en la esquina se encontraban con Anyel y su primo Masthian, ya se estaba haciendo una costumbre.
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Editado: 26.07.2021