Se acabó.

Hanary — ¡Ve, Erison! 

Gritó con entusiasmo aquella chica de cabello blanco. Erison separó los pies, flexionó las rodillas y se impulsó al frente en una apresurada carrera. Las pisadas del joven se notaban pesadas, incluso retumbaba y levantaba agua al andar. Las pupilas del joven destellaron con intensidad, su cabellera cambio de color de manera repentina, pasando de negro azabache a un color naranja con pequeños mechones en color rojo, aquel cambio ocurrió en una fracción de segundo. 

Erison preparó su puño y lanzó un fuerte puñetazo hacia el rostro contrario, en el trayecto de dicho golpe, su brazo se cubrió en fuego, tal cual ocurrió antes con Anyel, solo que con mayor control. Toda la potencia de su poder se concentró en una sola extremidad, logrando un impacto abrumador para Lephir. La impresión lo dejó inmóvil, no conocía a alguien con un poder similar, normalmente, los seres parecido a humanos no poseen una energía alta, suelen ser débiles, por ello su reacción ante la demostración de Erison. 

El golpe fue directo al rostro ajeno, el impacto hizo retumbar la zona, hasta la torre metálica vibró por el golpe, la tierra se estremeció, incluso la lluvia en ese pequeño diámetro se desvió. Como si se tratara de un proyectil, Lephir voló a toda velocidad contra varios árboles cercanos, los troncos se partieron, uno tras otro durante el trayecto de Lephir y a lo lejos se pudo ver el impacto de este contra una colina cercana, ya que varias copas se sacudieron con mayor fuerza de la que ya se estaban moviendo antes por el viento de la tormenta. 

Erison suspiró y tras relajarse su cabello volvió a la normalidad, sin embargo mantenía la tonalidad naranja en sus pupilas, demostrando que poseía un mayor control de su propio Vairant, el fortachón caminó hasta Keirot, extendiendo su mano al mismo que se encontraba sentado en el suelo, el chico le miraba con bastante sorpresa, no creyó que aquel gentil grandote ocultara algo como eso. 

Erison — ¿Estás bien, Koresu? 
Keirot — S-si... solo es algo menor. 

Hanary, quién ya había dejado a Jasuke sentado al lado de Anyel, ahora se acercaba lentamente a aquel otro par, Keirot se estaba levantando con ayuda de la mano de Erison, cuando estuvo de pie, se intentó tocar la nariz, cosa que de inmediato le provocó un sobresalto por el dolor. La chica, llevaba un pequeño bolso de hombro, apenas cabría un celular en él, pero no llevaba nada de eso, mas bien sacó un caramelo de limón y extendió el mismo a Keirot. 

Hanary — Toma, cómelo, te ayudará bastante. 
Keirot — ¿Qué es? ¿En que me va a ayudar un dulce?
Erison — Solo cómelo, confía en Hanary. Date prisa, que esa cosa no tardará en regresar. 
Keirot — Jm... vale, vale. 

La lluvia había bajado un poco, el viento ya no era tan fuerte, podría haber un bajón en la energía del enemigo o simplemente preparaba algo mas, era algo que no se podía saber con exactitud. Keirot se dispuso a quitar la envoltura del dulce y posteriormente lo comería con cierta desconfianza. En un principio no notó nada pero al cabo de algunos segundos, el cuerpo del chico fue cubierto por una tenue energía de color verde claro. 

Poco a poco se sentía mas aliviado, el dolor en su cuerpo estaba desapareciendo, incluso el sangrado de su nariz se había esfumado, se notó sorprendido, se tocó los brazos, piernas, hasta el rostro, luego miró con asombro a Hanary. 

Keirot — ¿Cómo es esto posible? 
Hanary — Syria posee habilidades de curación muy básicas, no es tan efectiva como una médica pero a largo plazo puede ser de mucha ayuda. Lo que hacemos es llenar de energía sanadora esos dulces, tardo mucho tiempo en ello pero funcionan bien.
Erison — Me han salvado en mas de una ocasión. 
Keirot — ¡Genial! ¡Esto es de mucha ayuda! 
Hanary — Pero no te confíes, Kei, no pueden sanar heridas letales ni  reestablecer tu energía por completo, son solo una ayuda para que luches en tu mejor condición.
Keirot — Esperen... ¿Hace cuanto despertaron los suyos?
Erison — Yo hace un año. 
Hanary — Al menos 6 meses. 

Poco después, Jasuke y Anyel se encaminaban hasta ellos, este último si se notaba un tanto adolorido pero mucho mejor de lo que estaba cuando Hanary lo dejó recostado en el suelo. Cuando los alcanzan, Jasuke miró a Erison mientras que Anyel se quedó mirando fijamente a la albina. 

Jasuke — ¿Por eso andabas cerca de nosotros, Hanary? 
Hanary — ¿Eh? Algo así, tenía mis sospechas pero no estaba segura.
Anyel — ¿Por eso querías salir conmigo?
Hanary — No, eso es otro asunto. 

La chica le sonríe al azabache, aunque este no entendió muy bien, típico en chicos de su edad. Erison se alejó un poco de ellos, adelantándose a la salida de aquel lugar. Se giró y miró de frente a todos. 

Erison — Ustedes tres, aléjense un poco, Hanary y yo nos encargaremos, ya tendremos tiempo para resolver nuestras dudas. 

Los tres asintieron con la cabeza y de inmediato se alejaron de ellos dos, regresando a la torre, que en ese momento ya se encontraba por completo descargada. Los tres se quedaron expectantes con lo que ocurriría, esperaban ansiosos por lo que ellos dos harían y además, serviría para comprender que tanto pueden hacer. La tormenta de nuevo incrementó su fuerza, regresando a ese momento en que el viento y el agua abundaban en el sitio. 

Esto afectaba a aquellos tres, sin embargo, a Hanary y Erison no parecía afectarles, ni siquiera parecía que hubiera viento donde ellos se encontraban, ya que sus ropas y cabello se mantuvieron quietos. El cabello naranja rojizo volvió, indicando que Erison estaba listo. 

Erison — Ya sabes que hacer, ¿No?
Hanary — Obviamente. 

Respondió de manera corta y directa. De entre los árboles salió Lephir finalmente, atacando directamente a Erison, su puño fue detenido a escasos centímetros del rostro del chico, él había detenido el impacto usando su mano diestra, apretando la ajena con gran fuerza. Lephir gruñó como animal salvaje mientras miraba fijamente a los ojos del chico, intentaba averiguar que era pero no reconocía nada en él, parecía un ser de otro mundo y no estaba para nada equivocado.