— ¿Qué demonios?! —grito mientras me aferro a la toalla.
— Qué sorpresa —dice David con una sonrisa satisfecha, mirándome de arriba abajo—. Estoy impresionado.
— ¡Vete al diablo! —vuelvo a gritar—. ¡Este es mi apartamento!
— ¿De verdad? Entonces, ¿por qué no sabes...
Hay en el texto:
mafia, sexo explicito, chica virgen
101
3 549
En proceso: 09 Abr
37 pág.