Dicen que los hilos del destino no se ven, pero se sienten.
A veces como un susurro en la oscuridad.
Otras, como un latido ajeno dentro del pecho.
Y hay quienes nacen con más de un hilo atado a su alma...
Aunque no lo sepan.
Arianne no recordaba el rostro de su madre. Tampoco el sonido de su voz....
Hay en el texto:
fantasia oscura, romance sobrenatural, criaturas inmortales
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En proceso: 22 Dic
9 pág.
Sí, quiero