Corazones Bajo Fuego, Cap. 23 Extendido 2 en 1

Corazones Bajo Fuego

Libro 2 de la Saga Amor y Pasión

Actualizado capitulo 23 Malas intensiones Parte II (Capítulo extendido 2 en 1)

+18

En proceso

En venta por suscripción 0.99 USD 

Puedes Adquirirlo AQUÍ

Si aun no lees el primer libro de esta Saga (Pasaje a la Pasión), puedes hacerlo AQUÍ

Extracto capítulo 23 Mals intensiones II:

Le dije a Jeremy que lo esperaría en el restaurant, voy a convencerlo para que vayamos los tres de salida a celebrar tu llegada, nos quedaremos en un hotel en el cual ya hice reservas. Todo está calculado para que se queden juntos en la misma habitación.

–Pero… pero… no quiero dormir con él Samuel, quiero quedarme contigo.

Maldita sea con esta jodida terca.

–Cariño –la tomo del mentón– no es para que duermas con él, tú eres mía y solo dormirás conmigo, pero le haremos creer que se ha acostado contigo.

Ella asiente en acuerdo, aun cuando veo dudas en su mirada.

–Vamos cariño, bajemos, no quiero que Jeremy llegue en algún momento y no nos encuentre allí.

Salimos juntos, ya que la excusa es que vamos a celebrar su llegada, así nadie lo verá extraño.

Llegamos al restaurant y nos sentamos en la misma mesa en la que apenas hace pocos minutos ellos estaban, puedo ver los platos de comida sin tocar, me imagino que no se atrevieron a retirarlos esperando a que el jefe así lo ordenara. Conversamos mientras damos tiempo a que Jeremy aparezca, de modo contrario lo llamaré e insistiré para que venga, tengo mis métodos.

Minutos después, me sorprendo cuando Jeremy entra al restaurant, debieron de haber discutido, porque de otra manera, él no estaría aquí.

–Jeremy que bueno que hayas decidido bajar a desayunar con nosotros. –le digo sonriente, y como no he de estarlo si todo me está saliendo a pedir de boca.

–En realidad perdí el apetito.

Llama el camarero para que retire los platos de la mesa.

–Espera –detiene al camarero antes de que se marche– por favor quiero que envíen a mi Penthouse huevos con tocino, pan tostado y zumo de naranja.

–Lo siento por lo que pasó Jeremy, no quise ocasionarte ningún problema. –dice una Patricia muy contrariada, deberían darle el premio al óscar por su buena actuación.

–No te preocupes cariño, nada que no se pueda solucionar.

Creo que la cosa es as seria de lo que pretende dejar ver.

–Bueno yo si pienso comer algo antes de que nos vayamos –Jeremy me mira con sorpresa, pero no dejaré que de ninguna manera se niegue a acompañarnos– tengo algo que mostrarle a los dos.

–Excelente idea, estoy agobiada con tanto encierro y me gustaría dar un paseo por la ciudad, claro si tenemos tiempo para hacerlo.

–Por supuesto que habrá tiempo preciosa –contestol– hace mucho que no nos reuníamos a pasar el rato y hoy pienso hacer estragos con sus aburridas y monótonas vidas. –sonrío mientras toma un sorbo de agua de mi vaso.

–Lo siento pero tengo asuntos urgentes que arreglar, lamento no poder acompañarlos.

Intenta negarse, estaba preparado para que lo hiciera, así que lanzo toda mi caballería al ataque. Pero Patricia me sorprende cuando con una extraordinaria jugada, lo trata de conmover convencerlo de que vaya con nosotros.

–Pero Jeremy… acabo de llegar de un largo y tedioso viaje. No sabes lo mucho que te extrañé y ahora me sales con que me abandonas a mi suerte. Por favor no me hagas rogarte que vayas con nosotros, estaría decepcionada si lo haces.

Lo veo dudar y sé que Patricia lo ha hecho cambiar de opinión, solo para no despreciarla. Así que doy un empujón más para comprometerlo.

–Patricia tiene razón Jeremy, sería una descortesía de tu parte no aceptar su invitación. Además quien se puede negar a una preciosura como ella.

No tiene excusas para negarse, así que mis planes comienzan desde este momento. Jeremy o sabe lo que le espera. Terminamos el desayuno y salimos los tres del restaurant hacia el destino que tengo previsto, ya todo está preparado, solo debemos llegar allá y el resto se desarrollará solo.

Al salir veo la limusina de Jeremy esperando con su chofer, pero no voy a permitir que él nos lleve, iremos en mi auto y de esa manera se verá imposibilitado de regresar cuando así lo desee.

–De ninguna manera Jeremy –le digo– nada de choferes, iremos en mi auto.

Le pido al valet parking que traiga mi auto y en pocos minutos está frente a nosotros. Subo al asiento mientras que Jeremy ayuda a Patricia a tomar su lugar en el asiento del copiloto.

–Chicos ahora a divertirnos… despídanse de un día aburrido y denle la bienvenida a la diversión.

Y no sabes lo divertido que será Jeremy, por lo menos para mí.

Arranco al destino previsto, mientras observo por el retrovisor la preocupación de Jeremy en su rostro. Pocos minutos después transitamos por la autopista, cada vez más lejos del hotel y más cerca de nuestro destino.

Observo continuamente a Jeremy tratándose de comunicarse seguramente con la zorra, pero por lo visto ella ha decidido no atenderle las llamadas, porque veo ofuscación y desesperación en su rostro.

Por fin hemos llegado a nuestro destino, un centro de diversiones donde tengo nuestras reservas listas.

–Bueno chicos llegó la hora de la diversión.

–Lo siento Samuel, pero como podrás ver no estoy preparado para el lugar.

Señala hacia su ropa como si a mí me interesara una mierda su jodida comodidad.

–Tranquilo Jeremy, todo ha sido previamente calculado, reservé habitaciones y podemos comprar lo necesario en las tiendas que observas en los alrededores, así que como puedes ver no hay ningún problema con eso.

–Bueno chicos, vayamos a la recepción por nuestras llaves.

Nos encaminamos al hotel y luego del chek-in retiramos nuestras llaves y nos dirigimos al Penthouse. Sé que Jeremy se ha dado cuenta de que sólo retiré dos llaves electrónicas, pero lo que no sabe es que una es para mí y la otra para ellos dos.

–Falta una llave Samuel –me pregunta con preocupación– olvidamos la llave de patricia.

–No es ningún olvido Jeremy –contesto tranquilo y sin preocupación– la habitación más grande la reservé para ti y para Patricia, tiene doble habitación, no quería que ella estuviera sola y como ustedes tienen mayor confianza que ella y yo, pues los acomodé juntos.