DESCUENTO SOLO POR 24 HORAS
DESCUENTO 30% CUATRO HADAS DIA 20/04/21
CAPITULO 6
Los señores Romanov cruzaron el umbral de su mansión, seguidos por las cuatro jóvenes, mientras sus hijos los esperaban sentados en los grandes sillones de cuero negros del salón.
— No lo puedo creer, están en silencio y sin pelear, esto es algo nuevo. — La sorpresa era autentica en la voz de Nessari.
— Que chistoso madre. — Respondió con molestia el mayor.
— Zigor, cuida tú tono de voz. Adelante niñas tomen asiento.
Los hermanos se encontraban sentados de una forma casual casi descuidada, de espalda a la entrada, pero cuando las jóvenes desfilaron frente a ellos, automáticamente su postura cambió, miraban a esas mujeres vestidas tan diferentes entre sí, al igual que las vibras que sus cuerpos transmitían. Una más bonita que la otra, parecían piedras preciosas, ante ellos brillaban las representaciones en persona de un rubí, un zafiro, un diamante y una obsidiana.
Nefered, fue la primera en pararse frente a ellos, con unos vaqueros negros ajustados, una remera de algodón blanca y una campera también de algodón pero de color negra, a pesar de que su vestimenta parecía común, ella las hacía lucir como algo sumamente costoso, los grandes pechos le impidieron cerrar al completo el cierre de la campera, sus labios lucían un color rojo sangre y los ojos estaban delineados en negro, su cabellera lacia y negra como el carbón brillaba ante la luz que la bañaba, miró a los cuatro hombres, con desafío e inclusive un poco de odió, para ella todos los hombres eran iguales, unos monstruos. No en vano es sabido que si a un hombre se le aparece un hada de fuego, lo último que verá en su vida es el rojo brillante de sus alas.
— Buenas tardes mi nombre es Nefered Ahmed.
— Que nombre y apellido tan raro. — Comento Zigor con un poco de burla, y ella lo fulminó con la mirada, sabía quién era, ya que Nessari les enseñó fotos de sus hijos en lo que duró el viaje, levantando una ceja y mirándolo directamente a los ojos de forma desafiante respondió.
— Es un apellido egipcio, creí que un Romanov no necesitaría tal aclaración, señor Oleg, ¿está seguro que él es el indicado para estar al cuidado de sus empresas, por un año? — dijo con toda seriedad.
Mientras sus hermanos rompían a reír, Zigor quería saltar sobre ella y azotarla por su comentario, pero cada gesto de la joven le rentaba a hacer otra cosa también, como por ejemplo besar esos labios tan gruesos y perfectos.
"Esto me lo pagarás pequeña diabla, a la mierda la pelirroja."
— Soy muy capaz de estar al mando de todo, soy el mayor, y para que lo veas bien de cerca tú serás mi asistente. — dijo imponiendo su voluntad.
— Bien, por mí no hay problema, podrá descansar tranquilo y disfrutar de su viaje señor Oleg. Yo me asegurare que todo esté bien. _ Dicho esto Nefered se sentó en la punta del gran sillón, enfrente de Zigor, se mataban con la mirada.
"Estúpido mal criado".
"Pequeña diabla, ¿cómo te atreves?".
El padre de familia casi no podía mantenerse serio, debido a que conocía el carácter de sus hijos, sabía que este sería un año largo para ellos. Y la risa estaba a punto de salir de su boca, pero se contuvo, no quería echarle más leña al fuego, aunque si supiera que Nefered era el mismo fuego y ardía por enseñarle a Zigor un poco de disciplina.
La segunda en presentarse ante ellos fue Melania, entró con la cabeza gacha, sus mejilla rosadas y su rostro casi cubierto al completo por las ondas que caían del largo cabello castaño, su vestido en tono beige era muy parecido a la segunda capa terrestre, pero los jóvenes lo único que veían era que parecía un vestido antiguo, como si estuviera en un siglo diferente al que pertenecía. Como si fuera alguna dama en una pintura, sobre su cabello, una corona de flores blancas la hacían lucir aún más pequeña de lo que era, tanto en estatura como edad y la inocencia bañaba su rostro al completo.
"Ella si es la indicada para mí, se ve completamente una persona sumisa."
Antes que la joven tomara su lugar, Milos habló.
— Ella será mi asistente, la pido primero. _ Dijo con soberbia ya que temía tener que discutir con algunos de sus hermanos por ella. Sus padres estaban molestos por su comportamiento, pero se quedaron en silencio, querían ver si estas jóvenes podían con el carácter de sus cuatro retoños.
Melania levantó muy despacio su rostro así de lento como la tierra tarda 24 horas en girar sobre sí misma y depósito en el joven sus ojos color chocolate. Hipnóticos y misteriosos.
— Mi nombre es Melania Katsaros, griego mi apellido al igual que mi origen por si hay alguna duda, no lo olvides por favor, soy una persona no un objeto. _ La voz de la joven era suave, pero firme, como un pequeño temblor, un suave terremoto que no causa daño visible a las estructuras de los edificios, pero si mueve los cimientos de ellas, Para debilitarlas y que luego caigan por sí solas.
Mientras que el color chocolate de sus grandes ojos la hacía parecer triste.
Todos estaban expectantes esperaban los gritos de Milos, ya que el joven era rígido y soberbio, no aceptaba replica alguna a lo que él decía y menos que lo reprendieran por algo, pero no sucedió, esos ojos lo seguían mirando, esperando una respuesta y él lo único que pensaba era.
"¿Porque estás triste?"
— Disculpa Melania, no fue mi intención. _ Nessari cruzó una mirada de asombro con su esposo Oleg, pero aun así no dijo nada. Su hijo jamás se disculpaba con nadie, pero no quería arruinar el momento de calma.
La tercera muchacha se presentó, Calíope, el color de su pelo era algo digno de ver, delgada, de piel rosácea y con unas pecas que invitaban a mirarla, un vestido blanco que parecía moverse con alguna brisa primaveral aunque eso era imposible, ya que estaban en el interior de la mansión, pero cuando controlas el aire, nada es imposible.
— Buenas tardes mi nombre es Calíope Sullivan, soy de descendencia irlandesa, espero poder ayudarlos. _ Calíope era una joven amistosa y charlatana, por eso no tenía miedo en presentarse y lucir amistosa, pero Yannick, el maníaco del control, creyó que lo que veía era muestra de una buena asistente y eso es lo que él quería, alguien práctico y contundente que lo ayudara a sobresalir de sus hermanos.
— Calíope, me gustaría que seas mi asistente, veo potencial en ti. _ Zigor rompió a reír, ellos mantenían una competencia personal, en querer demostrar cuál de los dos era mejor en todo, y oír hablar así a su hermano le divertía.
— ¡¿Qué es lo gracioso idiota?! — dijo ya pensando en golpear al mayor.
— ¡Cálmate, no estamos solos, imbécil! — Respondió Zigor, conociendo las intenciones de su hermano.
— No deberían discutir, es una pérdida no solo de tiempo, sino que de energías que podrían utilizar para trabajar. —intervino Calíope, disipando la tensión como el viento se lleva las nubes.
Yannick, estaba convencido de que había elegido a la asistente perfecta. Por lo que decidió no hacerle caso a Calíope y no entrar en el juego de su hermano.
— Bueno, mi asistente será la que falta conocer supongo. _ El aburrimiento en la voz de Kilian era notable, él prefería estar divirtiéndose con la hermosa morena que tiene por novia, antes de perder el tiempo en presentaciones. Por fin levantó los ojos de su teléfono y la vio.
Indivar se movió con un paso suave, segura de ella misma, al igual que el agua se desborda del río y reclama todo a su paso sin importarle nada, unos vaqueros ajustados blancos y una blusa celeste que resaltaba sus rasgos albinos y el color azul exótico de sus ojos lo cautivó de inmediato.
— Indivar Carver, alemana. _ Fue lo que ella dijo, pero Kilian sentía como si esta mujer le hubiera recitado un poema, sus mejillas se pusieron rojas y tuvo que apartar la vista de ella.
"¿Que mierda me pasa?, Dios, ¡solo dijo su nombre! Esto es estúpido."
— Kilian Romanov. — dijo aunque estaba seguro que la joven lo sabía.
— Espero poder ayudarte Kilian. _ Y Kilian sentía que aparte de ser honesta ella ya lo había ayudado, desde el primer momento que la vio, su mente le mostró un par de aretes de oro blanco colgantes con dos gemas de aguamarina o zafiros quizás, colgando en ellas.
"Tú serás mi musa, mi inspiración, gracias a ti diseñare las mejores joyas".
Fue así como comenzó todo, estos hombres no entendían bajo que hechizo habían caído, pero así era, no podían pronunciar palabra alguna, mientras que estas mujeres los observaba, algunas con simpatía otras con recelo e incluso miedo.
— Bien ya que sus asistentes fueron designadas recuerden, ellas los ayudaran en todo momento, pero ustedes las cuidarán.
— Si, seremos sus niñeras padre puedes estar tranquilo.
— No, niñeros, no Zigor, ellas son unas jóvenes muy capaces saben muchas cosas, pero vivieron todas su vida en el orfanato, por lo que hay ciertos peligros que desconocen, este año y con la vida nocturna que ustedes llevan, sé que ellas estarán expuestas a esos peligros, le juré a la hermana Josefina que ustedes las cuidaran y confió en ello. Demuestren que clase de persona somos los Romanov.
— Si mamá. — Fue lo que respondieron al unísono, mientras sus mentes trabajaban a mil por hora.
— Pueden enseñarle la casa y sus dormitorios, nosotros terminaremos de arreglar unas cosas, nos veremos para la cena. _ Los señores Romanov desaparecieron de la sala. Y él primero en hablar fue Zigor.
— Este año será muy divertido, en especial para ti Kilian. — dijo con burla el más moreno, el que tenía el mismo color de piel que su madre.
— ¿Porque lo dices Zigor?
— La loca de Teresa explotara cuando vea a tu asistente, ya me imagino lo que pasará, lo lamento por ti Indivar, solo trata que no te golpee mucho el rostro sería una pena que termines con alguna marca.
Lo que para Zigor era divertido despertó la preocupación en Kilian, Teresa era conocida por alejar a otras mujeres de él, y en muchas ocasiones usaba la violencia para ello.
Pero ninguno tuvo en cuenta que estas mujeres se cuidaban entre ellas, entonces Nefered habló.
— No sé qué problemas tengas con tu novia, pero debes saber que Indivar es una persona pacifica, por lo que nunca se defiende y evita cualquier tipo de confrontación, pero ten por seguro algo, yo no soy así, y si alguien lastima a mi hermana tú tendrás que rendirme cuentas, y tu novia se arrepentirá de cualquier cosa que intente hacerle. _ De pronto la temperatura de la sala subió y todos se dieron cuenta de eso, Zigor miraba los ojos de Nefered y en ellos noto algo raro como si el negro que poseía fuera de a poco cubriéndose por un aro rojo.
Entonces Indivar tomo su mano y le sonrió, mientras le hablaba con calma.
— No tienes nada que temer Nefered, sé que Kilian no permitirá que su novia me golpee, no he hecho nada malo y se lo prometió a su madre. _ El corazón de Kilian se movía de una forma rara al escuchar la voz de la joven, además que era sumamente inocente e ingenia por lo que decía y de pronto un instinto protector nació en él.
"Ella tiene razón, Teresa no podrá golpearla, ella no ha hecho nada malo y dudo que sea capaz de hacer algo para provocar a alguien."
La temperatura volvió a ser la misma y es que como siempre Indivar pudo apaciguar a Nefered, el agua y el fuego se complementaban después de todo.
— La llamaste hermana, deben ser muy unidas. _ Yannick no aguanto su curiosidad y pregunto, a lo que Calíope respondió. Ya que Nefered seguía un poco agitada.
— Sí, somos muy unidas, nacimos el mismo día, compartimos la misma suerte y desde entonces no nos hemos separado, y jamás lo haremos. — respondió mientras le daba una sonrisa a las otras tres.
— No puedes estar segura de eso, inclusive nosotros que somos hermanos de sangre nos cuesta vivir juntos, piensas así porque no has tenido otra opción al ser huérfanas, y vivir juntas en el orfanato, pero cuando vean lo que es realmente el mundo y que son personas con diferentes carácter no soportarán estar juntas. — cuestiono Yannick.
La risa de las jóvenes llenaron la sala, y los hermanos se miraban para saber si todos estaba escuchando lo mismo, sus risas formaban una melodía, hermosa y suave. Como si estuvieran en el medio de un bosque desierto y solo se sintiera el viento pasar, el agua de algún manantial cercano correr, una fogata trinando y la tierra siendo movida por todos los factores propios de la vida que generaba como las flores y árboles.
— Perdón, pero te equivocas, nosotras ya somos completamente diferentes, eso es lo que nos une.
— Calíope, eso no tiene sentido. —Cuestionó Milos.
— Sí, si lo tiene. — la voz tímida de Melania se escuchó.
— Nefered es la de carácter más fuerte de todas. — volvió a decir para mirar a su hermana con orgullo.
— Sí, sí, ella es explosiva. — Calíope reía mientras hablaba con una confianza única.
—Es puro fuego, nos cuida a todas, si alguien nos lastima o nos hace sentir mal, ten por seguro que Nefered hará arder todo. Solo Indivar la puede apaciguar. —continúo relatando.
— Es verdad, mi hermana es la tranquilidad misma, la paz que despeja mi mente, como si de un lago tranquilo se tratara, si yo soy fuego, ella es la calma del agua. —sentenció Nefered, para luego agregar.
—En cambio Calíope es mi perdición, con su entusiasmo a veces me enloquece y en lugar de apaciguar mi fuego solo lo alimenta.
— Pero tiene la ventaja de hacerte cambiar de dirección, al igual que con Indivar, sus palabras las hacen cambiar de rumbo. Para hacer algo bueno o arruinar todo. -Melania río a lo último que dijo, recordando como de niñas Calíope provoco que Nefered quemara medio bosque.
— A mí no solo me hace cambiar de rumbo, ella es a quien acudo cuando necesito fuerzas, si mi forma de ser es como el agua, Calíope es el oxígeno, la necesito para ser yo.
— Al igual que yo necesito de Nefered para que consuma un poco de mi energía, sino no pararía nunca. Como el fuego consume el aire para alimentarse. —explico la pelirroja.
— ¿Y tú Melania? casi no te he escuchado, creo que tus hermanas de orfanato no te permiten expresarte. —Zigor no creía que ellas se llevaran tan bien y que no tuvieran miedo a demostrarlo.
— Nada más alejado de la realidad, Indivar y Calíope a veces gastan mi esencia, pero dejan unas hermosas marcas en mí, como si me erosionaran para dejar expuesto lo mejor de mi ser y es que si ellas son como el agua y el aire, yo soy como tierra.
— ¿Tan baja autoestima te tienes? Para compararte con el polvo. —dijo de forma burlona y Milos lo miraba furioso.
— No Zigor, estás equivocado, ella es la tierra que nos une, parece frágil y personas como tú la pueden llegar a subestimar, pero de todas es la más extraordinaria, la podrás ver mil veces y creerás que permanece siempre igual... — Nefered trataba de controlar el mal humor que él le provocaba.
— Sin embargo no es así, cambio constantemente, gracias a ellas. —termino de hablar Melania, sabiendo que Nefered estaba a punto de golpear a Zigor.
— Melania puede tener una paciencia tan grande como una montaña y deberás hacer mucho para que se agote y se convierta en llanura. — Calíope miró por un momento a Zigor.
— Pero si ella sufre, el mundo entero tiembla. O en su defecto basta con que hable con Nefered y como si de un volcán se tratara ella liberará la presión que sienta Melania. — Indivar intervino mirando a Milos, tratando de advertirle que sea cuidadoso.
— De todas formas lo verán a lo largo de este año, somos diferentes y es por eso que nos necesitamos mutuamente.
Zigor clavo sus ojos en Nefered cuando termino de hablar, había algo en ella que lo provocaba querer saber todo sobre su forma de ser, pero no era el único, los Romanov pronto descubrirán que no estaban con simples mortales, estaban en frente de cuatro hadas.
4 comentarios
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IngresarHola querida escritora cuando hay descuento de 4 hadas?
Fard Barrios, hola el día 11/08/21 estará de descuento
Cómo se llama
Abigail Angeles, hola, se llama CUATRO HADAS y estará en descuento el día 11/08/21
Y su precio
Hola
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