Mundos Diferentes - Parte 1
—¿Encontrarme aquí le sorprendió?
Enfoqué la mirada en sus perfectas facciones, jamás me hubiera imaginado que un calvo podría ser tan sensual. Debe verse increíble con cabello. Nuestras miradas eran desafíos. ¿Por qué me miraba de esa manera? Con ganas de decirme muchas cosas y nada al mismo tiempo, con anhelo y frialdad.
—No. La verdad me es indiferente. Toma. —Me ofreció la misma bebida que tomaba con mis amigos, volví a mirar a la mesa donde Lorena le decía algo a Raúl en el oído—. Hasta lo que tomas es ingenuo.
Lo recibí. Me tomé un trago, tenía un nudo en la garganta el cual debía pasar. Él logra que mis neuronas se bloqueen y dejan a una Verónica algo estúpida.
—Aun así, se toma el trabajo de averiguar lo que me gusta. —No sé si sonrió, sus labios no se movieron, pero me dio la sensación de que lo hacía—. Gracias por la bebida, debo regresar a la mesa. —Se le tensó la mandíbula.
—¿Es seria la relación con el tipito ese que me presentaste como novio? Con el que has bailado toda la noche, ¿él que llevaste a la reunión de Juan? —Lo analicé. ¿Me ha estado vigilando?
—A veces salgo con él —miró a Rata y se bebió un sorbo de su whisky.
—Bueno, ¿se molestaría si bailamos una canción?
En la mesa Lorena seguía hablando con Raúl y miraba en dirección a donde me encontraba con Roland, mi amigo abrió la boca, ella le dio un manotón en la espalda. Tragué una vez más saliva y terminé de beber lo último del líquido en la copa. No solo ellos estaban desconcertados, su guardaespaldas principal también se veía igual o tal vez más extrañado.
—Por supuesto.
Me tomó de la mano y mil mariposas cabalgaron a mi vientre. ¡Dios!, este hombre era el demonio sexual, emana lujuria, su forma tan segura al caminar llama la atención de las mujeres.
Llegamos a la pista, entrelazó su mano izquierda con mi mano derecha mientras que con la otra tomó mi cintura, obligando a que mi cuerpo se acercara al suyo, mi brazo libre lo abrazó, toqué el final de su camiseta en V, en el mismo límite de tela que evitaba que tocara su cuello, la electricidad generada por nuestros cuerpos era demasiado palpable, me dejé llevar por él.
Soy buena bailarina y pensé que Raúl bailaba bien, pero Roland era un experto, me sentí en las nubes. Al son de una sensual bachata, sabía perfectamente cuando dar una vuelta, alargar un paso, quedarse en una sola baldosa o permitirme a mí ser la dueña de la pista. Bailamos al compás de la canción como si fuéramos antiguos compañeros de baile, no se presentaron los típicos tropezones que se tienen. El entendimiento en la pista fue perfecto y no quería que se acabara la canción.
Bailaría toda la noche sin dejar pasar una sola canción ¿él sentirá lo mismo? Cuando se acabó siguió una de Marc Anthony, no me moví para darle a entender qué podíamos continuar. Pero me estrellé, me soltó, se dio la vuelta con intención de regresar a la barra, al percatarse que yo no lo seguía ni me moví del lugar se giró y se encogió de hombros.
—Creo haber dicho que era un solo baile, te invito un trago.
Esa fue la cachetada más discreta que he recibido en la vida, traté de disimular un poco.
Me quedé en el mismo lugar, le sonreí, y caminé al sentido contrario, llegué a la mesa donde hablaban mis amigos. No sé cómo caminé, de reojo me di cuenta que fue él quien se quedó estático por unos largos segundos en el mismo lugar. ¿Qué pretendía?, no me sentaré a su lado como lo hacen sus putas. ¿Acaso no sintió la conexión de nuestros cuerpos? Mi propia mente me dio la respuesta. A don Roland Sandoval solo le gusta jugar.
7 comentarios
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Ingresarwao esta historia de Veronica y Roland es magnífica, yo he leido 3 veces las 4 partes y todavia me emociona leerla. Felicidades Eliana
carmen yosire, Mil gracias
Amo esta saga
Miriam Zuleima Jimenez, Muchas gracias
Ya perdí la cuenta de cuántas veces lo e leído y estoy releyendo la segunda parte ya que los extraño
Cristina Isabel Jimenez Lemus, Si a mí me encanta volverlos a leer y
Me encanta esta Historia, el Ángel y el Domonio
Mariandrea, Así es
Mis mafiosos preferidos! Los Amo......
Paola Lorena Servin, Jajajajaja verdad que sí.
Me dieron ganas de volver a leerlo por 4 vez en lo que llegan los hijos
Penny Falfan, Jajajajajajaja
Una divinura leerte cada día vivo más enamorada de lo que escribes
July Rodriguez, Muchas gracias
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