¡Papá por Equivocación, actualizada!
Papá por equivocación
Serie por equivocación
Libro 6
En proceso +18
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Capítulo 6 A punto de infarto
Fragmento:
Paso el resto del día inventando cosas que hacer para distraerme y evitar concentrar mis pensamientos en el hombre que no pude olvidar durante todo este tiempo. Después de almorzar, paso un par de horas en la biblioteca, pero no es suficiente para dejar de pensar en él. Así que enciendo la televisión y zapeo por todos los canales del cable en busca de algún programa que me guste, pero ninguno de ellos logra captar mi atención.
Cerca de las seis de la tarde decido darme un chapuzón en la piscina porque tengo la intención de agotar todos los músculos de mi cuerpo y ver si de esta manera caigo vencida por el sueño. Me quito la ropa y me pongo un diminuto traje de baños color blanco que encontré en una de las gavetas y que hace mucho tiempo dejé de usar, debido a que mostraba más piel de la que necesito mostrar. Sin embargo, ahora que estoy sola en casa y puedo hacer lo que se me dé la gana la real gana, incluso, andar desnuda durante estos cinco días si así lo decido, concluyo que es el mejor momento para usarlo.
Luego de ponérmelo me observo al espejo y suelto una risita porque ni en mis peores pesadillas me atrevería a salir vestida o, mejor dicho, casi desnuda, con estos pedacitos de tela que apenas llegan a tapar aquellas zonas que nadie más que yo debería ver. Tomo la toalla, me calzo las chanclas, me suelto el moño y salgo de la habitación, completamente emocionada, porque al fin encontré algo que está logrando distraerme por completo.
Al llegar a la piscina, dejo mis cosas en una de las perezosas y me lanzo de clavado al agua para disfrutar de una larga y relajante zambullida. Algunas horas después, cuando siento mis músculos adoloridos y cansados, tomo la decisión de salir de la alberca e ir a la cocina por algo de comer, antes de marcharme a mi habitación. Estoy segura que caeré rendida como una piedra en cuanto toque el colchón.
Exprimo mi larga cabellera y seco mi cuerpo antes de dirigirme a la cocina y meterme de cabeza en el refrigerador para sacar uno de los túperes y recalentar un poco de la comida que me dejó Pilar. Estoy que me como del hambre luego del gran esfuerzo físico al que me sometí y que exigió de toda mi energía. Escojo la lasaña y la introduzco en el microondas, pero en cuanto presiono el botón de inicio de calentamiento, pego un grito y un respingo en cuanto escucho una voz de tono muy profundo a mi espalda. Me doy la vuelta en el acto y en cuanto veo al hombre parado frente a mí, repasándome con su mirada de pies a cabeza, casi muero de un infarto.
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