Novela, EMPERATRIZ
PROLOGO
Querer gemir en tus brazos, amor mío, fue el mayor anhela de mi vida. Sentir tu cuerpo reposar sobre el mío y romper todas mis esquemas fue un sueño bonito que quise hacer realidad, sin embargo, nuestra felicidad se ve empañada por la desgracia, por un presente incierto que nos obliga a estar separados.
Un oscuro presente.
Desolado.
Y frío
Un presente que me dice, que nunca más estarás a mi lado para mirarme como siempre lo hiciste.
¡Dios! Nunca podre olvida tu mirada de felicidad cuando el sacerdote nos declaró marido y mujer.
¿Como ahora le digo a mi corazón que ya no estarás?
Que me has abandonado.
¡Como vivir en esta cruda realidad ahora que ya no estas!
Has roto mi corazón en miles pedazos con tu partida y aun así, no me resino a perderte. No acepto que para ti y para mí ya nunca más habrá un futuro que nos una, un mañana que nos prometa felicidad. Todo por la maldita muerte que te arrebato de mi lado el día de nuestra boda.
Si, no pudiste cumplir todas aquellas promesas que me hiciste, de volverme loca de placer.
-Maldito destino, que te apartó de mí—pensaba la viuda mientras el cuerpo de su marido ya estaba sepultado, en aquel miche, en donde no lo vería nunca más.
***
—Usted es Emperatriz-dijo una voz fría que la hizo estremecer.
—Sí, soy yo— respondió entre sollozo— ¿quien es usted ¿para que me busca?
Emperatriz deseaba morir con su amado, pero no podía, antes de morir, le prometió que sería fuerte y que lucharía para mantenerme de pie. En verdad ella no entendió por qué él le insistió tanto en que nunca dejara de ser quien era. Pero sobre todo que luchara volver a amar con la misma intensidad con la que la amo a él a la persona que estaba destinada a ser su esposo. Ella no entendió nada, pero de todos modos sé lo prometió.
—Soy Said Bennani El Idrissi Berrada— dijo frío sin emoción en sus palabras—su hermano.
Emperatriz lo miro sorprendida. Perpleja.
—Eso no puede ser. Mi esposo no puede ser su hermano. Si hubiera sido cierto me lo habría dicho y nunca me hablo de usted, además mi esposo no se apellida El Idrissi, él es huérfano y solo tiene un apellido-dijo confundida.
—Se equivoca, mi hermano era uno de los hombres más ricos del mundo y ahora usted, que es su viuda, y ahora mi mujer-dijo en un tono escalofriante que a la castaña le dio escalofríos-ahora levantate de ese mugroso suelo y vámonos-ordeno.
Ella continuaba en shock, así que no pudo percibir cuando él la tomo con brusquedad de brazo y la obligo a pararse en contra de su voluntad.
—Cuando te doy una orden, será mejor que la acates rápido, porque pierdo la paciencia fácilmente-sonó aterrador.
Ella por primera vez tuvo miedo de lo que un ser humano le pudiera hacer.
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ESPERO QUE LA PODAMOS DISFRUTAR JUNTOS, ESTA MARAVILLOSA HISTORIA LLENA DE INTRIGA, PLACER, COMEDIA, ENREDOS Y MUCHO MÁS.
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