¡Queridos lectores!
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Saltando un poco adelante... "Ardiente 2"
Katherine Beckett tenía un futuro brillante por delante. Ella se convertiría en la Condesa de Thornckton, se instalaría en una lujosa mansión en el mismísimo Londres y ya no necesitaría nada. Pero en cambio, tuvo que convertirse en la esposa de un sacerdote y renunciar a todo lo mundano, desde el lujo y la riqueza, y establecerse en el desierto salvaje. Los sermones de su esposo y los eternos lamentos y enseñanzas de su suegra la reemplazaron con bailes y recepciones. Las ollas y sartenes han reemplazado a sus abanicos y sombrillas. Todos los días cocinaba, limpiaba la casa y la iglesia, lavaba y planchaba, corría de puntillas junto a la caprichosa madre, a quien heredó con su santo esposo. Una carga insoportable cayó sobre sus hombros, que, sin embargo, llevó sin quejarse de su amargo destino, porque consideró esta una oportunidad para expiar sus pecados. ¡Y todo sucedió por una razón! Su nombre era Duke Ashton.