Importante:
Leer aquíSaludo a mis lectores. Recientemente he leído un libro que me ha encantado de la escritora Mary Cervantes y me gustaría recomendárselos. Es gratis y está completo, se titula: Se compra esposa. Aquí les dejo el link y un fragmento?.
Fragmento:
—Mi bebé Fabricio, mi bebé —Era lo único que decía.
—Necesito que te clames y me digas que sucede para poder ayudarte, de lo contrario no sabré que hacer o a quien llamar.
—¡Me duela Fabricio! Creo que rompí fuente —Esas palabras le sirvieron para angustiarse más, sin colgarle a ella llamó a emergencias desde su teléfono de casa y después de hacer eso tomó su auto sin dejar de hablar con ella, manejando lo más rápido posible.
—Tranquilízate, la ayuda ya va en camino, ahora recuéstate en la cama y no te muevas, ya estoy llegando —Por fortuna no hubo nada de tráfico y llego antes de que la ambulancia estuviera ahí, la puerta estaba abierta y corrió hasta la habitación de Gabriela en donde la encontró más blanca que el papel.
—Apóyate de mí, te llevaré abajo.
—Mi bebé Fabricio, no quiero que le pase nada. —Se aferraba a él llorando, suplicando porque nada malo le ocurriera a su hijo, como si este tuviera la facultada de concebirle su deseo.
—No le pasará Gabriela todo estará bien —Trataba de consolarla, sin embargo, sin ser doctor se daba cuenta que las cosas no estaban pintando bien.
Bajan con Gabriela en los brazos de Fabricio, pero justo antes de que pudiera llegar a las escaleras escucharon una discusión.
—Déjame mªldita sea, déjame —Alguien decía y no lograba identificar la voz.
De pronto y como si fuera una película, de una de las habitaciones Alexander salía prácticamente desnudo mientras detrás de ella venia una mujer que reconocía como la chica que estuvo hoy atendiéndola y la cual se encontraba de la misma forma, casi desnuda.
Unas lágrimas traiciones salían de los ojos de Gabriela, ahora no de dolor físico si no de dolor en el corazón porque mientras ella sufría en la habitación él se encontraba encerrado en una de las habitaciones con otra mujer, imaginándose la cantidad de veces que habrían hecho eso casi frente a sus narices.
—Gabriela —Fue lo único que dijo Alexander al verla en los brazos de Fabricio—. ¿Qué sucede? —Pregunto viendo la escena y nada de lo que veía le gustaba.
—Sucede que mientras ella está sufriendo tú te encontrabas revolcándote con otra mujer...
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