DIMELA (LIBRO COMPLETO)
Hoy se celebra el cumpleaños número 10 de Adriano, no puedo creer que haya pasado tanto tiempo.
Ver a mi hijo sonreír me devuelve la vida y sé que todo lo que paso, simplemente era el camino que tenía que recorrer para poder encontrar esta tranquilidad que hoy tengo gracias a mi familia, mi hijo y el apoyo incondicional de Marco.
—¿Qué pasa por esa cabecita? —pregunta Marco mientras me abraza por detrás y deposita un beso en mi mejilla.
—Solo observo a mi hijo, verlo sonreír y jugar con sus primos me llena el alma.
—Eres la mejor madre del mundo mi amor y sé que lo serás cuando agrandemos la familia.
Su comentario me pone tensa, aún no se si quiero agrandar la familia o solo quedarme con Adriano. La relación que tengo con la madre de Marco no es muy buena que digamos y yo tampoco hago mucho por contribuir a que mejore.
—JUDITHH…
Internamente agradezco a Nicole que haya llegado.
—Llego la loca —murmura Marco. Solo sonrió y muevo la cabeza. Nicole me abraza efusivamente y me deposita un beso en la mejilla detrás de ella veo a David con Magdalena, la pequeña que adoptaron.
—Pensé que no llegaban chicos —digo mientras intercambiamos saludos.
—Hola Ju, te presento a nuestra hija Magdalena.
Hola pequeñita —saludo y me pongo a su nivel para darle un beso en la mejilla.
—Hola —saluda la pequeña mientras se abraza de la pierna de David.
Aun es un poco temerosa —interviene Nicole. ¿Dónde está mi sobrino favorito?
—Tía… tío…
—Ahí está tu sobrino favorito —pronuncio con ironía. Veo a mi niño lanzarse a los brazos de su tía. Luego saluda a David y se queda mirando fijamente a Magdalena.
—Soy Adriano, ¿Quieres jugar conmigo y con mis primos? —pregunta Adriano y señala a los gemelos. La pequeña Magdalena mira a sus padres, estos le sonríen y la niña toma la mano de mi pequeño y se van.
—¿Dónde están los demás? —pregunta David.
—Oh… están dentro la casa.
Camino de la mano de Marco y Nicole de la mano de David, ingresamos a la casa. Los presentes se acercan a saludar y Nicole nos empieza a contar que fue súper complicado para conseguir la adopción de Magdalena, pero lo lograron y están felices de formar su hogar.
—Me alegra muchísimo por ustedes chicos —dice Ale mientras entrega a Antonio a su padre. Noé es el hombre más obediente y solo dice si mi amor.
—Voy a la cocina a servir la torta —digo mientras me retiro.
—Te ayudo —dice Nicole y me seguí.
Busco los platitos, cucharas y el cuchillo para cortar la torta.
—¿Cuéntame cómo te va con la madre de Marco? —pregunta Nicole y detengo mi movimiento.
Suelto un suspiro antes de responder. No nos soportamos y tratamos en lo posible de no encontrarnos, pero las veces que lo hacemos es súper incómodo.
—¿Cómo trata a mi sobrino? —pregunta mientras levanta una ceja.
—Jamás dejaría que hiciera algún comentario o que se atreviera a tratar mal a mi hijo, porque ahí si juro que la dejo calva.
Nicole suelta una carcajada.
—¿Y Marco?
Esa pregunta me deja fría.
No me respondas sino quieres —dice y acomoda los platos en una fuente para ir a entregar a los invitados.
—Gracias. ¿Y cómo está la pequeña María? —pregunto y ahora es Nicole la que suspira.
—La madre loca que tiene a prohibido las visitas, ya sabes. El juicio que tiene con el imbécil de mi hermano tiene para ratos y por el momento no podemos verla si es que Kiara no lo permite.
—¿Fernando no piensa hacer nada?
—Al parecer no… se largó de viaje con el cuento que quiere encontrarse así mismo y no tiene fecha de retorno. ¿Dime que si llama a mi sobrino? —pregunta mirándome fijamente a los ojos.
—Sí, constantemente se comunica con Adriano, hace un rato estuvieron hablando y lo saludo por su cumpleaños, me parece extraño que Fernando no muestre el mismo interés por María.
—Es un idiota que me dan ganas de castrarlo —grita Nicole y yo suelto una carcajada por su comentario.
—¿Sientes algo por Fer? —pregunta y la sonrisa se me borra del rostro.
—Necesitan ayuda…
—David porque tuviste que aparecerte en un momento tan transcendental —grita Nicole y yo me rio al ver la cara de no entender nada de David.
—Si David, ayúdanos llevando la fuente —pedí y le saco la lengua a Nicole.
Compartimos un momento más y luego procedemos a despedirnos. Ale tiene que regresar a casa con los niños y gracias a Dios llego Santiago para que conduzca porque su padre no puede conducir, al parecer la fiesta no fue de niños sino de los adultos. Nicole y David felicitaron a Santiago por su ingreso a la universidad y le entregaron un presente.
Después de que Ale y Noé se marcharan, también se despidió Nicole. La tía favorita de mi hijo se va a vivir con David a España junto a sus suegros y su pequeña Magdalena, al parecer ya congenio con los gemelos, Adriano y la pequeña Cass que está de vuelta con Noé.
Al final solo quedamos Marco y yo en la sala, porque mis adorados padres se llevaron a Adriano a la habitación.
—¿Puedes irte a dormir esta noche conmigo a mi departamento? —pregunta Marco mientras deposita besos por mi cuello y siento sus manos posarse en mis glúteos.
—No… —esta noche no —digo mientras atrapo sus labios y lo beso con mucho deseo.
—Muero por estar entre tus piernas —susurra y siento como su erección roza en mi vientre. Puedes sentir como me pones —dice mientras me muerde el lóbulo de la oreja.
—Muero por sentirte dentro, pero esta noche no —dormiré con mi hijo —digo mientras controlo mi respiración y me separo de su contacto sino no resistiré más.
—Está bien —responde a regañadientes mientras deposita un beso chiquito en mis labios.
—Mañana soy toda tuya —respondo con coquetería y meto mis manos debajo de su polo.
—Eres mala —gruñe y me regala su hermosa sonrisa.
Minutos después acompaño a Marco a la puerta y me despido con un beso en sus labios. Camino a la habitación de Adriano y para mi sorpresa está despierto.
—¿Pequeño diablillo porque sigues despierto? —pregunto mientras camino hacia él.
—Estoy hablando con papá. Papi… mira —dice Adriano y gira el teléfono regalándome una vista espectacular del cuerpo desnudo de Fernando.
—Lo siento… no sabía —me excuso e intento girarme para irme.
—Hola Judith —saluda Fernando haciendo detener mi movimiento.
—Mamá, papá te está saludando —habla con el mientras voy al baño —ordena Adriano y sale trepándose de la cama y va para el baño.
—¿Cómo has estado? —pregunta.
—Bien —respondo sin el mayor interés de seguir hablando con él, no quiero volver a caer con Fernando.
—Te cuento que pronto regreso y voy decidido a todo.
Arrugo el entrecejo y prefiero ignorar su comentario.
—Aún no te casaste con Marco. Eso solo quiere decir que tengo oportunidad contigo.
DILEMA
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