Guerra campal entre esposos
La guerra se había desatado al momento de volver a verse. Ambos estaban más que dispuesto a tomar las armas después de firmar el acta de matrimonio.
Ella lo odiaba con todo su ser.
Él no podía apartar los ojos de ella. Pero él estába seguro de que ella no dejaría atrás la guerra campal entre esposos.
-Solo pido que Dios me ayude -dijo él cuando encontró un cuchillo debajo de la almohada de su esposa.
Prólogo
Años antes.
Annahi caminaba por el pasillo del Instituto con una sonrisa en sus dientes. Mientras recorría el lugar se encontró con las chicas que la hacían inferior por su aspecto. Ella mantuvo su vista la frente sin voltear a ver las caras de las personas que más daño le habían causado en esos años de instituto.
Annahi pensaba que por ser su último día en aquella preparatoria todo sería diferente. Eso pensaba ella hasta que el mayor de sus males se coloco al frente de ella.
—¿A donde piensas que vas cerda? -Annahi perdió el juicio al escuchar llamarla así. Pro primera vez luego de muchos años lo haría.
—Lejos de ti, estúpida -los alumnos se detuvieron al escucharla hablarle despectivamente a la verduga de algunos. —Porque no soporto el olor a zorra.
Ella me miro fijamente y dio un paso hacia el frente.
—Tan valiente la niña -ella a pesar de estar enojada sonrió de medio lado —Veremos si te queda valentía después de que revele tu más sucio secreto.
Sentí como todo a mi alrededor de detenía, los vellos de mi cuerpo se erizen y un golpe de aire frío invadía mi cuerpo.
Solo bastaron algunos segundos para que mi hermoso secreto saliera a la luz para todos.
—Vean aquí chicos. Comprueben lo zorra que es esta idiota -ella con una sonrisa en sus labios mostró una sabana manchada de sangre. De mi sangre. —Dizque muy nerd, pero se follo a mi novio. Esta idiota calló redondita en la trama. ¡Perdió su virginidad por una apuesta! Una asquerosa, pero magnífica apuesta.
Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos. Eso no podía ser cierto, me negaba a creer que él me habia engañado y peor aún que solo estuvo a mi lado por una maldita apuesta.
Busque con la mirada al chico del que estába perdidamente enamorada, pero no lo encontré por ningún lado.
—Das asco maldita regalada -coloque mis ojos en ella y sin poder contenerme me lancé hacia ella. Le di un golpe en la nariz y poco después esta empezó a sangrar a montones.
—Permití que me humillaras por tanto años pero ya no más maldita escoria. Te odio con todo mi maldita alma desgraciada. ¡Perdí la maldita Virginidad con ese idiota, pero no me he acostado con todos el que tenga una maldita polla. Asquerosa. Espero que te ahogues en tu propia mierda. -cuando ella calló al suelo golpeo su cara antes de alejarme de esa maldita escuela. Los odiaba a todos, pero se que tendré la oportunidad de destrozar sus perfectas vidas.
—¡JURO HACERLES LA VIDA IMPOSIBLE. LO JURÓ!
Adrián
Varios años después
Estaba nervioso, no lo podía negar. Y no era menos no estarlo.
—Adrián hijo -mi padre entró a mi oficina con una sonrisa en sus labios. Rodé los ojos y lo observé fijamente. —Hoy es el gran día. Hoy conocerás a tu futura esposa.
Con esas palabras mis nervios volvieron a disputarse.
Si, era una boda por beneficios. Era un alianza entre dos empresas. Y como yo quería lo mejor para la mía acepte sin pensarlo.
—Papá. ¿Como es ella? -él sonrió mostrándome sus dientes.
—Te llevarás una grata sorpresa hijo -esas fueron sus únicas palabras porque poco después varios golpes en la puerta se escucharon.
Tomé una corta respiración cuando mi padre se acercó a la puerta. Mis ojos esperaron paciente que la mujer entrara a la estancia, pero en el justo momento de hacerlo los vellos de mi cuerpo se erizaron por completo al ver a la chica que estába justo al frente de mi.
—Hola de nuevo Adrián di monte -sin duda alguna era ella. Se veía más delgada pero era ella. Mi futura esposa acorto nuestra distancia, quedando justo al frente del otro —Desde hoy empieza nuestra guerra campal idiota.
La mire a los ojos y algo dentro de mi me hizo estremecer.
»—Espero que estés preparado para lo que viene. Te haré la vida totalmente de cuadritos cretino, porque tú y yo tenemos una cuantas deudas pendiente. -la mire a los ojos y vi todo el odio que me tenía. Ella tenía algo intenso en la mirada, eso me causó mucho miedo.
—Annahi, yo.. -ella no me dejó terminar porque se giró para encarar a mi padre.
—Señor Di monte, en dos días me caso con su hijo -escuchar sus palabras me hicieron erizar por completo. Mi padre por su parte se alegró tanto que acortó tu distancia y la tomo entre sus brazos. Ella sonrió y acepto su abrazo. —Seremos familia muy pronto...
Y algo me decía que muy pronto yo tendría un gran dolor de cabeza. Y ella sería la causante.
Una maldita guerra campal entre nosotros, una maldita guerra campal entre esposos.
Que Dios me ayude a salir de este embrollo. Porque estoy seguro que necesitaré muchas fuerzas para aguantar a esta diabla con sed de venganza.
https://booknet.com/es/book/guerra-campal-entre-esposos-b409933
0 comentarios
Es necesario iniciar la sesión en su cuenta para poder dejar un comentario
IngresarEliminar comentario
¿Está seguro de que desea eliminar el comentario?
Eliminar CancelarEl comentario se eliminará de forma permanente.
Bloqueo de comentarios
¿Realmente quiere prohibir a comentar?
Prohibir Cancelar