Capítulo 5 de "No debí quedarme"
—Yo ya te dije, tú puedes irte el tiempo que consideres necesario, a mis hijos no los sacas de aquí.
—Maldito seas Carlos.
—Si si, lo que quieras —Dice mientras sale del comedor, dejándome sumamente desconcertada.
No es la primera vez, que Carlos usa a mis hijos para amedrentarme, no me amenaza directamente con quitarmelos, pero lo deja entrever y eso es un golpe bajo, para cualquier madre. Esta es la parte que no entienden aquellos que opinan, sobre tu vida, nadie sabe las interioridades, mi abuela decía: "nadie sabe cómo está el concho, sino el que lo revuelve". A veces no es que quieras quedarte, sino que no encuentras la forma de irte.
Suelto el aire que tengo retenido y me encamino nuevamente a la cocina, empiezo a preparar el desayuno para mis hijos, mientras dejo fluir el dolor en forma de lágrimas.
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